Lucha de clases...

El sindicalismo obrero es revolucionario: Voto seguro por Nicolás Maduro

Entendamos, en primer lugar, que por definición, sindicalismo es el sistema de organización obrera por medio del sindicato. En segundo lugar, sindicato es una agrupación que defiende intereses comunes. Cuando hablamos que al sindicalismo lo crean los sindicatos; y a la vez, que los sindicatos son para defender los intereses comunes de los obreros; preguntémosnos entonces, ¿De quién se defiende el sindicato y cuáles son esos intereses comunes?. Las respuestas a estas interrogantes, en correspondencia con la afirmación El Sindicalismo obrero es revolucionario; habrán de inscribirse necesariamente en el dominio del concepto de lucha de clases. Pero igualmente, para entender la retroalimentación y correspondencia existente entre lucha de clases y sindicalismo; explicamos lo siguiente:

Nuestra sociedad sigue siendo por ahora, una sociedad capitalista, es decir, está dividida en las dos clases sociales fundamentales del capitalismo: burgueses y proletarios, explotadores y explotados, patrón y obrero. Ambas clases tienen sus intereses particulares; los cuales son antagónicos, contrarios y totalmente diferentes e irreconciliables. Razón por la cual estos intereses, les mantendrá, mientras exista capitalismo, en permanente lucha; y dicha lucha es la que define en el campo laboral y también en otros campos, la lucha de clases.

En consecuencia, para responder a las preguntas formuladas, decimos, con base en lo anterior, que el sindicato se defiende del burgués explotador, del patrón; y cuyos intereses son: la ganancia, acumulación de capital y defensa del poder capitalista. Por su parte, el sindicato, dado que sus intereses son los de sus trabajadores afiliados, sus intereses son: el salario, las condiciones de vida y de trabajo, respeto a sus derechos y libertades sindicales; y en el caso de Venezuela, ser protagonista, participante activo del proceso revolucionario bolivariano y la TOMA DEL PODER CON Y PARA LOS TRABAJADORES.

Siendo estas premisas, en las cuales se involucra el sindicalismo revolucionario, el trabajador y la trabajadora deben comprender que la lucha sindical va más allá de la que se libra tras los portones de la fábrica o entidad de trabajo, la cual es muy importante en el diario accionar del obrero. Pero no es menos importante saber lo que se quiere decir cuando se señala en la caracterización de la lucha de clases, que también es interés del obrero ser protagonista y participante activo del proceso revolucionario que vive Venezuela. Ya que en una revolución, la lucha de clases se agudiza; porque la clase burguesa no quiere perder el poder, y en ello emplea sus grandes recursos, tales como el de los empresarios capitalistas y el de pitiyanquis de la sociedad que ella formó. Mientras que los sindicatos con sus trabajadores y trabajadoras, deben arreciar la carga, a la vanguardia del pueblo trabajador, para que la Revolución Bolivariana se consolide en su noble, patriótico y revolucionario propósito de construir la sociedad socialista y derrotar definitivamente la sociedad explotadora capitalista. En otras palabras, a la clase obrera y su sindicalismo, le toca ser vanguardia en la solución del dilema que, en su época planteara el comunista italiano, Antonio Gramci: En toda revolución hay dos sociedades en pugna, UNA SOCIEDAD QUE NO TERMINA DE MORIR Y OTRA SOCIEDAD QUE NO TERMINA DE NACER. Eh aquí la causa fundamental a la cual se debe la agudización de la lucha entre las clases en la Venezuela de hoy; y en la que el sindicalismo tiene que jugar su rol protagónico.

Dicho esto, espero se entienda ahora por qué digo que el SINDICALISMO OBRERO ES REVOLUCIONARIO. Pero hay más. El obrero  y la obrera, su sindicato y los sindicalistas, no van asumir tamaña responsabilidad por obra y gracia del Espíritu Santo; y mucho menos si tienen unos valores, una cultura y una conciencia que les formó, precisamente la clase burguesa que les oprime y les explota. No en vano en este aspecto, los clásicos de la Revolución Rusa, entre ellos, Vladimir Ilich Lenin-, que confrontaron esta misma situación que hoy tiene el sindicalismo en Venezuela, nos legaron la siguiente enseñanza: palabras más, palabras menos, a la clase obrera hay que convertirla de una clase en si, en una clase para si; para que pueda ejercer su papel de vanguardia. Interpretando esta sabia orientación en concordancia con nuestra revolución, le toca al sindicalismo revolucionario formar, preparar y orientar a los y las trabajadoras, desde sus sindicatos, entendiendo que EL SINDICATO ES UNA ESCUELA DE FORMACION Y EDUCACIÓN DEL OBRERO Y DE LA OBRERA; para elevarle su autoestima frente al patrón, desenmascararle los falsos valores de subsistencia, de sumisión frente a la explotación y opresión; ponerle a pisar entierra y enseñarles cuáles son los verdaderos valores, cultura y conciencia propios de la clase obrera, para que lleguen a ser, como dice Lenin, una clase en si; y luego hacerle entender que para librarse de la explotación, debe convertirse en una clase para sí, es decir, luchar hasta derrotar definitivamente la explotación del hombre por el hombre que lideran los capitalistas explotadores; y asumir, con conciencia de clase explotada, la construcción de la sociedad socialista en la cual estamos involucrados en la Revolución Bolivariana.

Para el sindicalismo revolucionario venezolano, sería imperdonable la condena histórica que significaría la indiferencia de los sindicatos frente a los grandes retos que nos plantea nuestra revolución; o evadir por X razón el insustituible calor obrero en UNIDAD DE ACCION, que exige al movimiento de las y los trabajadores, la consolidación del PODER OBRERO EN LA VENEZUELA REVOLUCIONARIA, en las actuales circunstancias victoriosas que vive nuestro proceso. Es verdad innegable que en este sentido hemos librado duros combates al lado del pueblo trabajador, para las conquistas que hoy disfrutamos, gracias a la revolución; pero debemos hacer mayores esfuerzos de organización y participación, porque, por encima de las conquistas logradas, la profundización de la lucha de clases de la cual hablamos, nos presentan todos los días grandes y nuevos retos que no podemos ni debemos eludir. Por ejemplo, por elemental principio de solidaridad de clase, ante las candidaturas a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela del TRABAJADOR NICOLAS MADURO, y el candidato de la burguesía, del capitalista explotador, del IMPERIO NORTEAMERICANO y sus testaferros en Venezuela, Capriles Radonski; EL SINDICALISMO REVOLUCIONARIO CLASISTA no puede vacilar y mucho menos tener dudas; y como un solo hombre y una sola mujer del sindicato, sus trabajadores debemos cerrar fila, con nuestro ejército proletario; y VOTAR SEGURO POR NICOLAS MADURO el próximo 14 de Abril.

diazdurancasiano@gmail.com



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Casiano Díaz Durán


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