Honduras: ¿Votar para qué?

En la medida en que avanza el tiempo y se agotan todos los esfuerzos de la diplomacia regional para alcanzar una solución política negociada a la crisis política creada por el Golpe de Estado oligárquico-burgués-imperialista, ejecutado en contra del gobierno constitucional y democrático del presidente Manuel Zelaya, el escenario electoral de Noviembre 2009 se reafirma como una coyuntura fundamental, al trasladar las posibles soluciones, de la diplomacia multilateral de la OEA, el Departamento de Estado y el presidente Arias, de Costa Rica, al escenario interior de Honduras, en donde el pueblo catracho desarrolla diversas formas de luchas legales y pacificas, ilegales y no pacificas ( pero no armadas) para derrotar la dictadura oligárquica

En Honduras y en cualquier escenario de confrontación política nacional, las elecciones no son un objetivo en si mismo de los partidos y movimientos sociales que se plantean alcanzar el Poder, sino el medio o instrumento necesario para organizar, educar y movilizar la mayoría del pueblo hacia el objetivo de alcanzar el control político en los distintos niveles de gobierno de un Estado.

Sin embargo, la terribles consecuencias que para nuestros pueblos ha tenido el largo proceso de dictaduras militares y de gobiernos burgueses represivos de origen electoral, han llevado a las vanguardias revolucionarias y progresistas de Nuestra América, a asumir la lucha política en el marco institucional, no como una simple táctica de la “combinación de las distintas formas de lucha y organización”, sino como el medio efectivo y necesario – en la presente coyuntura histórica de Nuestra América - para “ganar las mentes y corazones del pueblo”, con el fin de producir un verdadero cambio en el rumbo histórico de nuestras Naciones, sepultando el viejo orden capitalista dependiente y subdesarrolado, sostenido en democracias tuteladas por el imperialismo norteamericano y, avanzando hacia formas superiores de participación política, Justicia y Bienestar Social para todas las personas, sin exclusión ni discriminación.

Así, en el marco de la lucha antidictatorial hondureña, no sorprendería que los laboratorios de la “guerra de baja intensidad” del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, introdujera una “quinta columna” al interior de la amplia unidad de acción del pueblo hondureño, con el fin de fracturar su unidad y debilitar el liderazgo de Zelaya y del Frente Popular Contra el Golpe de Estado como eje central del movimiento popular democrático hondureño, mediante la decisión unilatreral de alguna fracción de participar en las elecciones al margen de la voluntad mayoritaria de quienes integran el movimiento antidictatorial.

Sin embargo, el otro escenario es la posibilidad, no descartable, de que, ante el agotamiento de las alternativas de solución negociada del restablecimiento en su cargo del presidente Manuel Zelaya y, la imposibilidad a corto plazo, de derrotar la dictadura mediante la movilización general y continua del movimiento de masas; el conjunto unificado de fuerzas populares, con el liderazgo de Zelaya y el respaldo del Frente Popular Contra el Golpe de Estado, se decida ampliar el uso de la formas de luchas pacificas legales y no legales, convocando a todos los hondureños y hondureñas a man tener la movilización social de calle y votar masivamente por una sola candidatura a la presidencia y una sola lista de candidatos y candidatas al Congreso Nacional y demás puestos de representación popular, con la cual se podría alcanzar la victoria electoral o, conquistar una importante fuerza política antimperialista y antidictatorial que, articulada con la fuerza del movimiento político y social democrático contra la dictadura Micheletti-Vasquez, fortalezcan y profundicen la presión de calle que finalmente pueda imponer el referendo para la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente; objetivo político estratégico para el verdadero cambio democrático en la tierra del general Morazán.

(La derrota de la lucha armada de la izquierda venezolana, el triunfo de las fuerzas bolivarianas en el 98 y, el error táctico de la derecha venezolana de negarse a participar en el proceso electoral de 2005 para elegir a los diputados y a las diputadas de la Asamblea Nacional, son ejemplos de que en la lucha política NUNCA se debe renunciar VOLUNTARIAMENTE al uso de las vías institucionales como instrumentos de lucha del proyecto político que se defiende).


yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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