Agresiones del cantante colombiano Rubén Blades -querido hermano país, Colombia- contra Venezuela, son cada vez más frecuentes y molestas para nosotros los grancolombianos porque ese muchacho, Rubén Blades, no había sido tan mal artista, él tuvo algunas canciones interesantes, pero al no sustentarlas como un hombrecito, se convirtió en un ídolo con pies de melcocha.
Sí, ya sé, de Rubén Blades se dice que nació en Panamá, pero Panamá es una legítima provincia de Colombia que fue obsequiada por la oligarquía santanderiana, o santanderista, a Estados Unidos y cuya posible explicación histórica os dejo a pie de página en "Un espejo para mercedes".
El otro sujeto de la trama, un tal Albert Rivera y al que denomino Alberto, es sujeto español, también agresivo metiche en nuestros sagrados asuntos.
El caso es que cada cual por su lado, uno y otro respectivamente, aspiran a ser, presidente de Panamá en 2019, el uno; y de España en 2020, el otro; y ambos no encontraron otra manera de hacerse publicidad sino atacando a Venezuela, por encargo.
Rubén Blades concubina con el imperio norteamericano y Alberto Rivera con el imperiecito español; así que ambos, cada quien por su lado, preparan la marcha nupcial y entregarse para siempre hasta que Dios los separe.
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