Así actúo Pedro Rolando Maldonado

Primero nos mandaron a Vivanco, luego a la Janiot y ahora a Vargas Llosa: el peo es internacional

Se sabe que Mario Vargas Llosa es apenas un recogelatas del Grupo Bilderberg, la gran mafia internacional que pone presidentes en el mundo entero, y por ello recibe un sueldo cercano a veinte mil euros mensuales, fuera de traslados viáticos y honorarios. Por ser españolino asimilado, el Grupo Prisa le ha dado el encargo de hacer un trabajo de permanente sabotaje al gobierno de Hugo Chávez. Todo esto en combinación con la SIP y CNN. Para lanzar un ataque bestial contra Venezuela en vísperas de las elecciones del 23-N fueron enviados, primero José Miguel Vivanco, y luego la jetona Patricia Janiot. La ultra-derecha está planificando que para febrero visiten Venezuela, el Papa Benedicto XVI, Lech Walesa, Carlos Fuentes, el ex presidente de Brasil Henrique Fernando Cardozo, José María Aznar, etc.

Hace poco nos encontramos en Caracas con el actual Consultor Jurídico del Ministerio del Interior, el doctor Pedro Rolando Maldonado. Ya yo tenía algunas referencias sobre su persona, porque recordaba que un amigo allegado al Presidente Hugo Chávez, me contó algunos pormenores de su actuación cuando expulsaron de Venezuela a José Miguel Vivanco, el 18 de septiembre de 2008. Pedro Rolando jugó un papel fundamental en esta digna acción del gobierno venezolano.

Vivanco había llegado, como suelen llegar estos asquerosos chilenos, mejicanos y colombianos (los actuales paraísos de pitiyanquismo latinoamericano), a insultar al país. Había arribado Vivanco con visa de turista, y en cuanto entró a Caracas fue acogido por la partida de fascistas de la oposición que lo montó en una tarima para que presentara su informe "Una década de Chávez. Intolerancia política y oportunidades perdidas para el progreso de los derechos humanos en Venezuela".

Vivanco traía una jeta muy afilada, porque nos encontrábamos en víspera de la décimo cuarta elección en Venezuela durante el mandato de Chávez, y él venía a cumplir una misión muy especial de la CIA, en combinación con la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, cual era volver a hablar de las violaciones de los derechos humanos en Venezuela y que nos encontramos bajo régimen opresivo y casi dictatorial. Todo esto a la vez combinado con los ataques de los medios internacionales que tenían sobre el tapete de un supuesto maletín con 800 mil dólares que Chávez entregó para la campaña de Cristina de Kirchner. Cuando a Vivanco lo expulsaron y salió de Venezuela, comenzó a dar alaridos de que lo había secuestrado. “¡Me secuestraron!, ¡Me secuestraron!, ¡Me secuestraron!”, gritaba.

El valiente y decidido ministro Tareck El Aissami, tuvo muy buen pulso y ojo para escoger a la persona adecuada para esta acción, y fue nada menos que al joven que entrevistamos para “El Paso de Los Andes”.

- Doctor, ¿qué cargo ostentaba usted en el momento que se tenía que enfrentar con el señor Vivanco?

PRM: Para la fecha era Director General de Derechos Humanos del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones interiores y Justicia. Durante el lapso que fui Director de Derechos Humanos siempre vimos con mucha preocupación la postura de ciertas Organizaciones No Gubernamentales. Son organizaciones claros y evidentes intereses políticos aquí en el entorno interno del país. Uno también analizó en diversas oportunidades las posturas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en función de Venezuela: una postura totalmente sesgada, con claros matices de carácter político ideológico, con un evidente interés de generar matrices de opinión aquí dentro de Venezuela, y de pintar a Venezuela como un país en guerra, como un país prácticamente con una política de exterminio a algunos sectores de la población, y bueno en función de eso vino y se presentó el señor Vivanco. Generó unas declaraciones pues que obviamente eran un ataque directo a nuestra soberanía y un menosprecio y una burda atentado contra las instituciones, contra la dignidad del pueblo venezolano, y en ese momento pues me llama el Ministro del Interior Tarek El Aissami, compañero de…

- JST -¿A qué hora más o menos?

