Jorge Lanata trabaja
para el multimedio Clarín, oligopolio en decadencia pero aún poderoso
en la Argentina de estos tiempos. Forma parte del selecto lote de
periodistas estrella que escribe en el diario, tiene su programa semanal
en uno de los canales de Clarín y otro de lunes a viernes en la
principal radio AM… de Clarín, claro.
Tanta pertenencia tenía que llevarlo tarde o
temprano a Caracas para participar de la entente mediática internacional
de la que sus empleadores forman parte y tiene a Hugo Chávez y su
Revolución Bolivariana en el centro de la mira.
Es placentero trabajar de lo que a uno le gusta. Es
un privilegio. Más placentero debe ser cuando, además, se gana muy bien.
Y aún más feliz es aquel que escribe lo que piensa.
En estos privilegios de la vida habrá pensado Lanata en vuelo hacia
Caracas. O no. Tal vez no. A juzgar por el producto que presentó el
último fin de semana en su programa televisivo "Periodismo para Todos",
podemos suponer que pensaba en cómo terminar rápido con este viaje y
volver a su Buenos Aires querida.
Su informe desde Caracas, "Recuerdos del futuro",
tenía como objetivo encontrar paralelismos entre las administraciones de
Chávez y de Cristina Fernández. Y así lo planteó el mismo Lanata al
presentarlo.
En la segunda presencia en cámara, el periodista
dice que está en "Plaza Caracas" pero en realidad está en el bulevar de
Sabana Grande. Un error menor atribuible a la falta de un mapa (en
Caracas, es verdad, no se venden mapas en cada esquina). Pero en el
desarrollo del informe vemos que no, que confundir Sabana Grande con
Plaza Caracas es una señal de lo que viene: un trabajo marcado por la
desidia.
Vemos a Lanata despachando desde su suite en el
Hotel Meliá (de los caros entre los más caros de la ciudad), y
trasladándose sólo para entrevistar a tres o cuatro personajes. A otros
dos o tres parece que ni siquiera los entrevistó él.
Así, se desgrana durante una hora un rosario de
lugares comunes de los que en Venezuela ya no habla ni la derecha: el
caso RCTV, el caso Afiuni y la remanida guerrilla comunicacional (usando
un informe amarillento del noticiero del canal de Clarín). Lo único que
tiene actualidad es la seguridad pública, una de las preocupaciones
perennes de los venezolanos y las venezolanas.
Pero el abordaje de Lanata en este tema, y en los
otros, es tan parcial, tan vacío, tan falto de ideas y con fuentes tan
laterales y gastadas que se hace aburrido hasta para quienes creen o
quieren creer con Lanata que las cosas en Venezuela son como él las
cuenta.
Si Clarín quiere aportar en serio a la batalla
comunicacional contra Chávez tiene que esmerarse y enviar al ocioso
estrella de nuevo, a que mejore el producto.
Permitan
que les acerquemos algunas ideas de producción: visiten un barrio
popular (son las luces que se ven en los cerros de Caracas en las
noches, Lanata, no son adornos navideños); visiten la red de
abastecimiento de alimentos del Estado (cerquita del Meliá hay un
hipermercado estatal, recién inaugurado); también pueden ir hasta el
Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano (eso está un poco más
lejos del hotel, conviene ir a media mañana para evitar congestión
vehicular).
Estos entre otros muchos recorridos posibles.
Pero
se nos ocurre algo mejor: instalen la cámara en Sabana Grande (su Plaza
Caracas, Lanata) y hablen más, mucho más, con la gente. En Venezuela la
gente habla y habla, opina a favor y en contra apenas se prende la
cámara. Se que es extraño visto desde Argentina, donde la gente escapa a
la cámara y hacer una encuesta callejera es un tormento para cualquier
cronista. Pero en Venezuela no. Les aseguramos que en Venezuela la gente
opina, gusta de opinar con nombre y apellido.
Los que no podemos asegurar es con todo este nuevo
paquete complementario les quede el material tan redondamente
manipulado como en la primera entrega. Van a tener que trabajar un
poquito más. Pero estamos seguro que van a lograr decir lo que se les
ocurra decir sin arreglo a la realidad (siempre compleja) del otro lado
de la lente. En decir lo que les convenga son especialistas. Ya sabemos
que cuando nos mean, Lanata dice que está lloviendo.
salgado.marcos@gmail.com