Se glorifica la conciencia

Un ciudadano uruguayo, me comentaba, la incomodidad que sentía por la llegada de Bush a su país, decía: Me siento mal, impotente, me siento humillado.

Y es así como perciben los pueblos latinoamericanos, la presencia de este hombre despreciable en su territorio, humillante, una humillación más que ya no es asimilada con la quietud de otros tiempos, es una humillación que revela la conciencia, que enaltece la conciencia, que se torna intolerable y que realza nuestra dignidad: Bush vete de aquí, abajo el imperialismo norteamericano, viva la soberanía de nuestros pueblos.

Ayer vimos a un Bush diferente, en la entrevista que difundió CNN y que repitió en toda su programación, un Bush que lo acercaban a los ciudadanos latinoamericanos, mediante una publicidad que nos daba un mensaje subliminal, ese ligero estímulo diseñado para disponer de nuestras mentes, el hombre de hierro, implacable, se avistaba con un rostro sereno, un hablar pausado, una sonrisa en sus labios, nada le perturbaba, ni la advertencia de que el presidente Chávez le llamaba el diablo.

Bush se entretenía en su "reflexión profunda”, sobre logros, sobre la unión histórica de Estados Unidos con América Latina, sobre su hija que trabaja en la UNICET, sobre el tratado de libre comercio y sus beneficios en México y Centro América, sobre la participación de Estados Unidos en la Ronda de Doha. Mirada serena, mirada desprovista de maldad, mirada solidaria, voz pausada, voz armónica, palabras de amor.

Mientras tanto, el gobierno mexicano, reafirmaba la necesidad de bajar los aranceles al comercio del maíz, debido al subsidio que da Estados Unidos a sus productores. Una ahistórica desventaja comparativa que ha sumergido a nuestros pueblos en el abandono y la pobreza y a la imposibilidad de competir de igual a igual. Mientras tanto los pueblos levantados con consignas antiimperialistas, reclaman a sus gobernantes aliados a las oligarquías criollas, una asistencia no consultada.

Sobre la presencia de Bush en América latina, vea usted la rebelión de un pueblo que se lanza a la calle y programa la unión latinoamericana, Argentina, en un acto donde llegaran hermanos suramericanos en su mayoría, se repudiará la presencia de Bush, contando con la asistencia de Hugo Chávez, un hombre transparente con un corazón lleno de amor por nuestros pueblos, un luchador social incansable, que no tiene miedo al monstruo imperial.

La llegada de Chávez en Argentina nos sirve de consuelo a los ciudadanos que creemos en la transformación social, que creemos en la autodeterminación, en la capacidad de lucha y protagonismo de las mayorías para erradicar el hambre y la pobreza, para erradicar la enfermedad, para erradicar la injusticia estampada en la exclusión social.

La participación de Hugo Rafael Chávez Frías, cerca del recorrido de este hombre rechazado por las prácticas genocidas, diseñadas en su gobierno, prácticas que violan los derechos humanos, que violan la convención de Ginebra, es un halo de luz y de confianza para América latina. Es la dignidad y el amor batallando en contra de un imperio tejido de insensibilidad y desamor, de usurpación y violencia.

Ya no revertimos la historia, atrás quedó la incapacidad para dirigirla, hoy hemos despertado, la conciencia glorificada se eleva en la protesta de hombres y mujeres, en la expresión de los pueblos que aclaman justicia, en el reclamo que hace la participación ciudadana.

La glorificación de la conciencia, se enaltece en el poder popular.

FUERA BUSH DE NUESTRA AMÉRICA.


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Carmen Arelis Contreras Marquina


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