México, 7 oct (PL) La imposibilidad de que Estados Unidos pueda garantizar asistencia médica en su territorio a los emigrantes mexicanos, fue resaltada por el secretario de Salud, José Ángel Córdova, quien citó en primer lugar las trabas legales.
En una gira por el central estado de Guanajuato, el ministro de salubridad mexicano expresó que esa posibilidad de cobertura médica es muy remota, sobre todo por las posturas antiemigrantes existentes en distintos estados norteamericanos.
En lugares como Arizona la condición de emigrante indocumentado se ubica como una figura delictiva en la nueva ley SB-1070 de este año, que fue aprobada en aquella demarcación de Estados Unidos y cuyo contenido permite la detención y deportación de personas indocumentadas de otras nacionalidades.
Cordovas Villalobos se refirió a que existe solo un programa piloto aplicado a tres mil trabajadores agrícolas del Valle del Yaqui, en el norteño estado de Chihuahua, que laboran de manera temporal en Washington y que establece un fondo de 32 dólares mensuales desatinados al seguro médico.
Añadió que en algunos estados del vecino país los migrantes sin documentos son atendidos en hospitales públicos de protección social, pero en otros como Arizona y Texas ni siquiera se pueden acercar a ese tipo de instalación, ya que son inmediatamente deportados.
Durante un foro sobre políticas de salud en Guanajuato, el funcionario del gobierno mexicano se manifestó en el sentido de que se deben sistematizar las garantías fundamentales de mujeres, niños, hombres e incluso adultos mayores.
En contraste con los impedimentos señalados por el propio ministro, éste argumentó que es relevante el hecho de la incorporación de un mayor número de organizaciones civiles estadounidenses, dispuestas a apoyar a los emigrantes, principalmente a los indocumentados.
En esa propia convocatoria, Roberta Ryder, miembro del Centro Nacional para la Salud de los Trabajadores Agrícolas, advirtió que las dificultades que afrontan las clínicas comunitarias en Estados Unidos para atender a los migrantes mexicanos ilegales, se agudizarán con la reforma a la ley de salud estadounidense.
Expresó que en centros asistenciales de ese tipo que tienen la mejor disposición de apoyar a los migrantes y cuidar de su salud, enfrentan adicionalmente el obstáculo de no disponer de personal médico que tenga conocimientos sobre la cultura de esos pacientes, muchos de los cuales son indígenas.
