Dossier- Historia: Agosto/septiembre 1939

El Pacto germano-soviético de 1939

El Pacto germano-soviético fue un trueno en un cielo que no era sereno. Ciertamente, un dictador reinaba en cada país, mientras que uno se presentaba como un constructor del “socialismo real” y tenía el apoyo de numerosos trabajadores en el mundo, el otro representaba el fascismo en el poder.

Leyendo el texto del Pacto y sobre todo sus Anexos “secretos” (leer en www.mareasocialista.com, el artículo completo y allí están: Pacto de No Agresión, 23 de Agosto 1939; Protocolo secreto; Tratado germano-soviético de delimitación y amistad del 28 de septiembre de 1939; Anexo; Protocolo Confidencial del 28 de septiembre de 1939; Protocolo adicional secreto del 28 de septiembre de 1939; Declaración del Gobierno del Reich y el Gobierno de la Unión Soviética del 28 de septiembre de 1939 y el Protocolo secreto del 10 de enero de 1941), es importante ubicarse en el tiempo y ver cómo tales ignominias quedaron en el papel sin que el mundo se indignara. Ciertamente, los Anexos eran secretos pero el Pacto no lo era y su aplicación fue rápida. Ciertamente, hubo protestas muy vigorosas, pero procedentes de una izquierda muy aislada.

“Alivio liberado” de los “demócratas”

Veamos, en primer lugar, lo que ocurrió de notable entre enero de 1933, fecha de la llegada legal de Hitler al poder, y agosto de 1939, cuando se firmó el Pacto.

El 28 de octubre de 1922 Mussolini había organizado la marcha sobre Roma que le permitió tomar el gobierno del país. Y desempeñará un gran papel para establecer negociaciones entre nazis y potencias occidentales. Tras largos debates, se firma un Pacto a Cuatro el 15 de julio de 1933 (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia): fue el Tratado de Roma que prometía la paz entre los 4 signatarios durante diez años.

El 2 de mayo de 1935 es entre Francia y la Unión Soviética que se firma un Tratado por el que se establece una “ayuda mutua en caso de agresión por una tercera potencia”.

El 7 de marzo de 1936 Hitler invade a Renania, lo que no hace reaccionar ni a Francia ni a Gran Bretaña, luego, con Mussolini, él sostendrá vigorosamente a Franco durante la guerra de España.

En noviembre de 1937, tuvo lugar un encuentro interesante entre Hitler y el Ministro de Asuntos Exteriores inglés, Lord Halifax, en Berchtesgaden (residencia del Führer), para llegar a un nuevo acuerdo excluyendo siempre a la Unión Soviética. Lord Halifax declara que los círculos dirigentes británicos “son penetrados de la idea que el Führer ha hecho mucho y no solamente por Alemania, ya que el comunismo en su país, le limpió el camino a Europa Occidental y que por esta razón Alemania puede, justificablemente, considerarse como el bastión del Occidente contra el bolchevismo”.

En marzo de 1938 se da el Anschluss, es decir, la anexión de Austria por los nazis que se beneficiaban del silencio de los gobiernos francés e inglés. El mismo año es el turno de Checoslovaquia que es amenazada. Ella conserva sólidos vínculos con Francia y comporta a numerosas minorías nacionales: los checos y los eslovacos sólo representan un 50% de la población. Fue en 1918 que se declaró al Estado checoslovaco. La minoría alemana (3 millones sobre 15 millones de habitantes) constituye una mayoría en la región de Sudètes. Hitler anuncia que desea anexarlo, lo que equivale a una declaración de guerra a Francia.

Es sobre una propuesta de Mussolini, que se va a organizar una conferencia de último momento en Munich, en septiembre de 1938. Ante la sorpresa (y la consternación) general: los cuatro representantes (Daladier, Chamberlain, Mussolini y Hitler) firman un acuerdo a espalda de Checoslovaquia que no ha sido invitada (la URSS tampoco). Prevé que los checos evacuarán el territorio de Sudètes antes del 10 de octubre de 1938 y que las tropas alemanas lo ocuparán progresivamente. La mayoría de los hombres políticos franceses se revelan “muniqueses”. El líder del partido socialista, Léon Blum, se jacta de que “liberó alivio” y escribe en El Popular: “La guerra se descarta, la plaga se aleja. La vida vuelve a ser natural. Se puede reanudar su trabajo y encontrar su sueño. Se puede gozar de la belleza de un sol de otoño”. En cuanto a Georges Bidault, que representa a la democracia cristiana, declara: “Parece de verdad que después de este encuentro de los Cuatro, el recurso a la guerra se convierte en una imposibilidad”. En Francia, solamente el Partido Comunista protesta y sus 73 diputados (más 2 aislados) no votan por la política de Daladier.

