Cuba y la impotencia imperialista

La última declaración de guerra contra Cuba del presidente norteamericano George. W. Bush, ha prendido las alarmas en la Habana y en otras capitales latino americanas y caribeñas, ante la posibilidad que la fiera imperial herida por sus estrepitosos fracasos militares en Afganistán y Irak, las derrotas políticas en América Latina y la agudización de la crisis de su economía, pudiera intentar una aventura militar con el doble propósito de reafirmar el poder de decisión del Pentágono y el aparato militar-industrial en la política exterior norteamericana y salvar la credibilidad de la administración republicana, muy erosionada de cara a las elecciones de noviembre de 2008.

Es importante, sin embargo, destacar, que tales declaraciones se producen en medio de un contexto político internacional y cubano signado por acontecimientos importantes que pudieran incidir sobre el curso del proceso de confrontación y resolución histórica que las diez (10) últimas administraciones norteamericanas (demócratas y republicanas) han mantenido contra la Revolución Cubana.

En primer lugar debe considerarse que pese a todos los augurios del imperio, el pueblo de Cuba y su dirección revolucionaria encabezada por el comandante Fidel Castro Ruz, han sido capaces de resistir y superar los efectos políticos, económicos y militares derivados de la disolución del campo socialista y la destrucción de la Unión Soviética, reordenando, flexibilizando y haciendo crecer significativamente su economía socialista planificada, ampliando sus relaciones políticas y económicas con países de diversos signos, incluso con los Estados Unidos de América y, mantenimiento su sistema de seguridad social integral, sin abandonar su políticas de colaboración y apoyo internacionalista en materia educativa, sanitaria y deportiva, pero teniendo que aceptar importantes distorsiones económicas y perversiones sociales, propias del capitalismo que lesionan el ideal socialista. (leer en aporrea.org el escrito de James Petras y la respuesta indirecta de Fidel Castro)

En segundo término, como consecuencia del ciclo natural de la vida y el accidente de salud que tuvo el comandante Castro, el proceso político en la mayor de las Antillas, inevitablemente esta signado por la preparación del pueblo, el gobierno y la dirección revolucionaria cubana para un período de reducción del protagonismo de su líder histórico en los asuntos cotidianos de la sociedad, el gobierno, el Estado y las relaciones internacionales, lo que supone, afirmar la apertura de un nuevo período histórico basado en la continuidad del proyecto revolucionario surgido del Ataque al Cuartel Moncada, la guerra en la Sierra Maestra, la victoria de Playa Girón, la Crisis Nuclear de Octubre del 62 y la tremenda experiencia del Período Especial, pero en el marco de un mundo en donde el imperialismo norteamericano no tiene la contención estratégica de los tiempos de la Unión Soviética y la tendencia dominante en el seno de las fuerza progresistas y revolucionarias del planeta esta dirigida a la confrontación ideológica, social y cultural con el imperialismo, asumiendo la guerra solo como un medio de defensa estratégica frente a la agresión del enemigo histórico de la Humanidad.

En tercer orden, el desarrollo de la conciencia nacional antiimperialista de los pueblos de América Latina y el Caribe, el agotamiento y crisis sistémica del modelo de economía capitalista dependiente, la aparición y articulación de nuevos sujetos sociales y políticos y su incorporación a las luchas antiimperialistas y anticapitalistas (indígenas, militares, comunidades cristianas de base, etc), han provocado un resurgimientos de las reivindicaciones históricas de la soberanía, la independencia y la afirmación de proyectos nacionales y supranacionales, que afincados en la memoria histórica de la primera independencia en el siglo XIX y las luchas nacionalistas, democráticas y proletarias del siglo XX, reivindican el derecho de nuestros pueblos a construir sus propios proyectos y avanzar en el proceso de reencuentro y unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños; todo lo cual constituye una nueva situación que cuestiona el dominio total e indisputado del imperialismo norteamericano en su “patio trasero” y la posibilidad de que se pueda cristalizar la creación de un Polo de Poder Mundial en capacidad de contribuir y contener el hegemonismo imperialista y su política de neoliberalismo salvaje y subordinación globalizadaza, derivado del Consenso de Washington; circunstancias que podría llevar al Pentágono a lanzar una contraofensiva que pretenda neutralizar y hacer retroceder, e incluso, destruir, el importante avance político que esta nueva corriente liberadora ha desarrollado en nuestro continente.

En cuarto lugar, debe tomarse en cuenta la ilegitimidad de un gobierno que apenas cuenta con 30% de la confianza del electorado norteamericano y que todo parece indicar que el Partido Republicano será derrotado estrepitosamente, por la grave situación económica interna y el desgaste político y militar causado por las guerras en Irak y Afganistán; lo que lleva al presidente George W. Bush a utilizar aspectos sensibles de la manipulada opinión pública norteamericana y al electoral más reaccionario, a fijar su atención sobre Cuba, en un intento por introducir los viejos trapos del mccartismo y la guerra fría en el debate electoral interno.

Por último, el viejo anacronismo del inmoral e ilegal bloqueo contra Cuba mantenido por los Estados Unidos durante 48 años y su pretensión de continuar robándole la soberanía de Cuba sobre su territorio de Guantánamo, es objeto de un creciente y firme rechazo por parte de la comunidad internacional que ve en este comportamiento, no solo la violación de las bases éticas y jurídicas del sistema creado con la fundación de Naciones Unidas en 1945, sino una amenaza cierta y real a la libertad de comercio y a la afirmación de los principios solución pacífica de los Conflictos Internacionales y Proscripción del Amenaza y Uso de la Fuerza; lo cual se ve potenciado por la inminente votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas de una resolución que condena el ilegal e inmoral bloqueo económico norteamericano contra de Cuba, la cual nuevamente, por décimasexta vez, exigirá la desaparición de esta injustificable y unilateral acción punitiva norteamericana.

Es en estas circunstancias nacionales e internacionales como se explica las declaraciones agresivas y las nuevas amenazas imperialistas sobre la Isla de la Dignidad y, aunque estas no contienen nuevas medidas de retorción política, económica y militar en contra de Cuba, evidencian cuan importante sigue siendo para los gobiernos de la Casa Blanca la utilización del recursos cubano, para distraer la atención sobre los problemas fundamentales del pueblo norteamericano e incidir sobre asuntos de su vida política domestica, tomando en cuenta que , tal como se demostró en la reelección de Bush, que el Estado de la Florida y su determinante electorado de origen cubano y de posiciones ultras respecto al gobierno revolucionario, sigue siendo, por su exagerada representación en el Colegio Electoral Presidencial, un escenario fundamental de la política nacional norteamericana

En conclusión, como dice el popular refrán venezolano “El picao de culebra, cuando ve bejuco, salta”, por lo que el gobierno, el partido y el pueblo cubano tienen razones suficientes paras preocuparse por las declaraciones del responsable del primer genocidio imperialista del siglo XXI y tal preocupación deben tener los gobiernos y pueblos en proceso de reafirmación de soberanías e independencia en América Latina y el Caribe, por cuanto, en el fondo, hoy, en estas circunstancias de integración, cooperación y unidad de nuestros pueblos, cualquier estrategia militar del imperio en contra de la cuba revolucionaria, tiene que estar forzosamente enlazada con un proceso de desestabilización interna de nuestros países con el fin de neutralizar la reacción inevitable de nuestro liderazgo revolucionario y nuestros pueblos en favor del pueblo cubano.

También, como en el caso del hermano Evo Morales y Bolivia, lo que es con Cuba, Fidel y la Revolución Cubana es con nosotros¡.

yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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