Derrotada la demagogia y el oportunismo en la discusión del contrato colectivo Químico Farmacéutico

En días recientes en el sector químico farmacéutico se discutió y se homologó el contrato colectivo.  La discusión sirvió  para distinguir la actuación claramente definida de actores que con varias posturas e intereses particulares actuaban en función a ellas.

Por una parte estaba un grupo empresarial que se dedicó a desarrollar una serie de tácticas dilatorias para que  se agotara la fase de conciliación que establece la ley, de forma tal que en base a ello, se aplicara un laudo  arbitral. Toda vez que estaban  convencidos que por esa vía podían otorgar menos beneficios y a la vez presionar al gobierno para que flexibilizara algunas políticas en materia de medicamentos.

Por otra parte, y desde el lado de la dirigencia sindical, hubo algunas individualidades que integraban la comisión  negociadora del sector sindical que pretendían utilizar el escenario del contrato colectivo para generar conflicto y confrontar al gobierno, y con esto hacer demagogia ante los trabajadores en función de resaltar su liderazgo personalista. Que por cierto refleja, una concepción pequeño-burguesa que aún existe dentro del movimiento obrero, que para nada contribuye a elevar la conciencia de la clase trabajadora sobre el  rol que históricamente están llamado a cumplir en la construcción de una sociedad mas humana, donde predomine la igualdad. Esa actitud expresa una práctica sindical oportunista, que  aprovechando algunas problemáticas de los trabajadores las utiliza para hacer politiquería barata en función de sus fines particulares. Cabe destacar que esta práctica coincidió con un sector empresarial  perteneciente a la oposición  venezolana,  esa que el gobierno ha denunciado como autores de  la guerra económica.  A todas estas, ambos actores se quedaron con los crespos hechos, ya que se impuso la racionalidad y la responsabilidad a favor de los verdaderos intereses de los trabajadores; el cual no era otro que lograr un contrato que mejorara las condiciones económicas y sociales  de los mismos. Entendiendo que ningún contrato colectivo por muy bueno que sea, satisface todas las necesidades de los trabajadores, debido a que solamente se pueden satisfacer dichas necesidades cuando desaparezca la explotación del trabajo, y los trabajadores dejen de ser clase en si y se conviertan en clase para si, donde el accionar de su trabajo irradie al conjunto de la sociedad y no  solo sirva para incrementar las arcas de los dueños de los medios de producciónn.

 A pesar de que hasta última hora, cuando se estaba depositando el contrato, se intentó sabotear el mismo; la demagogia y el oportunismo fueron derrotados y finalizó satisfactoriamente para bien de los trabajadores. Es importante puntualizar que dicho contrato fue mejorado en la gran mayoría de sus partes, consiguiéndose beneficios por encima del 100% en algunas de sus cláusulas en comparación con el contrato anterior.

Es por ello que de esta experiencia debemos tomar conciencia a fin de erradicar las prácticas  que aún siguen desarrollando ciertos dirigentes sindicales, quienes desde un discurso ambiguo, sólo trabajan en función de un liderazgo personalista y oportunista que no le importa para nada los verdaderos intereses de los trabajadores, sino satisfacer su ego... actitud esta que colide con lo que debe ser una practica verdaderamente revolucionaria.

Deseamos a todos los trabajadores de la industria farmacéuticas  que este año 2014 sea un año de prosperidad, y prepararnos para redoblar la lucha por una sociedad más humana donde predomine la igualdad.

JUNTA DIRECTIVA



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