De abril a junio de 1939, varios proyectos son presentados por los soviéticos a los anglo-franceses que prevén una asistencia mutua en caso de agresión. Finalmente, una delegación militar llega el 10 de agosto a Leningrado: es dirigida por funcionarios que no tienen ningún poder de negociación a nivel político. Los rusos piden que Polonia deje pasar al Ejército Rojo para que pueda enfrentar a las fuerzas del Reich. Se pide a los Aliados ejercer presión sobre Polonia pero, finalmente, ésta se niega a autorizar a las tropas soviéticas a entrar a Polonia, o a Rumania, en caso de necesidad.

“Amistad alemana-soviética”

Stalin se persuade cada vez más que los occidentales quieren enfocar hacia el Este las ambiciones de Hitler, y la forma en que se dejó caer a los checos en Munich no hace más que confirmar sus temores. No le queda otra que ponerse de acuerdo con el Führer, cuyas tropas habían invadido, el 15 de marzo de 1939, Checoslovaquia (Bohemia, Moravia). Pero, contrariamente a lo que dijeron más tarde distintos “partidarios” de la URSS (no solamente comunistas), creía verdaderamente en que la durabilidad del Pacto era un método temporal para retrasar una agresión. Khrouchtchev hizo hincapié en este punto en el XX Congreso del PCUS, y recordó que informado en abril de 1941 por numerosos despachos de Churchill sobre los preparativos militares nazis, Stalin los desestimó y no hizo nada para preparar a la URSS contra la agresión.

El 23 de agosto de 1939 se firma el Pacto germano-soviético por Molotov y Ribbentrop. Hitler no tiene ya el temor de tener que combatir en dos frentes, y el 1 de septiembre ataca Polonia, lo que Stalin hará 17 días más tarde. Soviéticos y alemanes se encontrarán sobre el río Bug que marcará la nueva frontera entre los dos países. Eso desencadenará la Segunda Guerra Mundial ya que Francia y Gran Bretaña, asociadas a Polonia, se ven obligadas a declarar la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. Más de un tercio de la antigua Polonia se anexa a la URSS, el resto a Alemania. ¡Stalin aprovecha para atacar también Finlandia, anexar a los países bálticos y de invadir Rumania! A finales de septiembre 1939, Stalin hace venir a Moscú a Joachim von Ribbentrop. Se firmó un comunicado común así como tres protocolos secretos que:
- reglamentaban la división de Polonia;
- delimitaban la nueva frontera germano-soviética;
- colocaban a los tres países bálticos en la zona de influencia soviética.

Los días 28 y 29 de septiembre se firmó un Tratado de Amistad alemana- soviética en Moscú (1). Definía las líneas de división de las fronteras en Polonia así como de las “zonas de influencia” en los países bálticos y los métodos comunes de lucha contra la “conspiración independentista” de la población polaca. En esa línea, varias conferencias comunes entre las policías políticas nazis y soviéticas (Gestapo y NKVD) tuvieron lugar (2).

Stalin aplicó con cuidado las obligaciones del Pacto. No se limitó a suministrar a Hitler el petróleo, el hierro, el carbón y el trigo, le entregó también cerca de un millar de comunistas alemanes y austríacos (entre los cuales numerosos judíos) que se habían refugiado en tierra soviética. Entre ellos la viuda de Heinz Neumann, miembro de la Buró Político del PC alemán y el Komintern (III Internacional). Se le detiene en 1937 y desaparece, a Margaret Buber-Neumann se la juzga por “desviacionismo” y es trasladada a Karaganda, para luego ser entregada en 1940 a la Gestapo que la encierra en el campo de Ravensbrück. Tras la guerra, en 1949, testimonia en el proceso al antiguo deportado del Gulag, Victor Kravchenko. Escribió varios libros apasionantes (3).

