El pelotón de fusilamiento

La ferocidad de la derecha es su atributo principal. Solo basta retroceder hasta mediados del siglo XIX y detenerse en la masacre de la Comuna de Paris y aterrizar luego en Guarenas y Caracas el 27 de febrero de 1989 con el genocidio del Caracazo para darse cuenta que cuando los fascistas se quitan la careta se comportan peor que una manada de elefantes salvajes en estampida.

En los años electorales que transcurren en tiempos de revolución el libreto opositor es el mismo: bombardean mediáticamente a sus seguidores haciéndoles creer que ya son mayoría y que el triunfo electoral es suyo y con este autocobeo se lanzan triunfales a la liza electoral y esgrimen la falacia de que si pierden es porque les hicieron fraude. Exhiben la misma conducta cuando describen el país. Dicen que vivenen una dictadura aterrorizados con un tirano autócrata que impone la censura y no permite la libertad de expresión y resulta que todos estos argumentos los gritan a viva voz diariamente en las pantallas de televisión de Globovisión, Venevisión, Televen y una veintena de canales regionales que los apoyan y repiten las mismas cantaletas frente a los micrófonos de los circuitos radiales que dominan, hacen lo mismo en la prensa nacional y regional que controlan abrumadoramente sin contar las redes sociales y por supuesto como es de esperar causan estupor y se convierten en el hazmerreir del pueblo sabio, de los visitantes extranjeros y de la opinión mundial que no entienden este comportamiento por lo insensato y absurdo de esas conductas.

Pero esta vez la desesperación los lleva a navegar por albañales y cloacas porque el candidato que se impusieron no reúne condiciones y porque las políticas a favor de las grandes mayorías populares que ha propiciado el Comandante Presidente, el pueblo las sabe suyas y no se las dejará arrebatar.

Han arrancadoesta vez con un ataque sistemático a que tiene un componente de odio y de exterminio con visos de ferocidad y crueldad que se expresa en la difamación de figuras líderes del proceso bolivariano que casi raya en el linchamiento moral sin descartar la eliminación física. Llevamos contabilizado hasta ahora ataques contra dirigentes de gran estima como Fernando Soto Rojas, María León, Carlos Azpúrua y los más recientes contra Marta Harnecker. Todo el ensañamiento mayor es contra la compañera internacionalista Marta Harnecker, una luchadora social consecuente, con una sólida formación intelectual, pedagoga revolucionaria, que desgrana las categorías marxista y establece balances lúcidos de los procesos revolucionarios comprensibles para un trabajador pero también para un universitario. Le cobran su talento, su bagaje de conocimientos y su consecuente honestidad revolucionaria. La hacen responsable de todo cuanto sucede en el globo terráqueo cuando dicen: “podemos asegurar que el 99,99% de los venezolanos dentro y fuera de Venezuela no tiene la más mínima idea de quién es este siniestro y peligrosísimo personaje que maneja todos los hilos del poder en nuestro país. ¿Sabrá Capriles quien es ella?” Y viene entonces lo más delirante: “ y si no la conocemos a ella y a lo que esta importante pieza del castro-estalinismo internacional representa JAMÁS TENDREMOS EL MÁS MÍNIMO CHANCE DE VENCER así logremos las DEBIDAS CONDICIONES para echar la pelea en las urnas.” (Las mayúsculas son de ellos).

Es indudable que estas ollas sucias tienen marcada influencia del exilio cubano y escandalosamente piden matar las ideas, matar el pensamiento, que son las únicas armas que durante seis décadas ha esgrimido la profesora Harnecker. Puro fascismo. Queman libros, queman actas electorales y piden el pelotón de fusilamiento para quienes proclaman sus ideas.

Cuántas cosas siniestras aprendieron y quieren poner en práctica los antiguos alumnos de la sección venezolana de Tradición, Familia y Propiedad.

lucartjesus@yahoo.es


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Héctor Agüero


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