Nos cambiaron la comida, los olores de nuestra tierra...

Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: "Cierren los ojos y recen". Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
Eduardo Galeano
Las venas abiertas de América Latina

Quisiera y necesito compartir un texto que rueda por la red en un artículo muchas veces replicado y probablemente, muchas veces por el mismo dedo. Me gustaría tener la oportunidad de conocer la opinión de Intelectuales como Vladimir Acosta, Brito García, de Sociólogos como Maricler Stelling, Pedro Rodríguez, psicólogos como Jorge Rodríguez, Psiquiatras como el Dr. Bianco, que analizan el discurso y luego nos comparten sus reflexiones. Esto pareciera intentar recordarnos a Galeano y las Venas Abiertas de América Latina, pero ya verán que no:

“Nos cambiaron la comida, los olores de nuestra tierra, los recuerdos, los sonidos, las costumbres sociales, los nombres de las cosas, los horarios, nuestras palabras, nuestras caras y expresiones, nuestros chistes, nuestra forma de vivir el amor, los negocios, la parranda, o la amistad. Forzosamente nuestro cerebro y nuestro metabolismo se fueron al carajo, ese ignoto lugar carente de coordenadas.”

Estoy segura que así, podría fácilmente ser relacionado con las palabras de un Iraquí, después de la operación encabezada por los Estados Unidos en su país a partir de la cual se encuentra hecho ruinas; o tal vez de un Libio, luego de la invasión de la que fue objeto su país y el asesinato de su líder; pero también podrían ser las palabras de un Sirio o de un Palestino o de un Afgano… podríamos hacer una lista interminable de lugares desbastados, invadidos, destrozados por la coalición de amigos e importadores de “paz” que encabeza EEUU y sus amigotes con quienes continúa en estos cocteles pirotécnicos, llámense Francia, Inglaterra, Europa, Italia y más.

Les invito a hacer un ejercicio interesante, pensemos que se trata pues de la traducción de una conversación entre dos indígenas de las tribus Caribe, Jirahara, Waraos, Guajibos, Kariña, Wayú, Yurpa, Warao o … entre descendientes de alguna tribu de aquí o de tantas que con todo derecho poblaron estas tierras latinoamericanas y a quienes les fueron arrebatados sus derechos y su identidad. ¿Es triste verdad? Si, lo es cuando hablamos de nuestros antepasados asesinados y abusados por la barbarie del invasor opresor, violador, asesino y ladrón.
Luego tenemos que hacer el ejercicio de volver al presente y poner esas palabras en la boca de un desarraigado, pro yanqui, traidor y ridículo como Miguel Ángel Landa, quien se atreve a hablar así de Venezuela en este momento. Me pregunto yo entonces ¿Cuándo olvidó que en sus personajes muchas veces hizo de negro maltratado y abusado por el oligarca?... o… ¿Cuándo olvidó sus películas en las cuales la acción de un delincuente palideció ante la impunidad del malandro de cuello blanco, maltratador y vulgar que esconde debajo de una camisa o un vestido de marca sus más bajas pasiones e instintos?

¡No tiene derecho este señor a hablar así! A menos que su intención sea reivindicar al indio, al negro, al pobre, a la mujer, al niño o al anciano a quienes el esclavista, feudal, capitalista o burgués amparado en el poder económico, apoyado por la iglesia y por los gobiernos entreguistas, le expropió su derecho a la felicidad y al disfrute de lo que le corresponde incluso como producto de su trabajo, a todos los venezolanos y latinoamericanos.

No tiene derecho Miguel Ángel, ni nadie a decir que en este país todos éramos felices durante la cuarta república, porque ese es un derecho que ellos le ayudaron a expropiar a la mayor parte de los Venezolanos. Tal vez él si vivió del oportunismo de ser parte de un club de cómplices, de privilegiados que asistían a los grandes bochinches que organizaban con el dinero del Estado los políticos de turno y corruptos de la cuarta. Él, que hacía películas que solo exhibían al pobre en su dolor e ignorancia.

Venezuela está golpeada y en problemas. Todo ello gracias a la injerencia extranjera, al financiamiento que hacen grupos económicos a delincuentes aliados con el paramilitarismo colombiano para sembrar miedo, a la conflagración de la burguesía parásita improductiva para hacer chillar la economía, a una derecha inmoral y asesina. Frente a esto, no debemos perder de vista que, también se debe a la flojera nuestra por no asumir la lucha en su tiempo, a la mala gestiones locales que le hicieron y hacen un flaco servicio a la gestión nacional, a los errores de pretendidos secuestradores de un partido que no ha comprendido la necesidad de dejar surgir nuevos liderazgos (los naturales). Esta práctica lamentablemente nos hace comulgar con el sectarismo que ha caracterizado siempre a la derecha. Puede verse que algunos de nuestros “dirigentes”, aún no han comprendido que al pueblo no se le engaña y menos con armas en desuso por cuartorepublicanas.

Lamentablemente del lado de la guerra, de los enemigos de la patria, se cuenta con el apoyo y poder manipulador de grandes lmedios. Asistimos a diario al sepelio de la verdad, con la participación de traidores con libreto como Miguel Ángel Landa, Franklin Virgüez, Norkis Batista, Gaby Espino, Majorie de Sousa, Emilo Lovera, Nacho, Leonardo Padrón y tantos otros tarifados de Sony, Univisión, el País, The Guardián, Caracol, The New York Time,… medios internacionales, quienes junto a los palangristas venezolanos negociantes de las noticias, se han transfigurado en una sociedad de cómplices.

Estos medios articulados en una red muy poderosa movida por el capital, junto a los vendidos aquí y afuera, emprendieron y no cesan una campaña para hacernos daño; daño que se le hace con sangramiento profuso de malas ideas, falsas de conciencias, al imaginario de quienes se quedan con el titular, con el cuento. Lamentablemente hay un montón de gente que por flojera o temor a salir de su zona de confort, dan crédito a testimonios como este.

No tiene derecho Miguel Ángel ni ninguno de sus iguales traidores. a continuar haciéndole daño a Venezuela, ni nosotros a quedarnos callados ante tanta basura. Mientras los venezolanos que queremos a este país, continuamos trabajando como hormiguitas para salir de la crisis, resistiendo, respondiendo y sobre todo, luchando por la paz y para salvar la revolución; estos grupos se mantienen exacerbando odios para impulsar una guerra civil, pero… No deben Volver. No lo permitamos.

VIVIREMOS Y VENCEREMOS


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