Masacres y deportaciones

En los territorios que la URSS y Alemania nazi se repartieron en septiembre de 1939 reinó el terror. Se conoce bien el de los nazis. El de los estalinistas fue ocultado por mucho tiempo, debido al papel jugado por la URSS (después de la agresión nazi del 22 de junio de 1941) en el aplastamiento del Estado hitleriano. Los soldados polacos - que excepcionalmente no se defendieron contra el ejército soviético que ocupaba la parte oriental de Polonia a partir del 17 de septiembre de 1939 – fueron considerados como prisioneros de guerra y fueron alojados en campos para luego ser en su mayoría asesinados en abril-mayo de 1940 (4).

Algunas semanas después de la invasión de la URSS por la Wehrmacht, hubo un descubrimiento que generó mucho ruido y suscitó una polémica que duró cincuenta años: en agosto de 1941 los nazis descubrieron en el bosque de Katyn (cerca de Smolensk) una tumba de masas con más de 4.000 cadáveres de oficiales polacos. Luego de encontrar otra candidad importante la noticia fue anunciada el 13 de abril de 1943 por Radio-Berlín, colocando a los soviéticos bajo acusación. Éstos negaron todo y asignaron la responsabilidad a las tropas alemanas. Los hitlerianos desencadenaron entonces una campaña antisemita, afirmando que Katyn correspondía a una “masacre judía”. Recién en 1990 es Gorbachov quien termina por reconocer la responsabilidad del NKVD en la matanza y presentó las excusas oficiales al pueblo polaco. En 1993 Boris Yeltsin entregó a los polacos las órdenes escritas de ejecución procedentes del Buró Político del PCUS (5).

El resto de la población polaca y judía de Bielorrusia y la Ucrania occidental no escapó al terror estalinista. A partir de octubre de 1939 alrededor de 55.000 refugiados de Polonia central, en su mayoría judíos que habían huido del ejército alemán, comenzaron “a ser desplazados” hacia el Este de estas dos Repúblicas soviéticas. El 5 de diciembre de 1939 el gobierno soviético había tomado la decisión de desplazar a los ciudadanos polacos de los territorios ocupados hacia Siberia y Kazajstán (6).

El pacto germano-soviético permitió también a Stalin la invasión de Lituania, Letonia y Estonia en junio de 1940 y luego su anexión formal a URSS en agosto del mismo año. Se reprimió a la población de estos tres países también en masa: entre junio de 1940 y junio de 1941, en aplicación de la instrucción secreta de Ivan Serov (7), se desplazaron varias decenas de millares lituanos, letones y estonios (8).

El PCF y el pacto germano-soviético

Presentados los acontecimientos más notables ocurridos antes y después de la firma del Pacto, es muy importante precisar cómo los comunistas franceses recibieron el Pacto. Dos días después de su firma, la Humanité estaba prohibida. Un mes más tarde, el 26 de septiembre, eran prohibidos el Partido Comunista y numerosas de organizaciones controladas por él. Su dura línea antifascista iba a modificarse en el otoño 1939. Ciertamente el antifascismo subsistía en muchos militantes, pero la dirección hizo un giro completo. En un largo comunicado del 25 de agosto el PC aprueba el Pacto pero recuerda que el enemigo es todavía el nazismo. El mismo día, el grupo parlamentario comunista vota por unanimidad una resolución claramente antifascista: “Si Hitler a pesar de todo desencadena la guerra, que sepa que encontrará ante él al pueblo de Francia unido, los comunistas en la primer fila, para defender la seguridad del país, la libertad y la independencia del pueblo”. Poco tiempo después es el gran giro. La guerra “antihitleriana” se convierte en “imperialista”. En el número clandestino del segundo semestre de 1939 y enero de 1940 de los Cuadernos del bolchevismo (9) hay una entrevista a Thorez. El título es “Maurice Thorez nos dice…”, y la última línea menciona “en alguna parte en Francia - el 20 de octubre de 1939”. Ahora bien se sabe ahora que Thorez ya no estaba: había dejado al ejército el 4 de octubre para pasar a Bélgica. Por supuesto era a petición del Internacional Comunista cuya delegación estaba in situ. El 9 de noviembre estaba en Moscú. Esta entrevista pone de relieve la revocación completa del Secretario General que hasta allí se había opuesto vigorosamente a los fascistas. Ahora la guerra pasó a ser “imperialista”:

