Y eso es así

El batallón que ellos olvidan

En reiteradas ocasiones se ha escuchado al Presidente hablar que la oposición sigue calentándoles las orejas a la Fuerza Armada, es decir a algunos integrantes de esa fuerza castrense. En verdad creemos que la institución encargada de velar por el suelo, la tierra y el mar de Venezuela, antes alguna penetración enemiga con fines de apoderarse de las riquezas patria y someter al pueblo, es una pared de hormigón patriota que más nunca va a ser tentada por elementos fosilizados que en el pasado la trataron sólo como elemento guardián de sus propios intereses.

La Fuerza Armada venezolana como la ve y la admira el pueblo actualmente, está asociada a la grandeza del país bolivariano. Cumple a cabalidad con el sueño de aquel que dejó su materia en San Pedro Alejandrino regando su espíritu por toda América, para hacer despertar el sueño de libertad que fue atropellado por traiciones y mascaradas, entregado a la bota del imperio yanqui denotando que el pensamiento del Caraqueño de San Jacinto no fue solamente una paja volando en el aire “los Estados Unidos en nombre de la providencia parecen destinados a plagar la América de miseria en nombre de la libertad” estamos en el siglo XXI y el mensaje de Simón Bolívar es claro y evidente.

Los viejos mantuanos, actuales pro burgueses y fascistas sumisos, los que desunieron la Gran Colombia, los que le susurraron a Páez que “el patriotismo no vale nada ante el poder”, los mismos mantuanos que se llevaron entre sus cachos a Cipriano Castro, los eternos traicioneros vende patria que le colocaron a la patria venezolano a un imbécil ignorante y viva la pepa llamado Juan Vicente Gómez, los ídem enfermos, que traicionaron a Medina y que luego se cagaron en el uniforme prendado de medallas de Marcos Pérez Jiménez con el cual departieron en salones dorados y en bacanales interminables, les musitan cantos de sirenas a unos soldados que ya no pertenecen a su endeble monarquía de castillos y palacios de anime, con el propósito macabro de que éstos lleven a cabo trapisondas contra su amado pueblo y un gobierno electo en libres comicios por la voluntad de una mayoría numérica.

Obvian estos pusilánimes, estos nómadas sin suelo, que además del patriotismo, de la fuerza moral, de la calidad humana a la que ha llegado la Fuerza Armada Venezolana, que no hay paso atrás. Que el gorilismo manejado a través de órdenes imperiales en el pasado desde la Casa Blanca, es una película sin sonido; muda. ESO LO DENOTÓ el 12 de abril de 2002 el General García Carneiro desde El Fuerte Tiuna”no somos eunucos de nadie” y no lo será nunca más anota el soberano. La Fuerza Armada Venezolana está llegando al clímax de la grandeza para lo cual fue creada, repartiendo su sangre, su sudor su alma y su valor inagotable por cinco pueblos de este mundo latinoamericano en los cuales la bandera de la libertad siempre flameó, batida por el viento de la razón, la justicia, la libertad, el patriotismo y el respeto.

Hoy el pueblo se siente más que orgulloso de sus militares, de sus soldados, de estos hombres encargados de velar por la defensa de la patria, que además de eso son eternos en los quehaceres que de ellos necesita el país. Los vemos en las duras faenas que la naturaleza deja caer sobre la patria en tiempos de interminables lluvias. Los palpamos en las tragedias que sin cesar ensombrecen la geografía nacional, saturando de dolor a los más pobres que desde los cerros, desde la frágiles explanadas, sufren el dolor de ver caer sus viviendas en donde fueron obligados a vivir en condiciones infrahumanas por los que hoy sueñan con golpes de Estados y traiciones, mientras ellos, los susurradores, habitan holgadamente.

Los militares y soldados venezolanos, además de pertenecer al mundo de la inevitable tecnología armamentista, suelen ir a lejanos lugares a prestar ayuda, a llevar esperanza a los pueblos que sufren, a construir sueños inconclusos. Y hay otra razón, de la cual los desestabilizadores y vende patria al parecer no tienen conocimiento: este pueblo que ama a su revolución, este pueblo llamado chavista, este pueblo que derrotó al golpe de Estado de 2002, ESTE PUEBLO QUE AMA A SU PRESIDENTE, también es un batallón de soldados, dispuesto a no permitir que bajo ninguna razón, LOS CUARTELES de las calles de la patria, no perciban, en el momento que así lo requiera la revolución, el aliento, el sudor, la fuerza inagotable de los hijos de Bolívar, ahí, justo en el lugar del combate, haciendo resurgir la gloria bolivariana, para que el enemigo no resurja con una nueva traición que entregue la patria al enemigo del cual una vez dijo el Libertador…”sumirá en la miseria…”

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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