El capitalismo: principal responsable de las víctimas de Amuay

El terrible evento recientemente acaecido en tanques del patio de almacenaje de la refinería de Amuay, más allá de las variadas hipótesis sobre sus causas, revela un hecho incuestionable como la cercanía de las residencias, comercios, escuelas, centros de salud y demás edificaciones habitadas; a las zonas de riesgo que resultaron afectadas por la explosión y posterior incendio. Esta peligrosa realidad es prácticamente omnipresente en todas las instalaciones petroleras de Venezuela y los demás países exportadores de petróleo. Todo ello obedece a elementos históricos determinados por las relaciones de producción capitalistas, como son los siguientes:
  1. El sistema neocolonial impuesto por las transnacionales de las potencias capitalistas, a principios de siglo pasado, impulsó el masivo éxodo campesino a la periferia de los centros de producción y refinación de las ciudades, “viniendo a engrosar los “cinturones de miseria” generados previamente por la centrifuga geosocial1 y compuestos de viviendas muy precarias (“ranchos”) , emplazados en terrenos muy riesgosos y que por esa misma razón la burguesía no había ocupado previamente. Desde aquellos momentos (ni en los subsiguientes) ni a la burguesía ni a los burócratas de “gobiernos” títeres de esa misma burguesía, les importó ni mucho menos les preocupó el destino que pudiesen correr las personas que habitaron esos terrenos riesgosos. Lo que si les interesó fue la fuerza de trabajo barata que aportaron esas personas al negocio petrolero.

  1. Posteriormente y en consecuencia tanto de la demagogia puntofijista como de la “consolidación de barrios”, la invasión de los terrenos riesgosos se dispara a niveles nunca vistos. La burguesía (grande y pequeña) aprovechó la oportunidad de acceder a ese nuevo “mercado cautivo” constituido por los habitantes (ahora “consumidores”) para construir negocios y centros comerciales en terrenos riesgosos ahora “consolidados” y permisados por buroc-rateros que les vendieron su conciencia así como los trabajadores les venden su fuerza de trabajo.

  1. En tiempos más recientes y como consecuencia del paro sabotaje terrorista impulsado por la burguesía (2002-2003) ,el Gobierno Bolivariano se vio obligado a incrementar el número de efectivos de Guardia Nacional Bolivariana que custodian las instalaciones petroleras, lo que a su vez, incrementó el número de viviendas en guarnición ubicadas en terrenos riesgosos “consolidados” y que, lamentablemente llevaron la peor parte cuando se produjo la deflagración.

Queda una vez demostrado que a los capitalistas no les importa para nada ni la salud, ni la calidad de vida y ni siquiera la vida de los trabajadores pues siempre han contado con el “ejército industrial de reserva2 que constituyen los desocupados. Solo les importa maximizar las ganancias y reducir las pérdidas, aunque ello implique la imposición de interesados “criterios técnicos internacionales” en los que el establecimiento de zonas de seguridad perimetral a instalaciones riesgosas (petroleras, químicas, eléctricas, nucleares, etc.), esté muy por debajo de lo real y efectivamente seguro porque siempre verán la tierra como mercancía y por tanto mientras menor sea el tamaño de tales zonas de seguridad (tierra no comercializable) mayor será la tierra disponible (comercializable). En cuanto a los trabajadores, ya no solo los ven como mercancía sino como “pérdidas aceptables” en caso de “siniestralidad laboral” redituable.

No deja de sorprender el cinismo con el que la burguesía y sus cómplices buroc-rateros de la cuarta república pretenden culpar los trabajadores petroleros del lamentable suceso, cuando esos capitalistas precisamente hayan sido los responsables históricos del emplazamiento de las víctimas.

*Ingeniero, militante del PSUV

feliperangel13a@gmail.com 


CITAS

1 F. RANGEL, LA CENTRÍFUGA GEOSOCIAL EN VENEZUELA

2 K. MARX , SECCIÓN 3 DEL CAPÍTULO 23 DE EL CAPITAL



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