Ruralidades

Trabajadores de la patria

Que no lo somos de los empresarios. Es que nuestros hijos son Patria, no en deformación para que sean utilizados por la anti patria para bozalearnos. Por ellos, madres trabajadoras; padres trabajadores, que también lo somos conjuntamente con ustedes, no nos dejemos bozalear mas nunca con el morral de la indignidad y, encima, la vergüenza que acogota con el virus de la división.

Es oportuno el actual proceso revolucionario para mirar el pasado romulero, cuando las cabillas que ahora están sonando para dirimir viejas y malas costumbres entre los aberrados de la cuarta república, imponían el maligno sistema de los borrachitos como “delegados” sindicales quienes, para justificar la misión o la absurda misión, se prestaban como intrigantes y sapos contra la unidad de las clases trabajadoras.

Además no es ahora, con un gobierno revolucionario presidido por nuestro comandante Hugo Rafael Chávez Frías cuando entrarán, metralla en mano, los seudo dirigentes sindicales a las asambleas donde se discuten sanamente los problemas organizativos y pro reivindicativos de la clase obrera y, por lo mismo, de la nación.

Sólo como un ejemplo de lo que no les gusta a los bueyes cansados de la CTV, y es que hagamos referencias a sus actividades del pasado. Fuimos fundadores del aguerrido sindicato de los trabajadores mineros del carbón de Naricual y allí, sin mucha experiencia, (17 años) logramos la unidad de los obreros entre si y con todo el conglomerado campesino. Esto no le gustó a los romuleros. Cosme Astudillos y sus pandilleros adecos tomaron por la fuerza y con la atemorización de la metralla, a ese sindicato que también orientaba a la población desasistida.

La canalla política nos aventó hasta el llanero estado Guárico. Allí recuperamos el sindicato petrolero de Tucupido y, ya reorganizado ese movimiento y en vías de la unificación con los hombres y mujeres del azadón y el ordeño fuimos sorprendidos, en plena asamblea, por el adeco Jorge Dáger de Zaraza y el barcelonés Luis Ojeda. La metralla relampagueante atemorizo al mismo dueño del local. Imagínense lo siguiente.

Lo referido es una minucia a escala nacional contra el camarada Jesús Farías. De nuevo en Puerto La Cruz por la lucha con Farías, tuvimos que abandonar la región. Primero a la montaña de “concreto”…y Jesús a la de los calabozos guariqueños.

Luego entonces camaradas trabajadores y trabajadoras de la Patria, uníos ahora que no hay esos nudos del arrequinte. Las mujeres pueden asomar la cara sin ocultar el coraje, cuando sea necesario un regaño al hermano de clases y viceversa. Marcela no debe regañar desde la supuesta acera de enfrente. Pues ahora les toca a ellos, los obreros, abrir la puerta. La unidad de la clase obrera está por encima de los juicios de interpretación.

Para terminar tenemos que hacer énfasis en que, no obstante lo dicho, somos un comino en la tarea unitaria. Entonces oigamos a Chávez, al Chávez pueblo; al Presidente. Al obrero que no cree en sumisos, mucho menos en componendas.

Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos!

*pedromendez_bna@yahoo.es


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1486 veces.



Pedro Méndez*


Visite el perfil de Pedro Méndez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Pedro Méndez

Pedro Méndez

Más artículos de este autor