Los perros ladran

Hay varios temas que quisiera abordar, pero como el espacio es tan reducido, abordaré dos, el primero sobre el bendito muro y la perorata de Donald Trump contra las minorías, su xenofobia y su sentimiento antilatinoamericano y dos, escribiré sobre los ataques que recibimos los chavistas por tener conciencia social.

Comencemos, hay muchos venezolanos preocupados por la construcción, reconstrucción o remoción de un muro a lo largo de la frontera méxico-estadounidense, como si se tratara del fin del mundo, sin que nadie se haya percatado que no hay peor muro que el levantado por nosotros mismos en un intento por escapar de la realidad; Dios quiera y el presidente “electo” Trump, haga el muro tan grande, tan alto y tan monumental como La Muralla China en clara alusión que el “Sueño Americano” es eso, un sueño, un mito, una quimera y no la posibilidad real de hacer dinero fácil en el país de las maravillas, qué inmigrante no ha tenido que soportar los embates de una sociedad racista, sexista y xenófoba como la estadounidense; durante la segunda guerra mundial los hijos de padres asiáticos -especialmente japoneses- radicados en suelo gringo, debieron demostrar que eran norteamericanos bombardeando instalaciones en ultramar mientras sus familiares eran encarcelados en prisiones federales, esta situación por allá en los años 1939-1945, produjo a su vez otro hecho sin parangón, los afronorteamericanos, quienes no se sentían consustanciados con la política guerrerista de Rosselvet, ya que para ellos no había ningún tipo de seguridad social, debían tributar a la guerra limpiando pisos, sirviendo café o siendo jornaleros en fábricas armamentistas, dos hechos que pocos recuerdan o nadie quiere recordar.

De tal forma que si Trump va a hacer un muro, pues que lo haga, que va a deportar a tres millones de personas, que las deporte y si con su aptitud va ha hace de los EEUU un país aislado, pues que los aísle. Amén. Sobre el ataques del que somos objetos nosotros los chavistas, bolivarianos y revolucionarios por parte de mercenarios cibernéticos, tarifados sindicales, politiqueros de oficio y cualquier otro tipo de bicho rastrero que navega en su propia babaza, les digo que los hijos de Chávez somos indestructibles, como lo es nuestro presidente obrerista: Nicolás Maduro, incluso secundo las palabras de mi comandante eterno:

Hugo Chávez, “águila no casa mosca” y el que atente contra un verdadero chavista se seca, se enferma y finalmente muere; prueba de palpable ello es lo que ocurre con Capriles, Ramos Allup, María Corina Machado, Chúo Torrealba, Leopoldo López, Lilian Tintori, por nombrar los más mediáticos, quienes en un intento desesperado vendieron su alma a Lucifer, al mismísimo diablo; los que quieran vernos derrotados tendrán que volver a nacer o reencarnar y aun así no tendrán la oportunidad de reconocer en nosotros el fracaso, porque somos hijos de Dios, hijos de Bolívar, hijos del Che Guevara, hijos de Chávez y hermanos de Maduro y como dicen en mi pueblo: Dios les de el doble de los que ellos nos desean. ¡Ah! se me olvidaba, hay un camarada que ha visto como sus enemigos se han convertido en cenizas, en almas en pena, que caminan con una maldición a cuesta que ni los más poderosas chacras logran salvarlo, hablo de Willians Jiménez, joven revolucionario, socialista, verdadero chavistas que han sido blanco de vilipendio por quienes ven en él un posible rival político.

Éxitos camarada, la lucha sigue. Cierro así cualquier comentario a futuro sobre los enemigos de la revolución enquistados en organismos públicos, aun cuando ellos continúen supurando maldad, como una llaga cancerígena que les carcome el “alma”.



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Cruz Mario Silva

Representante de Periodista por la Verdad, miembro del Frente de Comunicadores Socialista y de la Plataforma de Periodista Socialistas en el estado Portuguesa. CNP 8739 CRGV 1753.

 periodistacruz@yahoo.es      @periodistacruz

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