El exterminio está a la vuelta de la esquina

En los últimos tres años, el imperialismo emprendió una ofensiva sin precedentes con el objetivo de frenar y aniquilar a los movimientos revolucionarios que surgieron durante la primera década del siglo XXI. 
 
Es importante subrayar que la muerte del Comandante Chávez tuvo un impacto tan impresionante que aún no terminamos de reaccionar frente al hecho. En términos generales, las izquierdas están en un proceso de estancamiento. 
 
El adversario aprovechó el momento de debilidad para jugar sus cartas con la intención de neutralizar a los movimientos populares mientras ejecutaba su plan de recolonización, principalmente en Latinoamérica. 
 
Lo primero que hizo el imperialismo fue arremeter contra Venezuela y aprovechar los errores de la actual dirección política del proceso bolivariano y logró poner en duda la capacidad de nuestro país de ponerse en la vanguardia de la Revolución mundial anticapitalista.
 
Más tarde, el adversario anunció un acercamiento con Cuba con la promesa de eliminar el bloqueo económico y cerrar definitivamente la base de Guantánamo. Cabe destacar que años después del aclamado anuncio del presidente Obama, se mantiene el bloqueo contra la isla y la base estadounidense de Guantánamo todavía existe. Vale preguntar, ¿A quién benefició este acercamiento?
 
Muchos camaradas de distintas latitudes criticaron este contacto diplomático entre Cuba y los EEUU, para muchos, la isla dejó de ser un faro de dignidad y esperanza para convertirse en un faro de desaliento para los movimientos revolucionarios del mundo, pues a la vista de todos se había sentado a pactar con el enemigo.
 
No se debe criticar el hecho de buscar una salida pacífica a 60 años de bloqueo económico, sino que no se percibió la jugada maestra del imperialismo. Neutralizando a Cuba y a Venezuela, el adversario atacó de manera simultánea a los Gobiernos más débiles y vulnerables de la alianza sur americana.
 
Todos atestiguamos estupefactos como el Gobierno de Dilma entregó a Brasil sin pelear y Argentina simplemente eligió el neoliberalismo. No es un secreto que la correlación de fuerzas está cambiando y tiende a favorecer al adversario. 
 
La joya de la corona no fue el revés electoral de las parlamentarias en Venezuela, ni el referéndum por la reelección indefinida en Bolivia y mucho menos los recientes comicios municipales en Brasil. Fue la derrota electoral de la paz en Colombia impulsada por Chávez y Fidel. Este proceso era una herejía que la burguesía y la ultra derecha fascista del continente tenía que aplastar por el peso simbólico que representaba para todo el movimiento revolucionario internacional. 
 
En medio de la profunda crisis sistémica del capitalismo solo nos queda esperar una ofensiva ideológico-cultural y militar de carácter global en contra de cualquier vestigio revolucionario. En esta embestida el único objetivo será la supervivencia del sistema a costa de cualquier sacrificio.  
 
Es necesario replantearnos como fuerza política, debido a que las izquierdas han perdido su perspectiva, su iniciativa, su discurso y en muchos casos el apoyo popular. No podemos continuar haciendo lo mismo que hacíamos hace tres años, debemos evolucionar y adaptar nuestras políticas, líneas de masa, mensaje y discurso a las nuevas condiciones objetivas y subjetivas sin perder de vista que nuestro objetivo principal es la lucha internacional contra el sistema capitalista, contra el imperialismo y contra el gran capital.
 
De lo contrario la restauración neoliberal, el exterminio de la esperanza revolucionaria y la proximidad de la destrucción de la vida en el planeta está a la vuelta de la esquina.
 
*Militante de Plataforma Socialista Golpe de Timón

Guerrillero66@hotmail.com



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