¿“Qué piensas tu de la guerra en Francia hacen los enemigos del comunismo? ¡“La reacción, los hombres del 6 de febrero, su hombre de confianza! Daladier y los jefes peligrosos del Partido Socialista SFIO, están furiosos porque denunciamos los objetivos imperialistas de la guerra que imponen al pueblo francés. Todos estos señores tienen el objetivo de cubrir su política criminal al abrigo del antihitlerismo con la esperanza de engañar a los trabajadores, pero no dudan en decir que el objetivo que querrían alcanzar es la destrucción del país del socialismo, la URSS, y la destrucción de la inmensa esperanza que representa para los proletarios del mundo entero”. En el mismo número se encuentra un texto de saludo a Stalin por su sexagésimo aniversario. Contiene una serie de afirmaciones que confirman el cambio de línea del partido francés a petición de su mentor moscovita:

“Ante la política de provocaciones de los promotores imperialistas de París y Londres que quieren extenderse la guerra al universo entero y se preparaban a utilizar la Finlandia de la pandilla de Mannerheim para atacar a la Unión Soviética, vemos la política de paz del gran país donde desapareció la explotación del hombre por el hombre; por eso los comunistas y los trabajadores franceses saludan en Stalin al gran estadista que supo frustrar los planes criminales de los gobiernos franceses e inglés quienes en el momento en que hablaban de “frente de la paz” preparaban la agresión antisoviética y pretendían utilizar la Alemania hitleriana como tropa de choque en esta agresión”. Si se habla con comunistas que han vivido este tiempo o se limita a examinar los números de la Humanité clandestina, se comprueban los cambios de línea del PCF: a partir del otoño 1939 la guerra “antihitleriana” se convierte en “imperialista” y en junio de 1940 lo increíble se produce: en el momento que Molotov felicitaba al embajador de Alemania en Moscú por la entrada de las tropas alemanas en París, el PCF hizo gestiones con las autoridades para la publicación legal de la Humanité. Es, por supuesto, a petición de Stalin y de Jacques Duclos (sustituto Thorez) que se niega hasta el final… El miembro del Comité central Maurice Tréand se presentó el 19 de junio de 1940 con las autoridades nazis, acompañado por Denise Ginollin (futura gerente del diario) y un intérprete. Eran portadores de los textos que debían imprimirse. La policía francesa los detuvo, ya que el PCF estaba disuelto, y es sobre por orden del jefe de la administración militar alemana que fueron liberados una semana más tarde. Una nueva tentativa fue confiada a Jean Catelas que escribió una carta, refrendada por Maurice Tréand y entregada a las autoridades alemanas por el abogado Robert Foissin. Debido a la oposición de Vichy, la demanda no tiene éxito.

En el mismo momento, la Humanité del 13 de julio de 1940 publicaba un artículo inusual bajo el título “Fraternidad franco-germana”:

“Las conversaciones amistosas entre trabajadores parisienses y soldados alemanes se multiplican. Aprendamos a conocernos. Y cuando se dice a los soldados alemanes que se lanzó a los comunistas en prisión por haber defendido la paz, cuando se les dice que en 1923 los comunistas se dirigieron contra el empleo del Ruhr, se trabaja para la fraternidad franco-germana”.

Mientras la Gestapo permanece a la expectativa, Vichy endurece el brazo: 18.000 encarcelados políticos, sobre todo comunistas. La dirección del PCF decide entonces hacer un Llamamiento al Pueblo de Francia. Está firmado Maurice Thorez y Jacques Duclos. Su fecha fue objeto de muchas controversias: es del 10 de julio de 1940, día en que Pétain recibe en la Cámara los plenos poderes contra el dictamen de 80 opositores. Según el antiguo dirigente del PCF, Auguste Lecoeur, el Llamamiento fue redactado por Duclos, sobre un boceto de Thorez (entonces en la URSS) y fue a principios de septiembre. En cuanto al texto mismo, se alteró al menos cuatro veces. El documento original incluye varias páginas pero no hay una línea contra el ocupante nazi… Una frase a menudo fue citada y caracteriza bien todo el asunto: “Nunca un gran pueblo como el nuestro será un pueblo de esclavos, y si, a pesar del terror, este pueblo supo, bajo las formas más distintas, mostrar su rechazo de ver a Francia conectada al tanque del imperialismo británico, sabrá también significar a la banda actualmente en el poder su voluntad de ser libre” (10).

