Recordar es vivir

Gracias Mario Silva

La noche del viernes 6 de abril de 2002 una vez más me instalé e ver el programa La Hojilla que conduce el camarada Mario Silva. El pueblo que no estaba viajando, que no andaba festejando el asueto, estoy seguro que también tuvo la suerte de mirarlo. Fue un programa protagonizado en la parte macabra por esos especimenes del golpismo que en 2002 se fueron de aventura contra la patria venezolana. Mario como siempre, bajo el fondo de una música que nos recuerda lo que somos, nos retrogradó a esos nefastos hechos, cuando la oposición venezolana, cuya cúpula no puede tildarse de humana, en compañía de elementos ajenos a nuestra idiosincrasia, se dedicó a echar por la borda de la nave un proyecto que se iniciaba para bienestar del pueblo y que para ellos resultaba nefasto, pues su posición política se llama DINERO, ESCLAVITUD, ROBO, INMORALIDAD, vicios…

En verdad dio asco, repulsión, ganas de regurgitar escuchar a ese aprovechador de oficio llamado RAFAEL POLEO. Y lo llamo aprovechador porque su inicio y su presente es eso: aprovecharse de las circunstancias, porque eso fue lo que aprendió de su padre putativo RÓMULO BETANCOURT. Rafael Poleo es un enfermo ancestral, una costra que va esparciendo icor por todas partes, envenenando lo bueno, masacrando virtudes humanas, contagiando todo lo que toca. Su experiencia como padre es tan ínfima que no fue capaz de enseñarle a su hija que el “talco” no se inhala por la nariz.

Mario nos trasladó al 11 de abril de 2002 en la mañana; mañana nefasta para la patria, donde el odio y la frustración de una camada de atorrantes, de pusilánimes, de estiércoles, decidió que el gobierno de Chávez había que eliminarlo y quienes lo eligieron se fueran a la mierda. Escuchar a RAFAEL POLEO EN VERDAD nos sirvió para entender que este infeliz patán, esta calamidad humana, no es ningún ejemplo a seguir por nadie. En el programa del PORTUGUÉS  Fernandez (con s) quien gozaba de lo lindo con sus macabros invitados, entre los cuales también estaban, un tal cabezón llamado Ángel, un insignificante “analista” nombrado Axel y otro de cuyo nombre no deseo recordarme porque siento que la fetidez se apodera de la atmósfera, RAFAEL POLEO decidía por el pueblo quienes eran los que debían gobernar la patria bolivariana y quienes no.

¿Qué significaba aquello? ¿Quién era este carcamal. Esta sabandija, este pulmón tuberculoso  para decidir por los venezolanos? ¿Actuaba de esa manera en su gobierno de la IVR cuando alguien la golpeaba con la intensión de hacerla desaparecer? Recordé al Che en su llegada a Santa Clara y sentí en el alma no poder retrogradar el tiempo en el cual estos feligreses del diablo, estos enemigos de los pobres, estos sádicos burlones, fueron borrados de la faz de un estado para que con la muerte se les quemaran sus enfermas células. RAFAEL POLEO, el mismo decrépito anciano que en busca del arca perdida hoy dirige ese periódico el cual muchos compramos algunas veces para que el perro haga pupú, se mostró dueño de Venezuela, con las agallas para decidir quien VIVÍA Y QUIEN MORÍA.

El látigo de la historia sabrá castigarlo junto a los aberrados que lo acompañaron en la aventura, RAFAEL POLEO un insignificante editor de periodicucho que come las sobras de la inteligencia, reía, alcanzaba orgasmos, diciendo lo que era Chávez y los chavistas. Se recreaba en el sadismo, en el masoquismo que le producía el saber que YA el golpe era un hecho, pero en su escasa inteligencia, dentro de su chamuscado mini cerebro de vejete alterado biológicamente, no entró jamás pensar que EL PUEBLO lo sabía todo y que no quiso ir por ellos, y que aguantó esa fuerza que le pedía acabar con los golpistas de una vez por todas, por respeto a Bolívar y a Chávez, RAFAEL POLEO el mismo que goza escribiendo babiecadas en su cretino diario, que tiene que parir para comprarle el talco a su hija y enviárselo camuflajado a GUSANERA, que usa títulos amarillentos para que los poco escuálidos que no han entendido el mensaje de LA REVOLUCIÓN, lo adquieran produjo al verlo junto a FernándeSS y CIA  un grito que se explayó seco en el horizonte de la vida y que en su eco retumbó: ¡NO HABRÁ OTRA OPORTUNIDAD, POLEO! Porque entonces esos que uno dijo en el programa “no harán nada porque los militares lo contendrán” comenzarán a usar la chícora  que saca la hierba mala de raíz, lo que no se hizo en 2002.

hdiderot@gmail.com



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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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