Morir sin morir

Qué vaina Lina

“Soy venezolana, aquí nací, aquí crecí, aquí nació mi primera esperanza”

Si de alguna cosa debemos sentirnos orgullosos los patriotas venezolanos es que nunca traicionaste tus ideales. Con tu cabeza llena de amarillo luna anduviste por todos lados, izando tu bandera del UPV, tal una cazadora de renegados que los hay por ahí que solamente se la pasan llorando como unas nenas encerradas a las que no dejan ir al picoteo a bailar música gringa, mostrando piercing más abajito del ombligo y pantaletas de hilo, despotricando, pidiendo, lamiendo y jalando bolas. Lina te fuiste y los mentecatos siguen por ahí; no sienten vergüenza y hasta han contagiado a los que se les vino abajo el rancho que les inauguró la IV-R

Cuando tenías aquel lugar debajo de la plaza donde regalabas remedios a los más pobres y hasta dabas cartas de recomendación para que algunos consiguieran trabajo, si eras de pinga. Después te echaron a un lado. Existe una cuarta parte de chulos y mal paríos entre nosotros los pobres que piden más que los maderos de San Juan. Quieren que el gobierno les de hasta carros libres, quieren que se les consiga trabajo, casas, apartamentos, toda vaina Lina y cuando no son satisfechos, entonces se les sale el mediocre: ¡Ese Chávez que no cuente conmigo! ¿te acuerdas de aquellos a los que se les libró del satánico crédito balón o mejicano y que después votaron contra la revolución? Coño así se demuestra lo “Caribe”,el mojón “clase"! Es una vaina seria.

Tu eras radical. Yo amaba tu forma de hacer política. A ese canal de la mierda no había que dejarlo coger tanta cuerda. Yo lamenté no haber sido mago aquel 12 de abril de 2002: te hubiera convertido en el Contralor que le leyó sus “derechos a los que se nos cagaron en nuestros derechos”, estoy seguro, que a ti no te hubiese temblado el pulso, Lina de la ausencia, Lina inolvidable, porque en la GUERRA al enemigo no se le puede rociar colonia en sus trincheras...tú sabes que es lo que hay que rociarle

(Tiempo presente porque tu no has muerto un carajo; estás en el alma de los hijos de Bolívar)

Eras la jefa del rebaño, pero hoy todo ha cambiado. Hasta “El Che” tiene un poderosa moto y anda de los más chic con las botas lustrosas...!coño nos hubiera gustado ver las botas del Che verdadero en la quebrada del Yuro donde siguió creciendo su inmortalidad, mientras aquel miserable cipayo preparaba su bala para quebrar la esperanza de los pueblos, Lina veloz, Lina del alma del pueblo, Lina a la que los miedosos “revolucionarios” pedían su cabeza de Luna guerrillera...¡malditos sean los cobardes, Lina...No sé si seguiré en esta vaina, Lina...se hace tarde...

Lina la muerte del Che Guevara paró en seco “los miles de, Vietnan en este mundo”, no voy a escribir que la tuya detendrá el valor de las mujeres venezolanas, porque aquí Lina de la arrechera, lo que va a crecer día tras día, son mujeres de tu estirpe, porque ya en los cobardones no cree nadie; porque la verdad es un hecho.

En aquel canal deben estar de fiesta: envidiaban tu valentía, tu arrojo, tu destreza, porque la envidia es la madre de la bajeza, del complejo de inferioridad y el inferior, léase el cobarde, es un acomplejado, que no defiende ni su causa ni la causa del pueblo. -En estos días soltaron a unos golpistas porque lo pidió la oligarquía - que lo llevó a ser los que es. Te lo confieso: quiero volver a la avenida Urdaneta a ver como el viento de aquellos días mueve tu cabello y tu bandera, encaramada sobre una moto, mientras algunos dirán: “Coño, adónde irá hoy Lina a enfrentar a los pusilánimes?”. Dicen que la muerte de alguien al que se ama, lo pone a uno ridículo, porque uno llora, se da golpes de pecho, blasfema, dice incongruencias...¡Sí lo soy, lo estoy, quiero salir a gritar veinte mil veces viva a la inolvidable Lina, la guerrera de la lucha, de la vida, de la esperanza... “los que mueren por la ...”

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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