Vacilaciones ante la historia

Me parece indispensable recordar algunos textos que ilustran bien las vacilaciones de la dirección comunista en esta época:

● En 1964 aparece “la Historia del Partido comunista francés - manual”, publicado “bajo la dirección de Jacques Duclos y François Billoux” (11). No hay una línea sobre la solicitud de publicación de la Humanité a las autoridades del III Reich;
● En 2004 es publicado un número con motivo del centenario de la Humanité. En parte baja de la página consagrada al año 1939 puede leerse un pequeño apartado que dice: “En junio de 1940, dos responsables del PCF negocian con la embajada de Alemania la reedición legal de la Humanité, con el acuerdo de Jacques Duclos. Es necesario esperar la vuelta de Benoît Frachon a París, tres días más tarde, para que el error sea reparado” (12). Se trata de una mentira pura y simple. ¿Es preferible la mentira a la omisión anterior?

● Tomemos ahora las Memorias de Jacques Duclos (volumen 3) aparecida en 1970: “En este clima, los camaradas animados sin duda alguna de buenas intenciones y que, más tarde, se batieron valerosamente contra los ocupantes, pensaron que la prensa del Partido podría aparecer legalmente puesto que se publicaban otros diarios. La dirección del Partido negó estas gestiones, y los autores reconocieron su error” (13). ¿Cuáles eran estos camaradas “seguramente animados de buenas intenciones”? Seguramente no él, puesto que era el principal responsable de la dirección que “negó estas gestiones”. ¡Otra mentira!

● Si se toma el muy grande (y muy pesado) volumen coeditado por el Seuil y la Humanité tratando también el centenario del diario, compuesto por Bernard Chambaz - miembro de una familia comunista quien los “antiguos” conocieron bien -, se ven admirables fotografías y algunas reflexiones originales no siempre “en la línea”. Por ejemplo, página 205: “París está ocupada por el ejército alemán, el gobierno se instala en Vichy y hace votar por los parlamentarios la caducidad de la República. Es en esta situación que se plantea la delicada cuestión de la demanda de reedición de la Humanité, mucho tiempo negada después de la guerra por el partido. En resumen, un abogado comunista - Foissin - transmite a un dirigente del partido - Tréand - esta sugerencia y propone establecer un contacto con Otto Abetz el Kommandantur. Las negociaciones se encaran a finales de junio. Foissin, Tréand y Catelas - que sustituyó a Villon - vuelven a la oficina de Abetz. (…) Es difícil imaginar que actúan sin la luz verde de la dirección, probablemente Duclos, y sin el acuerdo del Komintern” (14).

Lucidez crítica

Si el Partido Comunista tuvo una actitud de lo más criticable sobre el Pacto, debido a su voluntad de seguir siendo fiel a la línea soviética, es interesante ver cómo la extrema izquierda, y, en particular, León Trotski, se posicionaron. Basta con recorrer un conjunto de textos que escribió de 1937 a 1940 (fecha de su asesinato) y que fueron publicados en Bélgica por las “Éditions La Taupe” en 1970, recopilados por Daniel Guérin, bajo el título “Sobre la Segunda Guerra Mundial” (15). Se recuerda:

● Que desde 1933 anunció “que Stalin estaba en busca de un acuerdo con Hitler”;

● Que predice “que a cambio de Polonia, Hitler dará a Moscú toda libertad de acción en los Estados bálticos que bordean a la Unión Soviética”;

● Que “para atacar Polonia y llevar a cabo la guerra contra Inglaterra y Francia, Hitler tiene necesidad de la neutralidad “benévola” de la URSS y también de las materias primas soviéticas. Los Tratados políticos y comerciales garantizan todo eso a Hitler”;

● Que “el pacto actual se concluyó a pesar de la existencia de un ejército de varios millones de hombres, y el objetivo inmediato del pacto era volver más fácil a Hitler la destrucción de Polonia y su división entre Berlín y Moscú”.

Resumidas las “profecías” de Trotski y recomendamos al lector el prólogo de Daniel Guérin.

