Y someternos, robarnos el territorio, asesinar a nuestros niños para que no combatan jamás contra el imperio, esclavizarnos, entregarnos a los fascistas en mala hora venezolanos, quitarnos las riquezas, con el apoyo de los del ESTE sifrino y vende patria, volver a quitarnos lo que hemos conseguido con la revolución , rebajarnos las pensiones, quitarnos los aumentos, eliminar las misiones y la Unefa, y la UBV y las Granjas Universitarias. Regresar a los soldados a “un bolívar diario”, utilizarlos como lo hacía Blanca Ibáñez, que los mandaba cuidarles, a bañarles, los caballos de pasos que el borracho Lusinchi le compraba en Colombia
El imperio estadounidense quiere dividir lo que está dividido, porque esta ha sido siempre una lucha de los explotados contra los ladrones de cuello blanco que se compartieron esta nación desde que mandaron a Bolívar al destierro, desde que le metieron un mojón de plátano a Páez en el poco sesos que tuvo. Se imaginan los imperialistas come mierda que los venezolanos de la clase popular son una sarta de hediondez, pero están más equivocados que cuando pensaron que se podían anexar a Vietnam. Somos otro Vietnam y tenemos las mismas bolas que el Vietcong. Lucharemos con hidalguía, con destreza, con la furia de quien no es sumiso, como los vende patria que son llamados oposición en la AN, sarta de anómalos, sin nada en la botella de la materia gris.
“Divide y gana” piensan ellos, aunque lograron infectar a los fascistas de aquí, no podrán dotarlos con las poderosas armas que les pusieron en las manos a los sucios “rebeldes” libios, de una nación que lo único que le faltaba era sarna para rascarse. Aquí, entre la clase que ellos consideran “inteligentes” van a encontrar a los mismos cobardes que dieron el golpe en 2002, pero a esos sapos plataneros al igual que en 2002 los va a derrotar la consciencia, la patria, les dará una lección que será igualmente tan inédita como la revolución si es que se dejan tentar por esa ola de traidores que actualmente ronda por el mundo, como nómadas infecciosos, icorosos, llagosos incurables, porque un traidor es eso y algo más.
El pueblo venezolano está listo para la acción: Tiene en sus cananas, en su vejiga la hidalguía de un líder. No tendrá compasión con la traición (esto no es amenaza, así piensan en toda la geografía popular de Venezuela) si es que por algún lugar de Venezuela aparece un fósforo tratando de incendiar la patria. Los imperios sabrán, si es que se atreven, que al despertar la lucha, ésta no tendrá final hasta conseguirlos derrotar porque el pueblo , el bravo pueblo venezolano no le dará tregua a sus enemigos, si es que el momento llegara. Aquí no habrá cabida para la entrega, para la venta, para la esclavitud, “antes la muerte que vivir bajo el látigo”
Una vez a la caída de la Segunda República el Libertador cabalgaba con algunos de sus soldados por el litoral en busca de una nave que lo alejara del suelo que lo vio nacer. Un soldado gritó: “General ¿qué es lo que haremos con esos traidores que están en las cárceles?” Bolívar miró el amplio horizonte marino. Su rostro era un poema al valor y a la justicia, su sangre hervía como una caldera a punto de reventar: “Sacadlos y eliminarlos”. La guerra es un equilibrio entre la decisión y la razón. Con el enemigo no se puede hablar de paz, porque el cobarde en algún momento nos degollara el alma y la patria. El hombre es un guerrero natural y los miedos, las penurias, la muerte es parte de su proceso VIDA. Si es que el imperio se decide a la guerra entre venezolanos, pues, los VENDE PATRIA tendrán la justicia de Dios cuando dijo, “Primero entra un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de Dios” y el reino es la patria… que se pintará de sangre si es necesario, porque esta máquina no tiene retroceso
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