Diego Arria y Fedecámaras

Hace 11 años los venezolanos éramos iguales de inteligentes, pero menos políticos. Nos gustaba más lo superficial, como por ejemplo ser capaz de entrar a la casa luego de un día de trabajo y ver a la familia sentada frente al televisor viendo esos venenosos programas de televisión que nos depositaba en el hipotálamo el canal 2 y no decir nada.

En casa de los protagonistas, la “primera dama y el ídem damo”, ni siquiera se encendía la tele porque los nombrados sabían que esos dramáticos culebrones, eran creados por la burguesía que anhela esclavizar per secula al pueblo y ellos, caray! También son humanos!- los artistas.

La esposa, la abuelita, el abuelito, los hijos, todos frente al “ojo de cristal” gimiendo de dolor, porque el malvado caporal, quien a la postre resultaba ser el dueño de la hacienda y de la riqueza ganadera hacía planes para igualmente eliminar a la madre de la campesinita que tenía “orgullo”, tuyuyo y no quería saber nada de la burguesía campesina que la hay, porque a ella ese mismo hombre la había violado en una noche quejumbrosa y fría. Así al día siguiente salían los reporteros del canal farandulero a entrevistar a la gente humilde- nunca lo hacen a los ricos- “¿Qué cree usted señora, don Aníbal del Toyuyo, en verdad matará a la madre de Lulita la campesinita?”

Y entonces el caudal de lágrimas hacía su aparición: el pueblo sometido al percance de una sociedad donde los valores se medían a través de las tele culebras, para mantenerlo dominado, sufría y gritaba: ¡No, no, por favor, que no la mate! Y así concluía la entrevista. “Mientras más ignorante mantenga a los esclavos más te obedecerán”

Diego Arría y Fedecámaras son parte de esa bufa comedia. El Galán y la galana interpretando un bodrio que ya no puede ser tolerado por nadie que tenga sentido patriótico, sano, respetuoso. Vienen unas elecciones y el guión se apura dentro del aparato burgués vende patria. Fedecámaras les aconseja a sus afiliados esconder los productos de la cesta básica, la medicina, la margarina y hasta el papel toalet. Todo con el perverso fin de crear miedo entre el pueblo….pero eso ya no es posible. Hace poco un usuario del Metro, es decir que iba en el caluroso vagón del tren, me dijo: “Caray señor, fíjese usted que en la mañana el aire acondicionado de los vagones no falla, pero cuando llega el mediodía, pum, se echa a perder, ¿por qué-se auto preguntó., pues para que la gente se ponga brava, para que todos les echen la culpa de eso a Chávez…eso parte desde aquí adentro; hay saboteadores dentro del Metro, señor”

Diego Arria un hombres gris, fuera de época, sin nada que buscar en el actual momento, como nunca fue nada en la Cuarta. exhalado del closet de los recuerdos por el imperio burgués “fedecamarista” venezolano. Le quitaron el polvo de matrero viejo, galán de otoño que ni es galán ni es un ¡pollo! reactivado por la CIA para que perturbe la calma revolucionaria venezolana. Es parte de la nómina de esa funesta agencia y querube de los diablos de la burguesía venezolana afiliados en Fedecámaras. Diego Arria carece de personalidad. Su Tiki ya no está con él, es un mamotreto que muy bien la estuviera pasando en un gerontológico de USA. Un vende patria-por su declaración magnicida- contra el Primer Mandatario Nacional. ¿Dónde podría ocultarse Arria si eso sucediera? ¿Habrá un bunker lo suficientemente profundo, alejado, oculto, para que el pueblo no lo encuentre?-al bunker. ¿Habrá escuchado aquello de: “Patria Socialista o muerte?

Diego Arria ha vuelto con su maleta decorada de telaraña, con su paltó mordido por el tiempo. Con su perfume pachulí de lupanar. No es aquel celador de la mujer de CAP a la cual enseñó a comer sin abrir la boca, manejando cuchillos y tenedores de plata y a beber Don Perignon, para que no hiciera pasar pena al ilustre colombiano del Cerrajón CAP. Es el quejumbroso personaje de la Conahotu, azuzado por FEDECÁMARAS: “Tú dices mentiras, ataca a Chávez, los amenazas, yo subo los precios, escondo la comida, jodo al pueblo”, le ha dicho la criminal FEDERACIÓN. Diego Arria y FEDECÁMARAS hoy no pueden engañar al pueblo con su bufa telenovela; el pueblo hoy, sabe más que arroz con caraota y carne mechá.

aenpelota@hotmail.es


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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