El gobierno de Colombia nos ultraja de mil maneras, ¿y seguiremos haciéndonos los pendejos?

Desde hace siglo y medio la oligarquía colombiana nos ha tenido como el chiquero de sus pertinaces desastres. Para acá echan todas sus lacras, todas sus maldiciones. En sus guerras civiles eternas, nos han mandado para acá millones de desplazados y han convertido sus fronteras, tanto con nuestro país como con Ecuador en una total tronera para el bandidaje, el contrabando y últimamente el mayor flujo de narcotráfico del planeta. Desde que Chávez llegó al poder se han unido estos neosantanderistas con la ultra-derecha para tratar de derribar nuestro gobierno, han metido policías en nuestra patria, han secuestrado políticos, han apoyado firmemente a los golpistas hasta el extremo que Pedro Carmona es de sus predilecto protegidos. Nos han mandado a miles de paramilitares para que organicen el terror más horrible del sicariato en los Estados Zulia, Táchira, Trujillo y Mérida. Son en sí la propia madre de nuestra inseguridad. Mantienen un espantoso método de extracción de gasolina en nuestro territorio que financia a un 25% de la población fronteriza con Táchira y el Zulia. Apoyan descaradamente los planes separatistas de Manuel Rosales y Pérez Vivas, y ahora fortifican sus estratagemas criminales con la introducción de otras bases norteamericanas, que no tienen otro objetivo que eventuales planes bélicos contra Venezuela. Hoy el diario “El Nacional”, el mejor vocero de la política terrorista de Colombia en Venezuela, coloca en su portal que el bandido Juan Manuel Santos sostiene que ellos no dijeron nada cuando Chávez se estaba armando hasta los dientes. Es decir, según ellos, Chávez se estaba armando para amenazar a Colombia. El asunto en realidad tiene otra lectura, el plan de las bases norteamericanas en Colombia es para enfrentar a Ecuador y a Venezuela.

Nosotros deberíamos definitivamente cerrar las fronteras con Colombia y romper todo tipo de acuerdo comercial, en el que a decir verdad en nada nos beneficia. Cuando Colombia invadió a Ecuador para matar a Reyes y se produjo aquella gran tensión entre el narco-presidente Uribe y el Presidente Chávez, el empresariado neogranadino comenzó a dar alaridos por una pronta normalización de las relaciones. A ellos les interesaba y cometimos las pendejadas de ceder a aquellos llantos. Y lo hicieron bajo muchas promesas. Ahora, envalentonados con lo que ha pasado en Honduras, con las amenazas nuevamente lanzadas contra Correa, vuelven por sus fueros y fortifican sus nexos con el imperialismo yanqui, colocando prácticamente sus fuerzas mercenarias a poca distancia de nuestro territorio. Están orgullosos esos canallas de que EE UU los esté escogiendo para que se conviertan en el Israel de este continente, y están cumpliendo a cabalidad sus funciones y sus estrategias.

Ayer, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez, pidió a Venezuela y Ecuador no interferir en los asuntos internos de su país tras las críticas que han surgido en la región ante la posibilidad de que tropas de Estados Unidos operen en bases militares colombianas. Y de la manera más burda y pitiyanqui este ministro ha dicho: "Nosotros nunca hemos dicho, ni hemos opinado sobre cuando Venezuela rompió relaciones con Estados Unidos ni cuando las retomó". Y qué tiene que ver esto con Colombia. ¿Acaso cualquier enfrentamiento contra el gobierno imperialista, invasor y asesino del Norte tiene algo que ver con el gobierno colombiano? Sabemos que sí, pero en todo caso deberían al menos guardar las formas de sus estupidísimas razones para sentirse aludidos por lo que los pueblos soberanos están ahora haciendo para no depender más de los criminales negocios de los narco-invasores yanquis. Todo lo que en fondo están haciendo estas bases es proteger el negocio de la droga que sale de Colombia para México, Panamá. Toda Centroamérica y EE UU.

El ministro Bermúdez insiste: "Tampoco nos hemos metido a opinar sobre la presencia rusa en aguas venezolanas, ni sobre los acuerdos que pueda hacer Venezuela con países de la región, ni tampoco las relaciones con Cuba, ni con China. ¿Por qué? Por convencimiento propio, por respeto a ese principio fundamental. Y no lo hemos hecho ni con Venezuela ni con ningún país. Y eso nos parece que es un principio esencial. Y nos da tranquilidad ejercer ese principio". Cuba, China y Rusia para ellos todavía forman parte del principio por el cual el gobierno Colombiano en 1962, en plena Guerra Fría, encabezó la expulsión de Cuba de la OEA.

Con todos los elementos de inteligencia que tenía la base estadounidense de Manta, en Ecuador, trasladados a Colombia se planifica una guerra ciertamente contra Bolivia, Nicaragua y Venezuela. Todo esto cuando Washington denuncia que Venezuela es un narco-Estado, que no apoya la lucha contra el narcotráfico y que respalda a grupos terroristas. Con estos elementos en pleno apogeo, incendiándose la región desde Honduras, preparémonos para que no nos cojan desprevenidos, pero de momento cortemos definitivamente con esa lacra del actual gobierno colombiano. Lo que ha de caer debe además ser empujado.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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