El caricaturista Fonseca

"Quienes se ponen contra el pueblo; terminan a la espalda del pueblo" 

Confieso que mi dibujante y caricaturista preferido es Uncas. A él lo conocí cuando trabajamos  en El Correo del Presidente allá por la torre oeste de Parque   Central. Uncas es joven , actualizado, pulcro en sus  títulos, ocurrente y  diáfano en sus trabajos. El gigante es Omar Cruz: él  no es mi artista preferido: es mi hermano, mi amigo, mi alto pana y un señor del comics y la pintura en general,  humorista de postín y demás. Venezuela es cuna de grandes caricaturistas.,Juan,  Iván Lira, Loaiza, Rubén Hernández, el Tigrito Rivas, Vic Man, y otros excelentes cultores de esta especialidad artística que nos hacen  felices con sus trabajos a diario en los diversos medios venezolanos de la verdad y la ética 

Los caricaturistas, como los poetas, suelen ser personas  que hacen  con sus escritos y sus trazos,  loas al pueblo. No existe un caricaturista ni un poeta que no palpe la verdad diaria de la gente de menos recursos económicos en equis periódico o revista para hacer denuncias. Para los poetas la  Musa es el de abajo, el explotado, el marginado por los burgueses, el que lleva la rienda de un dolor, el que sufre los designios de una injusticia, el que bebe la vendimia del dolor y el desamor. Un caricaturista es un pintor que se nutre con la tinta y el alma de su gente; la gente por la que se hizo caricaturista, ¿se imaginan a Antonio Ledezma marcando trazos sobre la desigualdad y la lucha de los barrios  en el Caracazo?  Algo que no puede ser real, porque todo el país venezolano sabe que Antonio Ledezma pertenece a una organización política, AD, que  esos días acabó con muchos sueños, que cercenó juventud, que torturó esperanza y que ahora demagógicamente habla de derechos democráticos. 

Igual que Omar Pérez que se burla irrespetando a los pobres  escribiendo, atrapado por el canibalismo romulero, que ahí lo que hubo fue un vandalismo, que de los barrios, según, lo que bajó fue puro roba colchones y  borrachos . No sabe este periodista  adeco de las luchas de las masas, que arrollan, que son ciclones  de inverosímil fuerza, que todo lo arrasan sin contemplar ni analizar situaciones. Afortunado los golpistas que en esas menguadas horas el Contralor les leyó los derechos que ellos habían pisoteado y salieron ilesos de la cruel aventura.  Afortunadas las cúpulas  puntofijistas que el pueblo no las tomó contra ellas.  Motín no paga. 

¿Tiene  lógica que Leopoldo López suelte  lágrimas cuando ve a un grupo de indígenas recibiendo  títulos de bachilleres? ¿O  María Corina Machado gimiendo porque a un obrero de Tacoa lo envolvió una llamarada?¿o a Julio Borges  orando en un banco de la plaza Altamira pidiendo perdón al creador por la muerte de aquellos inocentes en puente Llaguno a manos de  los  francotiradores que colocó ahí la Coordinadora Democrática, la ballena y el rinoceronte de Alfredo Peña? ¡Eso  no es posible!, los hombres crueles no tienen espacio en su alma para dar amor y ejemplo.

 A los  hombres y a los que se creen hombres debe decírseles la verdad: ¿no somos la especie más atrinca la bola acaso? No debemos aplicar la mojigatería: el que se pique es porque ají come. De todos los caricaturistas que arriba nombre, no existe ninguno que trabaje para la prensa derechista, porque eso no denuncia nada. No es una gráfica que emerge del soberano para gritar un descontento Un caricaturista que  tome al gobierno que más ha hecho por el pueblo venezolano, para hacer su horrenda crítica no debió nunca entrar a donde no debía: se equivocó de profesión. 

Al señor Fonseca nunca le he admirado su trabajo: lo hace incoherente. Sus figuras son asimétricas, y creo que es así como él  ve al pueblo: tierrúo y estúpido. Hacer caricaturas en la cuales se critica  la acción REVOLUCIONARIA es un acto de desagravio a la inteligencia. Y no es que tenga que apegarse a esta gestión; es absurdo que él que traza monigotes sea revolucionario, ni es que me duele que lo haga: él no pertenece al siglo XXI, está estancado en el medioevo, habita en las catacumbas del paleolítico, calca figuras cavernarias colgadas a los techos de esos oscuros sitios hoy demodé, fuera de acción. 

Empero confieso que me tartamudea la razón que el tal Fonseca emborrone un espacio para ridiculizar al gobierno  del pueblo, cubriéndolo de mezquindades y atropellos irracionales, porque las figuras que él  traza no son  hablantes de la verdad que hoy vive nuestro país: miente como lo hacen los canales y la prensa privada nacionales e internacionales sumisas del imperio solo mata niños. Es un caricaturero que está de espalda a lo que define su profesión. ¿Caricaturero de derecha? ¡Zape gato! 

Por eso escribo esta nota. El  2 de marzo de 2011 en ÚN Fonseca  trata de que uno de sus personajes (son dos) conteste: "¿Por qué a los altos revolucionarios del gobierno no se les ha caído el  ranchito con las lluvias?" Cabría preguntarle al caricaturero FONSECA: ¿Y a los habitantes ADECOS Y COPEYANOS de las mansiones, quintas, "tojau", pent house, de toda esa voluptuosa geografía  del ESTE que se agarraron los  mejores terrenos  robando y convirtiéndose en LOS AMOS DEL VALLE, mandando a los pobres a los cerros, ¿se les han caído sus "ranchitos"? Por la verdad murió Jesús

aenpelota@gmail.com 


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

 legavicenta@gmail.com      @legavicenta

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