Terminaremos con lo que el dirigente trotskista francés Pierre Frank analizó en su obra sobre la “Historia del Internacional Comunista” (16). Según él, el Pacto no era para Stalin “una maniobra diplomática un poco dudosa, sino el inicio de una política de alianza entre dos Estados, como su actitud posterior lo demostró. De ahí, por su parte, toda una serie de posiciones adoptadas y de acciones absolutamente injustificables”. Cita entonces:

● La entrada de las tropas soviéticas en Polonia luego en Finlandia;

● La entrega a Hitler de “un número de refugiados políticos alemanes, de antinazis, incluidos comunistas y judíos, que habían encontrado refugio en la Unión Soviética o que habían sido invitados”.

● La obligación para la Internacional Comunista y sus secciones “de alinearse sobre esta alianza y de adaptarse a las exigencias del Kremlin, lo que les hizo seguir durante toda la duración del pacto una política escandalosa que nunca había tenido antecedentes similares en la historia del movimiento obrero, y para lo cual faltan calificativos para tacharlo”.

Este Pacto se firmó hace exactamente 70 años. Muchos jóvenes lo tratan como un fenómeno histórico comparable a mucho otros. Sin embargo tuvo tales repercusiones, en particular, en el movimiento obrero. Por eso es indispensable tomar conocimiento.

