Entrevista en Francia a Stalin Pérez Borges

Venezuela: “La primera preocupación de la población es obtener comida y medicamentos.”

Stalin Pérez Borges

Stalin Pérez Borges

Entrevista: Con motivo de la Universidad de Verano, realizada por el Nuevo Partido Anti Capitalista (NPA) de Francia, donde hizo una exposición titulada "Venezuela en una tormenta", entrevistamos el 23/08/2016 a Stalin Pérez Borges, dirigente sindical y militante revolucionario venezolano. Uno de los principales dirigentes del extinto PST (Partido Socialista de los Trabajadores) y después de Marea Socialista, Stalin es hoy uno de los dirigentes de LUCHAS (Liga Unitaria Chavista Socialista).

Venezuela atraviesa una crisis económica y social muy grave. ¿Cómo se manifiesta esto en la población?

La mayoría de la población nunca conoció una situación de este tipo. Después del inicio de 2016, la inflación acumulada es superior al 160% o 180%, la más alta del mundo. Hay una falta general de alimentos, de medicamentos, de productos de higiene y de otros bienes, que da lugar a una especulación masiva: los que tienen la posibilidad, acaparan los productos de base cuyo precio está regulado y los revenden diez veces más caros. Para hacer frente al problema, el gobierno lanzó la formación en todo el país de los Comités Locales de Aprovisionamiento y Producción (CLAP).

Los venezolanos sufren de manera cotidiana colas de seis horas o más para procurarse los productos de base indispensables. En las colas, el turno llega en función del número del documento de identidad. La primera preocupación de la población es obtener alimentos y medicamentos. Para poder cubrir sus necesidades y las de su familia, muchos trabajadores deben tener dos y hasta tres empleos. A esto se suma una explosión de la delincuencia y por lo tanto, de la inseguridad.

La responsabilidad principal de esta catástrofe le incumbe indiscutiblemente a la gestión económica de estos últimos años, que ni modificó el modelo capitalista rentista basado en el petróleo, ni previó una situación, como la que estamos viviendo, en la que el precio del petróleo cayó de manera considerable, ni inició la transición hacia una economía productiva que garantizara la autosuficiencia alimentaria.

¿Puedes contarnos un poco más sobre los factores que desataron esta crisis?

La crisis económica estalló con la caída de los precios del petróleo. Estos últimos 17 años, bajo Chávez y luego bajo Maduro, no se hizo nada para que la economía del país saliera de su dependencia de la renta petrolera: es el mismo modelo que sigue en vigor después de 80 años. El 97% de las entradas de divisas provienen de las exportaciones de petróleo de las que depende todo el país. Es cierto que Chávez distribuyó mejor la renta petrolera, aumentando la inversión social en más del 70%. Pero la burguesía, la antigua y tradicional al igual que la que surge dentro y al margen del aparato del Estado (la “boli-burguesía”), también se enriqueció ampliamente.

Entre 2003 y 2013, los capitalistas recibieron del Estado divisas por un valor de 354 mil millones de dólares para importar lo que quisieran (alimentos, materias primas, partes…), muy a menudo sin cumplir con la obligación legal de dar cuentas detalladas. La misma burguesía que conspiró ayer contra Chávez, y lo hace ahora contra Maduro, pudo así desviar sumas fabulosas. Se enriqueció gracias a una sobreevaluación grosera de la moneda nacional, el bolívar (que terminó en una devaluación dramática, con un salario mínimo que pasó de más de mil a unas pocas decenas de dólares), y practica hoy en día una “huelga de inversiones” en el cuadro de planes que tienen como objetivo obtener la caída de Maduro.

Háblanos un poco de esta ofensiva de la derecha…

Los grupos políticos que representan a la vieja burguesía venezolana se reagruparon en el seno de la MUD (Mesa de Unidad Democrática), con la ayuda de gobiernos como el de los Estados Unidos y el de España. Consideran que llegó el momento de terminar con la experiencia chavista, el “bolivarianismo”. Obama hace presión a través de gente como Luis Almagro, secretario general de la OEA, para imponer un referéndum revocatorio, aunque no estén reunidas las condiciones requeridas por la ley, en el cuadro del mecanismo democrático previsto por la Constitución bolivariana. Se trata de una cuestión de política interior en la que ni los Estados Unidos ni Rajoy, ni Almagro, ni la OEA ni la ONU tienen derecho a meterse, y mucho menos a ejercer presión.

La MUD está pagando sus errores. Después de haber obtenido una victoria sin apelación en las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015 (que, bajo un régimen presidencial, no trajo aparejada la caída del gobierno), creyó que lo esencial ya estaba hecho, y que Maduro no tenía para más de seis meses. Es la razón por la que no se ocuparon enttonces, para obtener el referéndum revocatorio. El presidente de la Asamblea Nacional ya se veía presidente de la República, y todavía espera serlo, pero para eso habrá que tener el referéndum antes de fines de 2016. Si tuviera lugar en 2017, aún si Maduro fuera revocado, sería su vice-presidente (chavista) que lo sucedería en el gobierno.

Pero si la MUD se equivocó después del 6 de diciembre, el gobierno tampoco hizo una lectura correcta de los resultados, y siguió adelante aplicando las mismas políticas que nos llevaron a esta situación. No se derrota a la burguesía con métodos de caza de brujas, anunciando que se despedirá a los empleados del Estado que firmen la demanda de referéndum revocatorio. La dirección chavista no entiende que se acabaron los tiempos del capitalismo de Estado y de vivir de la renta petrolera. No entiende todavía que su permanencia no puede venir de medidas como la entrega escandalosa del Arco Minero del Orinoco a las multinacionales. Es todo lo contrario lo que hay que hacer: no pagar o refinanciar la deuda externa, cobrarle impuestos a los màs tienen, entre estos a la banca, monopolizar el comercio exterior.

¿Cuál es la situación del movimiento de masas, y cuál es la orientación que ustedes desarrollan?

Como dije, los trabajadores pasan lo esencial de su tiempo trabajando para que sus familias puedan vivir. Pero esto no significa que estén ausentes en el terreno de la lucha de clases.
Los trabajadores contratados se movilizan localmente para que las empresas en las que venden su fuerza de trabajo les den un empleo fijo. Vemos nuevamente surgir sindicatos dirigidos por trabajadores jóvenes, y, entre ellos, muchísimas mujeres –un sector hacia el que nuestra organización (LUCHAS) se orienta en prioridad. Aun la CBST, la central oficial y mayoritaria, acaba de crear un sector llamado Juventud Obrera en respuesta a este proceso.

El movimiento sindical está confrontado con dos tareas urgentes: dar la batalla por aumentar el poder de compra de los trabajadores, y, en el plano de la organización, construir federaciones regionales y sectoriales que sean lo más independientes posible del aparato nacional, en el seno de la CBST. Existen las condiciones para que la CBST pudiera juegar un rol importante en el desarrollo de las luchas, así como en la presentación de proposiciones auténticamente socialistas, por un socialismo autogestionario y construido desde abajo, en el que los trabajadores sean ellos mismos los actores, lo que no ha sido el caso hasta el presente.

Propósitos recogidos y traducidos por Jean-Philippe Dives, militante del NPA.



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