Diciembre 15 de 2012
Como hemos insistido y seguiremos insistiendo, una de las tareas del aparataje político y propagandístico del capital es borrar la memoria colectiva, parte a su vez de la continua acción de fragmentación y atomización de la conciencia en los sectores dominados, razón por la cual los agentes de la reacción dicen que el pasado no existe y solo debe hablarse de futuro.
De acuerdo con tal criterio debe “pasarse la página” y partir del ahora, tal y como lo planteó en la V Cumbre de las Américas en abril de 2009 el presidente de los Estados Unidos, a quien molesta sobremanera oír hablar de las invasiones militares estadounidenses a Cuba, República Dominicana, Granada y Panamá o de los golpes militares teledirigidos desde el Departamento de Estado y que asolaron a Latinoamérica, convertida en “patio trasero” del poderoso complejo militar-industrial-mediático que desde el norte del mundo marca la pauta para todo el planeta desde finales de la II Guerra Mundial, cuando EEUU emergió como hegemón luego del nuevo reparto del planeta.
¿Por qué ese afán de “borrón y cuenta nueva”?
Fronteras adentro, en Venezuela observamos que muchos jóvenes creen que algunos de los problemas colectivos que nos aquejan son de reciente inauguración, ello explicable por los mecanismos de manipulación de la historia, la pérdida de hábito de la lectura y el dominio de temáticas hueras e intrascendentes en los medios de confusión masiva, muy especialmente en la televisión.
Pero también hay gente mayor de cincuenta años que parece haber olvidado (algunos obviamente por estricto interés político) experiencias aquí vividas y conocidas respecto a desabastecimiento de bienes de consumo masivo, represión policial y militar, crisis en educación y salud, desempleo, violencia en las cárceles y fuera de ellas, abusos de poder y corrupción, por lo cual proponemos un sucinto recuento que comenzaremos en los inicios de los años sesentas con el fin de recordar algunos eventos.
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HISTORIAS DE EXCLUSIÓN, MISERIA, REPRESIÓN Y VIOLENCIA CARCELARIA