¡ Arde la Mesopotamia ¡ ¡ Alerta, Venezuela !



Arde el pueblo árabe de Irak, al que estamos vinculados estrecha y sentimentalmente, por la lucha para defender el petróleo de ambas naciones. Parte de la humanidad creyó que Irak caería bajo el dominio absoluto del más poderoso imperio que haya existido; ahora existe cierto desconcierto; el pueblo árabe no da tregua al invasor, no permite que controle su petróleo y hace unos días incrementó su hostigamiento a las tropas de ocupación. Esta es afronta una guerra sin cuartel, de guerrillas urbanas, que los expertos estimaron como el peor escenario para la ocupación. Los medios occidentales ocultan lo que está ocurriendo y las fuerzas invasoras vetan a la TV árabe Al Jazeera.

Alerta Venezuela, el águila norteamericana que se posó, y creyó hacerlo impunemente sobre ese pueblo árabe, incendió el turbante musulmán y éste arde en llamas cada vez más encendidas, en la medida que mueren mujeres y niños inocentes, por ataques aéreos y de tropas invasoras que no discriminan entre inocentes y atacantes. ¡Alerta, Venezuela!, las llamas obligarán al águila norteamericana a emprender vuelo para sofocarlas en tus llanuras del oriente.

El escenario indeseado, que complica la ocupación de Irak y el control de su petróleo, fue la razón por la que Bush quiso controlar a Venezuela antes de la invasión a Irak. Tras el fracaso del golpe de estado del 11 de abril de 2002 y del breve gobierno títere de Carmona, Bush se vio obligado a postergar la invasión a Irak, hasta otro intento para derrocar a Chávez; hasta diciembre de ese mismo año 2002, con el bloqueo marítimo a Venezuela, la paralización de su industria petrolera. Fracasó también. Bush no pudo postergar por más tiempo la invasión.

Ahora, al final del año 2004, cuando el escenario objeto de estudio para atacar a Irak, aquél que previó la necesidad de derrocar a Chávez antes de invadir, se hizo realidad, siendo imposible controlar a Irak y extraer su petróleo, todo presiona a Estados Unidos para un nuevo intento de derrocar a Chávez.

Por otra parte, Bush prácticamente anunció en Chile una nueva agresión, ahora contra el pueblo persa de Irán, también socio de Venezuela en la OPEP, con mayor presencia geográfica en el Golfo Pérsico y control sobre el tráfico de buques petroleros que navegan por éste. Es de prever que un ataque a Irán perturbará más el suministro de petróleo que procede del Medio Oriente. Venezuela entonces se hace más imprescindible aún para Estados Unidos; en grado tal que sería absurdo pensar que Estados Unidos atacará a Irán sin intentar antes y una vez más derrocar a Chávez, asesinarlo a él y a unos cuantos dirigentes del proceso.

La violencia que encubrirá esos asesinatos y la agresión extranjera a Venezuela se inició ya con hostigamiento por mercenarios colombianos y de otras latitudes, lo que obliga al gobierno a concentrar en occidente sus esfuerzos, y así poder facilitar el desembarco de tropas anglosajonas y el control del petróleo en el oriente.

El inicio de ese ataque a Venezuela sería la razón que influiría la renuncia del Secretario de Estado Collin Powell, cuyas opciones en el futuro político norteamericano se verían empañadas por el derrocamiento y asesinato del Presidente Chávez. Y no lejos está el llamado a la nueva Secretaria de Estado, Condoleeza Rice, del Washington Post, para que ponga ojo en Venezuela, lo que luce a participación del Post en la agresión, con una matriz de opinión que servirá de justificación.

De Internet sustraje algunos párrafos para ilustrar, con otros elementos, los fundamentos de mi certeza. Leemos respecto a dos altos funcionarios estadounidenses, además de Powell: “Renuncian también dos altos funcionarios de la CIA, Michael Scheuer, ex jefe de la unidad encargada de buscar a Osama Bin Laden, quien cuestionaba la política antiterrorista de Bush y la guerra y ocupación de Irak, y quien definió como "enteramente suya" la decisión de dejar la CIA después de 22 años, y dijo: "He llegado a la conclusión de que no hay un debate nacional adecuado sobre la amenaza planteada por Bin Laden y las fuerzas que lidera y que inspira, ni sobre la necesidad de reformar la inteligencia para hacer frente a esta amenaza", explicó la transformación de Al Qaeda de organización terrorista internacional en "insurrección islámica global".

Michael Scheuer sostuvo que la invasión instigó el antinorteamericanismo entre los musulmanes. Además cuestionó a las autoridades estadounidenses por querer hacer creer a la gente que "los musulmanes nos odian y nos atacan por lo que somos y lo que pensamos, más que por lo que hacemos". El ahora ex hombre de la CIA justificó el título de su libro Imperial Hubris (Arrogancia Imperial), al asegurar que "las elites que gobiernan EE.UU. están voluntariamente ciegas a las realidades en el mundo. Lo ven como quieren que sea, más que cómo es. Creen que cada uno desea ser sólo como los norteamericanos".

Y, aunque invocando "razones puramente personales", renunció también el Subdirector de la CIA, John McLaughlin, quien asumió interinamente la conducción del organismo cuando George Tenet dimitió en julio, al recrudecer las críticas contra la CIA, respecto de los atentados del 11 de septiembre de 2001.”

Los dos agentes de la CIA marcan distancia con las consecuencias de las políticas del gobierno de Bush y tratan de salvar la responsabilidad de la agencia de inteligencia. Atribuyen responsabilidad a sus superiores, sobre lo que ellos han previsto va a ocurrir en cualquier momento; a mi entender, un ataque árabe a Estados Unidos o a sus aliados europeos, presunción que agrava la urgencia de Estados Unidos por controlar el petróleo venezolano.

Tampoco está lejos de la urgencia energética, la invitación y homenaje a Chávez por España, que se ajusta a la presunción de un ataque del terrorismo islámico contra Estados Unidos o alguno de sus aliados, y a la certeza del agravamiento de conflictos en el Medio Oriente. La pretensión de España merece receptividad por Venezuela, pero sobre todo negociaciones equitativas y justas para los intereses de ambas naciones.

Ningún apoyo simbólico minimizará ni impedirá la próxima e inevitable acción anglosajona contra Venezuela. Sólo Dios está de por medio en este momento, y no hay, léase bien, no hay razones para hipotecar nuestro futuro. Nuestra fe debe privar, para fortalecer nuestra disposición a enfrentar, con el mayor coraje y determinación, la próxima agresión a Venezuela.



* Capitán de Altura en retiro de la Marina Mercante.


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Rafael Flores*

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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