Washington, 3 jul (PL) Los hispanos y afroamericanos en Estados Unidos son los más afectados por el desempleo, al registrar en junio una tasa del 12,4 y 15,4 por ciento respectivamente, muy por encima del 9,5 general. El Departamento de Trabajo precisó que el mes pasado fueron contabilizados 2,82 millones de latinos sin trabajo y aunque enfrentan menor índice de desocupación que los afroamericanos, tienen salarios y condiciones de trabajo deplorables.

El sueldo mínimo actual de los altinos en EE.UU. no proporciona un ingreso suficiente para mantener a una familia de cuatro personas por arriba del umbral de pobreza.

En ese contexto algunos rubros industriales han llegado a depender de esa mano de obra barata y sometida a salarios deteriorados desde hace más o menos 15 años, según estadísticas oficiales.

No obstante, para los estadounidenses de raza blanca tampoco la situación del mercado laboral es favorable.

Los datos divulgados hoy indicaron que a principios de junio había en total 14,6 millones de personas en busca de trabajo, a los que se sumaron otros 125 mil estadounidenses en igual situación al cierre de mes, el peor resultado desde octubre de 2009.

Sin embargo, el Departamento del Trabajo informó que la tasa de desocupación bajó de 9,7 a 9,5 por ciento, sin explicar que en sus registros no aparecen quienes no tienen empleo y abandonaron la búsqueda.

Es decir, los parados y cansados de no hallar un puesto de trabajo son borrados de la lista y no se tienen en cuenta para calcular ese indicador.

En junio de los 14,6 millones de parados, unos 6,8 lo eran por largo tiempo (seis meses o más), pero las estadísticas dicen que fueron 625 menos que el mes anterior.

Forma curiosa de medir un índice tan importante en el desempeño económico de un país que se empeña de salir de la crisis y en realidad se recupera con debilidad y altibajos, y muy cerca de recaer en la crisis.

Si se cuenta a quienes dejaron la búsqueda de empleo y los que trabajan a tiempo parcial pero quisieran tener un empleo de tiempo completo, la llamada tasa de subempleo bajó en junio una décima al 16,5 por ciento de la fuerza laboral.

A pesar de esas cifras, la secretaria estadounidense de Trabajo, Hilda Solís, minimizó la grave situación laboral de su país al afirmar que en la primera mitad del año se crearon unos 600 mil puestos de trabajo en el sector privado.

En su opinión las nuevas cifras sobre la desocupación no son lo suficientemente malas como para indicar una inminente vuelta al período de recesión, pero refuerzan las preocupaciones acerca del decrecimiento económico.

Si el mercado laboral continúa siendo débil, los problemas que enfrenta el gobierno para controlar sus finanzas se agravarán.

Desde diciembre de 2007, cuando comenzó la crisis económica, Estados Unidos vió desaparecer unos 8,4 millones de puestos.

Los economistas calculan que se necesitaría crear unos 280 mil mensuales durante dos años y medio para retornar a las condiciones previas a la recesión.

Otros análisis indican que se requieren al menos 700 mil plazas laborales cada mes para mantener una oferta de trabajo acorde al crecimiento de la población.

En junio el sector fabril, la hotelería y el turismo, las agencias de empleo temporal y los servicios de educación y salud sumaron puestos de trabajo al mercado

Mientras tanto, el comercio minorista, la construcción y los servicios financieros recortaron sus ofertas.

Por sectores, la desocupación subió en los jóvenes de 16 a 29 años, y en general entre los hombres mayores de 20 años, y en sentido general las mujeres también tuvieron menos oportunidades para emplearse.

Investigaciones sociales significaron que después de dos años y medio de crisis, el 55 por ciento de la población económicamente activa de Estados Unidos ha perdido sus empleos y disminuido sus ingresos.