Algún parecido del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos con los triunfos del comandante Chávez en Venezuela, es pura coincidencia. Se cayeron todos los pronósticos. La idolatría de Hilary Clinton sabiendo el tipo de persona que es, fue mortal. El plan mediático volvió a fracasar como un mensaje al mundo de que los grandes medios de comunicación no pueden seguir “haciendo líderes” que a la postre no son nada más que eso: una mentira hecha tinta.
Ya han visto la reacción de quienes apostaron todo al triunfo de Hilary Clinton y de los pocos que no daban nada por Donald Trump. Utilizaron personajes “famosos” para tratar de engrandecer un plan guerrerista, fascista, dictatorial, terrorista, etc., como los de la Clinton. Casos como el de la venezolana Alicia Machado, es una pena ajena. No dio tiempo en tantos años “arreglarle” la documentación de doble nacionalidad, venezolana y gringa, para que acompañara y apoyara a la Clinton ,que a la final lo que da es vergüenza. Una mente pobre queriendo ser mano derecha de una supuesta presidenta gringa. Quién ha visto eso?. Y venezolana menos.
Las grandes corporaciones mediáticas, esas mismas que están apostando todo y apoyando con todo a la oposición en Venezuela, se les vino el mundo abajo. Fue una lucha al estilo Hugo Chavez, es decir, solo contra el mundo; contra todos los poderes; tanto mediáticos como el poder del gobierno del actual presidente Obama, gobierno éste que ha sido la peor decepción en las últimas décadas. O sea, los Bush se quedaron pendejos delante de Obama.
Es que el triunfo de Donald Trump dejó tarantos tanto a los adecos de EE.UU. como a la oposición en Venezuela. Hilaty Clinton, gringa adeca, que apoyaba con todos los hierros la posible dictadura que planean implantar los opositores en Venezuela acaba de enviarle un mensaje claro a los cantinfléricos lideres en Venezuela: No pudieron con el supuesto loco que el pueblo de EE.UU.escogió como su presidente. Allá conocen y tienen claro qué tiene en la mente Hilary y aquí tenemos bien claro qué tienen en la cocora los fascistas que quieren gobernar el país.
Las promesas de Obama fueron como las promesas de la oposición en Venezuela el pasado 6D. Barack ofreció “desaparecer” Guantánamo, esa cárcel donde tienen a todo aquel que quieran etiquetar como terroristas sin pruebas, sin juicio, sin derecho a nada; en Venezuela ofrecieron resolver todo y los pendejos cayeron en la trampa: no han resuelto un problema, al contrario los han agravado, porque así son ellos.
El pueblo de EE.UU. sabe de la pobre política exterior del gobierno de Obama y decidieron no calársela más. Un inaceptable injerencismo como si fueran dueños del mundo. Guerra por aquí, guerra por allá; muerte por aquí, muerte por allá. Millones de personas, entre ellas niños y ancianos, asesinados de la manera más cruel por decisión de una sola persona. Gobiernos derrocados sólo por capricho; y quién salía al otro día apoyando esas decisiones? La mismísima Hilary Clinton. Ahí tienen el caso de Honduras, el último caso, el vergonzoso derrocamiento de Dilma Rousseff, destituida por una cuerda de corruptos apoyados por EE.UU.
Pero el pueblo es sabio. Así lo decía el comandante Chávez. Sabe cómo derrotar los poderes que de una u otra forma quieren poner e imponer presidentes en el mundo. Venezuela lo ha demostrado 18 veces, amén de un resbalón el pasado 6D que no sucederá más nunca.
Esperemos la reacción de los cantinflas opositores en Venezuela. Ya leí las infelices declaraciones de Chúo Torrealba; falta las de Capriles, María Corina, Julio Borges, Freddy Guevara, Lilian Tintori; estarán preguntándole a sus asesores qué van a decir; porque las de Ramos Allup, no las quiero ni ver ni oír. Todos van a coincidir que lo de Trump fue un chavetazo en EE.UU. porque algún parecido fue pura coincidencia.
