África y Centro Suramérica:

De patio trasero a jardín de entrada del mundo

Dicen los libros que el primer hombre nació en Etiopía, África.

El por qué subió al norte y fue allá arriba en donde comenzó y se ha desarrollado la humanidad podría ser una larga e innecesaria discusión, el hecho es que así fue. Yo escribí a principios de año sobre el tema y razonaba que el clima habría sido uno de los factores para que el ser humano “acaparara” productos para sobrellevar los rigores del invierno, de esta acaparación sucedió el terrible cambio de “productos” a “mercancía” con su carga demoníaca del negocio, de la ganancia, de la plusvalía, el cambio del valor de uso de las cosas necesarias para vivir a el valor de cambio donde comenzó el concepto de la acumulación y su desvarío hacia la explotación en los términos de compra venta ya no sólo de mercancía sino de la fuerza física del trabajo del hombre y comenzó la terrible explotación de las zonas tropicales, que frondosas y siempre florecientes, libres de las carencias invernales fueron terreno de saqueo para aquellos primeros viajeros comerciantes que viajaban a nuestro sur para “comprar” a precios miserables las “mercancías” que llevarían en sus alforjas y que “venderían” a precios muy superiores a los friolentos habitantes del invierno para dar comienzo a esta pesadilla. Hoy no son bananas ni pescados salados, durante milenios se nos ha sacado todo, se nos ha robado, saqueado, ultrajado y mancillado nuestros bienes minerales, animales y agrícolas y también nuestra dignidad, siendo que por milenios fuimos considerados su patio trasero, aquel huerto milagroso en donde toda la naturaleza se convirtió en un manantial incesante donde fluían cientos de tesoros que fueron la base de los grandes imperios del norte.

Telúricamente las tierras del norte están agotándose, históricamente el paso de tantos años de imperios y más imperios le dejan cansada y con las alacenas vacías en las puertas del siglo XXI, superpobladas, saturadas, entrampadas en sus propias emboscadas, se encuentran en una recesión y en una crisis que los hace volver sus miradas apetitosas hacia el sur.

Se les sale la baba a los señores imperiales al ver los mapas y encontrar que el sur sigue siendo la gran mina, que las más enormes reservas minerales, acuíferas y agrícolas resplandecen en nuestros continentes olvidados, que hay miles de hectáreas de terreno virgen, que la densidad de población permitiría un crecimiento enorme.. Todo lo contrario de sus territorios cansados y saturados, superpoblados y en crisis.

Así como los árboles dan frutos rozagantes, los ríos y mares dan peces, el subsuelo petróleo, las montañas dan ríos, estas tierras también dan hombres. Sobre todo en los momentos más apretados de sus historias de resistencia a centurias de explotación y dominación, así nacieron Bolívar, Morazán, Ohiggins, San Martín, Sandino, Artigas y Martí.

Hoy renacen los héroes nuevamente y se le plantan enfrente a las babas de la boca imperial: Hugo Chávez Frías retomó la espada de Bolívar y salió hace un decenio a despertar los libertadores de la nueva era: Correa, Lula, Cristina, Lugo, Ortega y Zelaya entre otros están con sus espadas libertarias uniendo al continente para levantar a los pueblos que salen de la milenaria pesadilla: aborígenes, obreros, campesinos y estudiantes claman por su derecho a regir sus destinos y a defender todo lo que les pertenece, incluyendo su futuro.

Para no pararse aquí, hoy Centro Suramérica se hermana con aquel continente hermoso, el corazón del planeta: África, esa otra gigante víctima de este sur que por años también fue pisoteada, aquellas tierras cálidas de donde España trajo a los negros amarrados para que fueran sus esclavos en la primera conquista, allá Bouteflika, Mandela y Gadafi también han hecho el trabajo, es la unión del sur con el sur, el nacimiento imponente de la fuerza que decidirá la historia.


Nuestros continentes poseen las reservas necesarias para la supervivencia del mundo, pero más allá que esas “riquezas” somos los preservadores del sueño de libertad, los pueblos que liberaremos a la humanidad de aquel mal que inventaran los comerciantes que en sus dromedarios envenenaron con la creación del comercio y la explotación el destino de la humanidad.

Ahora somos el jardín del frente, la puerta de entrada de este mundo.

Venceremos!


brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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