Notas

1. El Anexo secreto de este Tratado de amistad estipulaba entre otras cosas: “Las dos partes no tolerarán en sus territorios ninguna agitación polaca susceptible de afectar al territorio de la otra parte. Pondrán fin a tal agitación a partir de su origen y se informarán mutuamente sobre las disposiciones tomadas a tal efecto. ”
2. La primera conferencia Gestapo-NKVD, consagrada a los métodos de eliminación de la “conspiración independentista” polaca tuvo lugar en Brest-Litovsk el 27 de septiembre de 1939. La segunda, cuyo temario se amplió a los intercambios de los prisioneros de guerra y a los métodos empleados para tratar a la población polaca, tuvo lugar a finales de noviembre 1939 en Przemysl. La tercera conferencia se abrió el 20 de febrero de 1940 en Zakopane. Su protocolo final estipulaba que la germanización/rusificación de la población polaca debía acabarse en 1975 (!). La delegación de la Gestapo estuvo por Adolf Eichmann (condenado a muerte en Israel en 1962 después de un proceso resonante); y la delegación del NKVD estuvo dirigida por Fiodor Eichmans, el antiguo encargando de los campos de concentración en las Islas Solovetski, y por Rita Zimmerman, jefe del campo para niños y comandante de la mina de oro Kolyma. En marzo de 1940 hubo una conferencia de nivel inferior que tuvo lugar en Cracovia. Véase. http://en.wikipedia.org/wiki/Gestapo-NKVD_Conferences.
3. Se puede leer: Margaret Buber-Neumann, “Déportée en Sibérie: Prisonnière de Staline et de Hitler”, tomo 1, Points Seuil, Paris 2004; Margaret Buber-Neumann, “Déportée à Ravensbrück, Prisonnière de Staline et de Hitler”, t. 2, Points Seuil, Paris 1995; Margaret Buber-Neumann, “Milena”, Seuil, Paris 1997.
4. Entre el 3 de abril y el 13 de mayo de 1940, se transportó a 4.404 presos del campo de Kozielsk, en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, situada en aproximadamente 50 kilómetros de la frontera bielorusa, fueron abatidos de una bala en la nuca y enterrados en fosas comunes. Se asesinó a los 3.896 presos del campo de Starobielsk en los cuarteles del NKVD en Jarkov y se mató a 6.287 hombres detenidos en el campo de Ostaszkow en Kalinine (hoy Tver). Las masacres pues, alcanzaron a más de 14.400 polacos. Es necesario añadir a eso, cerca de 7.800 miembros de redes de resistencia y distintos funcionarios, no movilizados en el ejército, que, de conformidad con la decisión del 5 de marzo de 1940, fueron fusilados por el OSO (Consejo Especial de la Policía); se cuentan 3.400 en Ucrania y 3.880 en Bielorrusia.
5. El texto de la decisión del Buró Político del PCUS, del 5 de marzo de 1940, anotado como “ultrasecreto” y firmado por el secretario del Comité Central, transmitido a las autoridades polacas en 1993, estipula:
“I. recomendar al NKVD de la URSS
1) los asuntos 14.700 ex funcionarios polacos, funcionarios del Estado, latifundistas, policías, agentes del espionaje, gendarmes, colonos y supervisores de prisión que se encuentran en los campos de presos de guerra, 2) así como los asuntos de los decretos y encontrándose en las prisiones de las circunscripciones occidentales de Ucrania y Bielorrusia, entre 11.000 miembros de distintas organizaciones K-r [contrarevolucionarios] de espionaje y diversión, a ex proa
2) ietarios rurales, industriales, ex funcionarios polacos, funcionarios del Estado y fugitivos - a examinar por vía especial aplicando la pena capital.
II. Tratar los asuntos sin convocar los decretos y sin presentarles las acusaciones, ni la decisión de final de la instrucción, ni el acto de acusación - sobre el siguiente método:
a) acerca de las personas que se encuentran en los campos de presos de guerra - sobre la base de la información presentada por la Administración de los presos de guerra del NKVD de la URSS, b) por lo que se refiere a las personas detenidas - sobre la base de la información de los actos presentados por el NKVD de la República socialista ucraniana y de la República socialista de Bielorusia.
III. Confiar el examen de los asuntos y la adopción de la Resolución al trío de camaradas compuesto por: Mierkoulov, Koboulov y Bachtakov (jefe del Primer departamento especial del NKVD de la URSS). ”
Una nota ultrasecreta de L. Beria (Comisario de los Asuntos Interiores) de marzo de 1940 dirigido “al camarada Stalin” estipulaba la misma cosa y llevaba sobre la primera página las firmas manuscritas de Stalin, Vorochilov, Molotov y Mikoyan así como una anotación: “camarada Kalinine - para, Kaganovitch - para”.
6. Estas deportaciones tuvieron lugar en cuatro olas. El 10 de febrero de 1940 se desplazó alrededor de 140.000 personas (70% de polacos y 30% de ucranianos y bielorrusos); los días 13 y 14 de abril de 1940 aproximadamente a 61.000 personas (las mujeres y los niños constituían un 80%); entre mayo y julio de 1940 se desplazaron más de 80.000 (80% de los cuales eran judíos); y una cuarta ola (alrededor de 85.000, desplazadas por un período de 20 años) tuvo lugar en mayo-junio de 1941 - se bombardearon algunos de los transportes de esta ola, fueron sorprendidos por la agresión nazi antes de haber podido dejar Bielorrusia.
7. La traducción inglesa de esta instrucción: http://www.latvians.com/en/Reading/TheseNamesAccuse/ThNA-08-Appendix-1.php
8. El número de personas desplazadas hacia el norte y el este de la URSS de los tres países bálticos entre julio de 1940 y junio de 1941 se considera en más de 131.000, 35.000 de los cuales eran de Lituania, 35.000 de Letonia y 59.000 de Estonia (otras cifras mencionan 54.000 desplazados y movilizados en el ejército).
9. Este número de los Cuadernos del bolchevismo se volvió imposible de encontrar, excepto la edición de 1951 por Dominica Wapler, acompañada de comentarios de A. Rossi.
10. Auguste Lecoeur: “El partidario” - Flammarion - 1963
11. “Historia del Partido comunista francés - manual”. Ediciones sociales – 1964.
12. 1904-2004 - número del centenario de la Humanité. Fuera de serie - abril/mayo/junio de 2004.
14. Jacques Duclos: “Memorias” Primera parte: 1940/1942
15. Bernard Chambaz: “la Humanité 1904-2004” - Seuil/la Humanidad
16. Léon Trotsky: “Sobre la Segunda Guerra Mundial”. ED. La Taupe - Bruselas - 1970
17. Pierre Frank: “Historia de la Internacional Comunista” - ED. La Breche - T2 – París, 1978

* Jean-Michel Krivine, médico-cirujano jubilado, fue miembro de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR), y activo militante en el movimiento de solidaridad con el pueblo de Vietnam durante la guerra de agresión imperialista. Integra la redacción de Inprecor.

* *Imprecor
Nº 551/552, Francia, julio-agosto 2009
www.inprecor.fr
Traducción de Ernesto Herrera




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