PRM: Serían como siete y media de la noche aproximadamente; me dice el ministro que me presente en su despacho porque había una situación que teníamos que atender. Analizamos la situación, y se encontraba con nosotros el Canciller Nicolás Maduro. Se toma la decisión de redactar un acta y el acto administrativo por medio del cual se le iba a notificar algunas de las razones de su expulsión del territorio. La redacción nos tomó algunos minutos, luego se decide que yo seré la persona quien deba informarle de la expulsión del territorio nacional. Asumo el encargo y procedemos pues a trasladarnos al Gran Meliá. Llegamos al hotel y solicitamos pues que se nos informe en la gerencia cuál es la habitación que ocupa. Con los datos en mano subimos a la habitación con el propio gerente del hotel y el personal administrativo.

- JSR: ¿A qué hora llegan ustedes al hotel, más o menos?

PRM: Eso fue a las ocho y media de la noche. Estamos con el personal administrativo del hotel encabezado por el gerente y dos o tres personas de la DISIP. Llegamos a la habitación y tocamos la puerta para notificar lo del acta. El señor no estaba en la habitación, por lo que se tomo la decisión de que en presencia del gerente del hotel con empleados del hotel y con una grabación, filmar todo el procedimiento. Se decidió entrar y recoger todas las pertenencias del señor Vivanco y su acompañante, el señor Daniel Wilkinson. Se hizo el procedimiento de recolección de sus pertenencias, se elaboro un acta donde se dejaba constancia de todo lo que se había recogido para evitar después cualquier engaño argumentando un robo, hurto de las pertenencias. Hice un informe de todas las pertenencias de ambos y nos quedamos en el piso de la habitación esperando a que el señor se presentara. A eso más o menos de las nueve de la noche escuchamos el timbre del ascensor, y vemos salir al señor Vivanco. Le dije: “Buenas noches, ¿es usted es el señor José Miguel Vivanco?, me responde: “Sí, yo soy el Director General de Human Rights Watch”.

- JSR: ¿Te lo dice con prepotencia o educadamente?

PRM: Sí, con un sentimiento de prepotencia pero de asombro a la vez. Continúo con los detalles del procedimiento, y le digo: “Yo soy Pedro Rolando Maldonado, Director de Derechos Humanos del Ministerio de Interior y vengo a notificarlo del Acto de Expulsión del territorio venezolano, que ha sido firmado por el ministro Tarek El Aissami y el Canciller de la República Nicolás Maduro”. Entonces inmediatamente me pregunta: “¿Y cuáles son las razones para que me deporten?”, le contesto: “No es un deportación, es una expulsión”. Pero él insiste:”¿y cuáles son las razones?” Le dije que con sus declaraciones no solamente estaba violando la ley de Extranjería y Migración en Venezuela, “porque usted con un visado de turista ha venido a realizar actividades laborales en Venezuela. Eso esta prohibido. Igualmente sus declaraciones son un atentado contra las instituciones democráticas, son un atentado contra la Revolución Bolivariana y son un atentado contra la dignidad del pueblo venezolano. En consecuencia se ha decidido expulsarlo del territorio nacional.” El hombre empieza a argumentar , entonces le dije que yo no estaba allí para hacer un coloquio con él, para hacer un conversa torio con él. Que lo invitaba a que de manera inmediata fuera a la habitación, que recogiera sus pertenencias, “y nos vayamos al aeropuerto para qué se retire del territorio venezolano.”

- JSR:¿Cuándo te argumentaba, lo hacía con vehemencia, con fuerza, groseramente?

PRM: Con vehemencia, con fuerza, con increpaciones, con manoteo; groserías no dijo. Se le participo qué sus pertenecías habían sido recogidas por el personal del Meliá y qué todo había sido supervisado con una grabación. Entonces el comenzó en ese momento a llamar por teléfono, obviamente en una actitud como de procurar alertar, no a su embajador, no a ninguna autoridad, sino de alertar a los medios de comunicación para qué montaran un show.

- JSR: ¿llamó a Globovisión?

PRM: Claro, claro, e incluso hay informaciones, qué nos enteramos luego, no en ese momento porque todo fue muy rápido, que él trato de resistirse en determinado momento en el hotel para permitir qué los medios llegarán.

- JSR: ¿Cómo? ¿de qué manera trato de hacer eso?

