Trump y la descomposición

Trump gana la elección presidencial en la Unión Americana y su partido, el Republicano, controlará la mayoría del Poder Legislativo, obligándonos a todos los humanos del planeta tierra, a reflexionar y pensar nuestro futuro mediato, inmediato e histórico.

Resulta increíble que millones de norteamericanos hayan respaldado al abanderado del guerrerismo y el racismo, situación que nos habla del impresionante, pero cierto e indudable, nivel de descomposición alcanzado por amplios sectores de la vecina sociedad, que influye tremendamente en todos nuestros actos individuales, familiares y como país, porque están incrustados y metidos hasta el tuétano en la vida de México.

El mensaje de los resultados comiciales en los Estados Unidos es francamente desastroso, porque, ahora, en Nayarit, habría que elegir a Layín para que nos gobierne los venideros cuatro años desde el Poder Ejecutivo, virtud a que el alcalde sanblaseño muestra exactamente el mismo perfil del Presidente Electo.

Las encuestas no atinaron. Las apuestas de Televisa y Televisión Azteca estuvieron con la candidata Demócrata. La clase política mexicana, exceptuando a Peña, hasta camisetas exhibían con la imagen de la supuesta mujer que ocuparía la Casa Blanca. Las redes sociales por igual. Hasta personalidades de la izquierda nacional, expresaron sus simpatías por La Clinton, muy a pesar que, también sabían, de las capacidades elitistas y belicistas de la abanderada del Partido Demócrata, operadora, sin ir muy lejos, de la condenable afrenta contra el Presidente Celaya de Honduras, al arrojarlo, en pijama luego de su derrocamiento, en el aeropuerto de Costa Rica, ante el asombro e incredulidad de quienes allí en ese momento se encontraban, lo que pintaba de cuerpo entero, ya desde entonces, a la que hoy por la madrugada reconoció por vía telefónica el triunfo del multimillonario norteamericano Donald Trump, ya investido con el cargo para sentarse en la silla principal ubicada en la sede del poder imperial y desde dónde se interviene en la política de todos los países del globo.

Las grandes masas no siempre aciertan. Esta vez, las grandes masas norteamericanas, se equivocaron. Tienen ya un buen rato en su devenir y desarrollo histórico, que no le atinan, dejándose llevar por la propaganda lesiva de las grandes televisoras y poderosos medios de comunicación masiva, mismos que trabajan para prolongar este sistema que no resuelve los problemas fundamentales de la población, pero que tarde que temprano, tendrá que caer, por obsoleto e inoperante, tal cual, lo están planteando y proponiendo ya, los jóvenes de la Unión Americana, como lo demostraron al apoyar al candidato Sanders, socialista por convicción, cuya semilla está germinando y terminará por edificar un régimen que satisfaga los derechos básicos de todos los humanos del país del norte y todos los que integran el planeta, porque la lucha de los pueblos es la misma en Europa, África, América, Asia y el quinto continente. En esta vida, no hay plazo que no llegue y tiempo que no se cumpla, o al revés o como se diga. El hecho de haber escogido a un personaje que no sabe nada de política, y, cuya irresponsabilidad es más que manifiesta, eso, nos habla de la descomposición de un fuerte sector de las grandes masas norteamericanas, llegando a salpicarnos también a nosotros los mexicanos, cuadro que tendrá que llegar a su fin, más temprano que tarde.

Cierto, Trump cargará a dónde vaya los botones nucleares. Es mentira que los aplicará al momento que él lo desee y decida. La política, a cualquier nivel, es una actividad de colectivos. En este tema, por muy ignorante, torpe o demencial que sea  el mandatario de la potencia imperial más sanguinaria y criminal de la historia, tendrá que partir de su entorno global y medir a sus oponentes, en este caso, a Rusia y China, que son el contrapeso de la Unión Americana, conducidas por equipos cargados de sabiduría e inspirados y guiados por la ciencia más elevada del pensamiento humano, como lo es la política.

En el tema migrantes mexicanos y la construcción del muro, Trump se enfrentará a todo un pueblo por el que corre sangre villista y zapatista. No la tendrá nada fácil. Qué no se le olvide el detallito de Columbus. En Nayarit somos los menos y estamos listos. Y, en el fenómeno Cuba, de llevar a cabo sus amenazas pretendiendo echar abajo todo lo firmado por Obama y Raúl, vivirá la resistencia de un pueblo heroico, que ha alcanzado el doctorado en diplomacia internacional y, una moral, fuera de serie que nunca había registrado la historia de la humanidad, hasta que “y de pronto llegó Fidel y el Comandante mandó a parar”, como bien lo dice en su canción nuestro inmortal Carlos Puebla.

El imperio una vez más logró su objetivo en estos comicios presidenciales. La única noticia que se escuchó durante días a nivel de todo el globo fue la de Hilary y Trump. Eran los únicos nombres que se difundían en las televisoras, en la radio, en la prensa escrita y en las redes sociales. Una propaganda realmente asfixiante y destructiva del ser humano. La paz y el desarrollo tanto de Estados Unidos como del mundo entero, ausentes en el debate de los dos aspirantes. Chismes y más chismes, que a nadie importaban, eran los temas de Trump y Clinton. El pueblo norteamericano y los pueblos de la tierra, siempre al márgen del lenguaje de ambos aspirantes. Muy acentuado el nivel de descomposición de los dos, situación que impactó en la decisión de millones de votantes, mismos que sufragaron, valga la redundancia, a favor de la descomposición a la que nos ha llevado el neoliberalismo, sistema oprobioso y depredador que, estamos seguros, lo habremos de derrotar en Estados Unidos, en Nayarit, en México, América Latina y el mundo entero, en todos los rincones de los cinco continentes. A nadie le quepa duda de ello. Los vamos a derrotar. En todas partes y en todos lados.

 

tafoya351@hotmail.com



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