Socialismo o Muerte!!!

Consigna tradicional de los movimientos revolucionarios en el mundo; traduce la esencia de la necesidad humana de imponer el socialismo en el planeta, desterrando el capitalismo expoliador, que ha condenado a muerte a la especie humana.

En la actualidad planetaria, la fuerza de los hechos corroboran las advertencias de innumerables científicos conscientes y de alta credibilidad, respecto de la destrucción paulatina, pero pertinaz, de la BIODIVERSIDAD en la tierra. Atentado de lesa humanidad, que se traduce en la difusión de emanaciones desproporcionadas y a escala planetaria,  de monóxido de carbono, otros gases tóxicos y agroquímicos a ecosistemas como la atmósfera y el agua, que causan el fenómeno conocido como el calentamiento global y sus terribles incidencias: destrucción de la capa de ozono, deshielo de la región polar ártica, el efecto climático del niño y la niña, aumento de las aguas en los océanos y mares, inundaciones por inusitada pluviometría, sequias y los indeseables tsunamis (Indonesia y el desastre reciente de Japón).

Por otra parte, es necesario hacer referencia en este orden trágico a los transgénicos, que son según definición de los científicos, organismos genéticamente modificados; manipulación que se ejerce sobre: semillas, plantas, animales y hasta seres humanos. Con lo que se aumenta la producción de alimentos desnaturalizados orgánicamente, con aditivos químicos nocivos (grasas saturadas) y semiartificiales; logrando las empresa transnacionales de los alimentos la distribución de grandes cantidades de productos para el consumo humano, conocidos como comidas chatarras que vulneran la salud del hombre, fundamentalmente de los sectores más humildes, ya que la alta producción de alimentos transgénicos abaratan los costos de los mismos.

La producción agropecuaria, en base a la producción de alimentos transgenéticos requiere de agroquímicos (plaguicidas), alimentos y hormonas para animales y métodos de cría que adulteran la condición orgánica natural de las especies; perversión que incide desfavorablemente en la salud humana, pero además, en la compactación y erosión de los suelos agrícolas, conllevando a la perdida de agrobiodiversidad y a la caída inevitable de la producción, encareciendo los alimentos en el mercado mundial; en lo que va de año y con la catástrofe de Japón se han encarecido en un 45%. También, estamos en presencia de la salinización y envenenamiento de suelos y aguas (arroyos, ríos, mares y océanos). En Japón decidieron arrojar al Pacifico 12 mil toneladas de agua contaminada con radioactividad, producto de la catástrofe nuclear de Fukushima. No olvidemos que la nación nipona, forma parte del G-8.

Todo ello, trae como consecuencia dependencia, endeudamientos y quiebra de pequeños y medianos productores de países subdesarrollados, que no tienen acceso a las tecnología que les permitan afrontar tales desequilibrios ecológicos, profundizándose la pobreza y las hambrunas que son variables que favorecen el brote de enfermedades y las consiguientes muertes, que diezman a los 1.000 millones de hambrientos en el mundo. Sin embargo, las multinacionales obtienen inexorablemente ganancias multimillonarias, con mirada impertérrita.

Ahora bien, los fenómenos degenerado a los que resumidamente me he referido (el tema es profuso y muchísimo más complejo, pero no es lo de fondo que pretendo abordar) son producidos, generados y esparcidos por el planeta tierra desde los países llamados occidentales y de mayor desarrollo económico, científico y tecnológico; que políticamente se comportan como imperialistas, pues, han alcanzado el estadio superior del capitalismo y, con tal prepotencia, son capaces de “salvar” pueblos de las garras de “autócratas despreciables” mediante el genocidio “mundialmente legalizado” (resoluciones del consejo de seguridad). Siendo que la misma ONU no logra que los EEUU, por ejemplo, firme el vetusto Protocolo de Kioto, pero no obstante, autoriza en nombre del mundo a masacrar al pueblo libio (fulminan indiscriminadamente a rebeldes y aliados civiles).

Entonces  la fuerza de los hechos nos obliga a concluir, que la humanidad entera debe políticamente avanzar hacia la erradicación del capitalismo con la insurrección socialista, o la vida humana desaparece antes de lo previsto. Lo ha vaticinado con gran sabiduría el legendario Comandante Fidel Castro, a propósito entre otras causas, a la inminente guerra nuclear que propicia el mismísimo imperio yanqui, con sus pretensiones geopolíticas en el medio oriente y ahora en el norte de África, con la clarísima intensión de apropiarse del petróleo y otros recursos naturales, patrimonio de los pueblos.

Socialismo o Muerte ha dejado de ser una simple consigna revolucionaria, pues, al calor de los devastadores acontecimientos mundiales, que se suceden vertiginosamente alertándonos como seres humanos del peligroso desenfreno del capitalismo neoliberal; resulta necesario comprender como sociedad humana, que estamos como especie condenados a muerte. Solo se preservará la humanidad en el reino de la felicidad, con la instauración del Socialismo.

Maracaibo, abril 2011

Sociólogo

enparra@cantv.net



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2172 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas