Convocar a EEUU para tratar las bases militares, plantea Brasil en la Unasur

Mandatarios sudamericanos al celebrar ayer en Quito la tercera cumbre de la Unasur. En el extremo derecho, Manuel Zelaya, invitado al encuentro

Mandatarios sudamericanos al celebrar ayer en Quito la tercera cumbre de la Unasur. En el extremo derecho, Manuel Zelaya, invitado al encuentro

Credito: Reuters

Quito, 10 de agosto. Brasil pidió hoy a los integrantes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) que convoquen a Estados Unidos a un diálogo sobre su plan para ampliar las facilidades militares estadunidenses en siete bases de Colombia, proyecto que no fue objeto de una condena explícita en la declaración final de la tercera cumbre de mandatarios de la región, celebrada hoy aquí, a pesar de las peticiones hechas por Venezuela y Bolivia.

El tema de la colaboración colombiano-estadunidense no estaba considerado en la agenda de la reunión, pero fue introducido sorpresivamente por el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien dijo cumplir con una "obligación moral" al advertir que "vientos de guerra soplan en la región", porque la instalación de bases militares estadunidenses podría "convertirse en una tragedia" y "generar una guerra incluso en Sudamérica".

Chávez, quien hizo circular una carta a sus homólogos para señalar que la amenaza militar estadunidense se cierne sobre los gobiernos socialistas de la región, solicitó a la Unasur que convoque a una reunión de emergencia de los jefes de Estado sudamericanos para tratar el asunto "a fondo".

"Salvar al pueblo colombiano"

El gobernante boliviano, Evo Morales, se unió a su par venezolano con el argumento de que “tenemos la obligación de evitar que Colombia se convierta en un ‘insider’. Hay que salvar al pueblo colombiano, porque una cosa son los gobiernos y otra los pueblos”.

Antes de la intervención de Chávez, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien asumió hoy la presidencia pro témpore, había advertido que el tema de las bases no había sido incluido en la agenda y la declaración final de la cumbre porque se tiene previsto que el 24 de agosto los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de la zona traten el caso en Quito.

Sin embargo, Correa aclaró que la posible extensión de las facilidades militares de Estados Unidos en Colombia es un tema que "nos concierne a todos, porque puede desestabilizar la región". Colombia, precisó, cuenta ya con el segundo ejército más grande de la zona y la ampliación de las operaciones militares estadunidenses en territorio colombiano (con un aumento de 250 a 800 soldados, además de 600 civiles involucrados en actividades castrenses) constituyen un asunto que va "mucho más allá del ámbito bilateral" entre Bogotá y Washington.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, intervino en la sesión plenaria para sugerir a Correa que llame al gobierno estadunidense a hablar sobre esos planes directamente con los mandatarios sudamericanos, después de la cita de los ministros del día 24.

"Pienso que esto va a resolverse con mucha conversación, debate, diciendo verdades; la gente va a tener que escuchar cosas que le gustan", sostuvo Lula.

La propuesta fue retomada por Correa y por la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien consideró imprescindible que a la cita sea invitado su par colombiano, Álvaro Uribe, y que la misma tenga lugar en Buenos Aires para que el presidente "no tenga la sensación de que hay hostilidad".

Fernández de Kirchner, quien alertó que se "está creando en la región un estado de beligerancia inaceptable e inédita", destacó que una reunión en la capital argentina quitaría a Uribe "la excusas", en alusión al hecho de que el colombiano declinó asistir a la cumbre de Quito –a la que fue invitado–, en virtud de que Colombia y Ecuador rompieron relaciones bilaterales en marzo del año pasado, después de que las fuerzas armadas colombianas bombardearan territorio ecuatoriano y mataron al comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Raúl Reyes.

La vicecanciller colombiana Clemencia Forero, quien asistió a la cumbre en representación de Uribe, tomó la palabra para fijar la posición de su gobierno sobre la negociación con Washington y aseguró "las bases siguen siendo colombianas, enteramente bajo jurisdicción y soberanía colombiana".

Uribe y el asesor para asuntos de seguridad nacional de la presidencia estadunidense, el general James Jones, realizaron la semana pasada una gira por varios países sudamericanos para tratar de evitar el rechazo a la extensión del acuerdo militar colombiano-estadunidense, que se remonta a 20 años.

Ante los mandatarios sudamericanos, Forero destacó que el nuevo plan es permitir "un acceso limitado para realizar actividades contra el narcotráfico y el terrorismo mutuamente acordadas, acatando el derecho internacional".


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