Patán y mal pintor


Roy Chaderton Matos ha sido uno de los mejores diplomáticos que ha tenido la patria venezolana desde hace años. Es un señor con una gran personalidad, con un aplomo admirable al que se le siente su amor por la patria cuando dice; “mi gobierno”. Hasta el tono de la voz de Roy Chaderton Matos suena bien cuando habla desde esa OEA tan llena de misterios e interrogantes.

Algunos sesudos revolucionarios lo llegaron a llamar copeyano, que era de la 4ta, que sirvió al gobierno de la tolda verde y otras vaguedades. Pero Roy es un gran venezolano que le pone el punto a la i y que igualmente le coloca el acento cuando es imprescindible; Roy es un venezolano al servicio de la patria allende la frontera. Y que conste jalar bolas y edulcorar a los hombres no es mi fuerte. Siempre he tenido la convicción de que el hombre es la guerra y la guerra no es buena para nada.

Pero de un personaje como Roy es que hay que escribir, pero no para guisarlo en un caldero con ajo cebolla y especies para que salga al gusto de alguien, no de Roy hay que escribir porque son estos seres humanos los que nos hacen bullir el pecho de patriotismo, de valentía, de esperanza. Roy de no haber sido diplomático, en cualquier carrera que le hubiese tocado elegir para ganarse la vida, habría tenido éxito.

Para los chavistas, parte de un inmenso pueblo donde caben millones, fue algo que les hizo subir la estima, el orgullo, el gentilicio de ser parte de un país donde se han escrito piezas musicales de la talla de la Alma Llanera y del Himno Nacional.

Mirar el talante genial de Roy dirigiéndose a quien irresponsablemente se inmiscuye por sumiso lame suela, en lo que solamente le atañe a los venezolanos, fue apoteósico. Se imaginaron, los chavistas, el rostro del Líder Presidente allá en su habitación donde lucha cuan un gigante para no sucumbir ante los embates de la vida, con una inmensa sonrisa, sus ojos brillosos, su alma bravía gritando como una locomotora en la cuesta más larga de su vida, elevando su puño de orgullo, mientras las palabras de Roy se expandían por aquel inmenso salón de la enigmática OEA…

Al intruso caballero a quien inicialmente le había dicho que "Como político familiarizado con maniobras, gestiones e intereses, confieso que prefiero polemizar con el dueño del circo y no con el más colorido y chistoso animador de la pista circense, pero el dueño del circo es muy inteligente y prefiere que otros sean voceros de sus intereses",

Sabemos a quién se refería y además expresó que
el embajador panameño escribe en la prensa venezolana contra el presidente Chávez “con toda la libertad que garantiza la democracia venezolana”, y recalcó que el diplomático tiene estrechos vínculos con ¨personajes comprometidos¨ con la desestabilización de la democracia bolivariana”.

Chaderton señaló al embajador panameño de aupar que una delegación de la oposición venezolana viajara a la capital cubana “para constatar el estado de salud” del mandatario venezolano, y querer recrear una escena como la pintada por Rembrandt en el cuadro La lección de anatomía.

"Señor embajador de Panamá, usted no es un político ni un diplomático ni un caballero. Señor embajador de Panamá, usted es un patán, y para colmo, un mal pintor", ¡Qué viva nuestro Roy Chaderton Matos!

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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