El Sión imperialismo contra la clase trabajadora de la franja de Gaza

Como es bien sabido, en 1948 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) crea el Estado de Israel en territorio que por más de 5 milenios ha estado habitado por sus legítimos dueños, vale decir, los palestinos. La creación de este Estado se debió a las presiones ejercidas por un grupo de sionistas ambiciosos, manipuladores, mentirosos, avaros y egoístas. Ya de antemano este grupo sabía que en definitiva no iba a ser así, pero esa porción de tierra fue distribuida con los palestinos, pero hoy el Estado sionista de Israel tiene ocupado casi el 80% de Palestina. Es de esperarse que la población israelí crecerá de manera natural en los pròximos años y necesitará territorios para asentarse y es por ello que desde hace más de 40 años ha iniciado esta ocupación acompañada de un etnocidio, como para que, al ocupar totalmente a Palestina; no queden legítimos dueños que reclamen tales territorios. Hoy es contra la franja de Gaza y de allí, inexorablemente, tratarán de pulverizar a los pobladores de Jabaliya, Hebrón, Jericó, Ramhalla, Scisjordania y, en general, contra toda Palestina.

Pero es realmente dramática la situación que viven las trabajadoras y los trabajadores palestinos. Según la Federación Palestina de Trabajadores, las empresas, artesanales o no; laboran al 20% de su capacidad. La gran mayoría de las trabajadoras y trabajadores palestinos tienen que prestar sus servicios a empresas y comercios israelíes, devengando salarios de miseria y en condiciones desfavorables, en virtud del descomunal desempleo que los afecta. No tienen un puerto y los trabajadores del mar no se pueden alejar a más de 3 millas de la costa para realizar sus faenas de pesca, pues si sobrepasan esta distancia, la armada israelí hundirá sus embarcaciones. No tienen aeropuertos, pues así se tiene un control del flujo de pasajeros y mercancías que entran y salen. Es muy limitada la actividad agrícola en Gaza. Son tan solo 350 kms2 de territorio y las pocas extensiones dedicadas a la producción de alimentos, así como su maquinaria, han sido destruidas por los misiles de la aviación israelí. Ni siquiera la producción del aceite de oliva se ha salvado, ya que el ejército de ocupación ha ido destruyendo sistemáticamente los milenarios sembradíos de olivos. Producto de los criminales ataques de la aviación y de los tanques, la infraestructura comercial ha sido parcialmente destruida, y por tal motivo se han despedido a más de 180 mil trabajadores y trabajadoras que laboraban en panaderías, mercados, en los pocos locales comerciales. El agua potable está dramáticamente escasa y las tuberías con aguas servidas están colapsadas. A esto hay que agregarle los miles y miles de compañeros de clase que han quedado viudos y viudas, con miembros del cuerpo amputados y con severas lesiones que los incapacitarán de por vida y que seguramente, por la grave crisis, no tienen ningún tipo de protección social por parte del Estado o de alguna empresa. Todo esto constituye un verdadero drama que debe llevarnos a la reflexión y a la solidaridad.

Pero Palestina y su clase trabajadora están y estarán allí, firmes. La Franja de Gaza es la prisión a cielo abierto, más grande del mundo y hace palidecer a los campos de concentración de la Alemania nazi. Están cercados por aire, mar y tierra. Es tal el grado de criminalidad y locura de los militares al mando del primer ministro Benjamín Netanyahu, que sectores internos en Israel que profesan el judaísmo se han desmarcado y han criticado duramente el descomunal ataque. Pero ya las bombas, la mortandad y los abusos de poder del imperialismo sionista israelí no asustan. Tanta maldad curó el miedo. Ahora la misión es pelear por vivir, por vivir con dignidad. Es cierto, matan, pero la muerte por igual de niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos; antes que asustar o atemorizar el pundonor palestino, lo que hacen es fortalecer su capacidad de lucha por defender su legítimo derecho a vivir en esa tierras como lo han hecho en los últimos 5.300 años; pero libres, soberanos y sin el yugo opresor del avaro sionista. Y seguirán por siempre enfrentando con hidalguía al prepotente e infame invasor.

Los trabajadores venezolanos organizados en la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras de la Ciudad, el Campo y la Pesca (CBST-CCP), apoyan fraternal, solidaria y decididamente a Palestina en estos duros momentos cuando el sionismo imperial pretende ponerlos de rodillas una vez más. Palestina está de pie y con dignidad. La historia bíblica se repetirá y David vencerá nuevamente al inmoral Goliat. Palestina por siempre será libre y saldrá victoriosa de esta nueva emboscada del opresor capitalismo sionista.

 ¡Palestina Unida Jamás Será Vencida!    

 

  ¡Resiste Palestina, Resiste. Tu dignidad VENCERÁ

 

 

 Pedro Borges /

Comisión de Medios / Puesto de Comando / Coordinación Nacional CBST-CCP

19-08-2014

 



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