PRM: Empezó a dilatarse con la revisión qué el estaba haciendo de las maletas, argumentando qué le faltaban cosas. En determinado momento tuvimos que asumir una postura firme. En tal caso le dije al personal administrativo: “cierren las maletas porque vamos a salir de la habitación”. Se cerraron las maletas personal y salimos con ellas maletas, hasta qué logramos llegar hasta el ascensor de carga del hotel Gran Meliá. Nos dirigimos al sótano y él aún así se resistía a introducirse en la camioneta diciendo que lo iban a llevar a Maiquetía, que temía por su vida. Yo le dije: “Aquí en Venezuela, en diez años de gobierno, no ha ocurrido la desaparición forzosa absolutamente de nadie. Cuestión que no puede decir lamentablemente muchos ciudadanos del países del sur qué por respeto no menciono que sí tendrían de qué tener miedo sobre todo los que ahora vienen ….”

- JST: ¿Se mostraba asustado, timorato?

Asustado no, ofuscado sí, molesto; Él estaba seguro de que no le iba a pasar nada. Por supuesto, pero era una argumentación solamente para ganar tiempo para su propósito. Quizá que el miraba al joven que le solicitaba a abandonar el territorio y en algún momento se confundía, y veía mi entera decisión a cumplir mi misión. Bueno, definitivamente tiene usted que montarse en la camioneta, este no es el Chile de Pinochet –le digo- y le mostré la puerta abierta. “Mire señor –añadí:- yo soy el Director de Derechos Humanos en este Ministerio, si usted no ingresa de manera voluntaria los tres funcionarios policiales que me acompañan tienen instrucciones, y atendiendo al uso proporcionado de la fuerza -este es un concepto vinculado al tema de los derechos humanos, la utilización de la fuerza respetando la garantía de las personas-. El hombre al darse cuenta de que lo iban a introducir por un mecanismo autorizado por ley de fuerza proporcionado en función de la resistencia, se metió sin más en la camioneta. Y tomamos rumbo a Maiquetía.

- JSR: ¿Cómo era el asunto del vuelo?

PRM: Él tenía que irse en el primer vuelo, porque en un acto de expulsión, tendría que embarcarse en el primer vuelo que saliera del territorio nacional.

- JSR: ¿Para cualquier país?

PRM: Así es, y el primer vuelo era para Sau Paulo y para Sau Paulo fue abordado, e incluso el capitán nos hizo saber que si los señores Vivanco y Wilkilson trataban de sabotear el vuelo, él como máxima autoridad dentro del avión, se iba a ver obligado a bajarlos del avión. Allí se coordino un avión privado a los efectos que si efectivamente eso se producía, iban a ser sacados del territorio a un país centroamericano, que podía ser Haití.

- JSR: ¿En qué otro momento fue grosero?

PRM: En diversas oportunidades.

- JST: ¿Alterado, qué expresiones dijo, por ejemplo?

PRM: Que se le estaban violando los derechos. En determinado momento trató de empujar a uno del personal del hotel Meliá. Pero en todo momento se trato de evitar complicaciones porque no podíamos caer en una provocación. En todo momento él tomó una postura absolutamente soberbia; eso sí estuvo claro en todos nosotros y fue la de no darle chance a los medios para que montaran su show.

- JSR: ¿En ningún momento tuvo Globovisión chance de llegar?

PRM: Cuándo íbamos bajando a Maiquetía vimos a unas camioneta de los medios, y efectivamente se trataba de Globovisión. Sí, la vi bajando, ahora ellos se apostaron en la parte exterior, digamos donde entran todos los pasajeros. Ya en los trámites finales, el señor Vivanco se introdujo en el avión por una área especial de abordaje; por una escalera especial.

- JST: ¿Iba refunfuñando?

PRM: El comentario era que cómo lo iban a sacar a San Paulo, si él no iba para San Paulo, que él iba a Estados Unidos. Pero en fin, se fueron a San Paulo, vuelo bastante largo. Yo soy de una postura muy clara aquí y de todos esos personajes que se tenga conocimiento que vienen a emitir declaraciones contra Venezuela, declaraciones que atentan contra la democracia, que atenta contra las instituciones, que ultrajan la dignidad de nuestro pueblo, tienen que irse del territorio de la República bolivariana; ni siquiera permitir que ingresen, porque ningún país en el mundo que se precie de ser serio admite semejante ultraje y mucho menos en su propio territorio.

- JST: Felicitaciones, carajo. Qué buena lección de soberanía le dimos a ese chilenito pinochetista. Gracias Pedro Rolando, y adelante con ese carácter para cualquier otro pitiyanqui que quiera entrar en nuestro país.


jsantroz@gmail.com


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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