Carta Democrática Interamericana es un estoraque del Norte

Estoraque significa un escrito largo, pesado y carente de credibilidad.

Todo lo que nazca de la OEA es un fraude patrocinado por EEUU para intervenir en América Latina y como tal debe ser combatido en el escenario internacional mediante todas las formas de lucha.

Por ejemplo, la Carta Democrática Interamericana es un estoraque que funciona como caprichoso medio sancionatorio de la OEA para expulsar a países miembros y aislarlos diplomáticamente; ha castigado a unos Estados y exonerado a otros por los mismos hechos que Washington califica como ruptura del orden constitucional. En Venezuela hay democracia hasta que la oposición de un golpe de Estado. Por lo tanto la fulana carta no procede.

Para el mismo fraude conspirador sirve la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) quien guardó silencio frente a miles de asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, persecuciones y demás crímenes por razones políticas en Venezuela de 1958 a 1998.

En 2002 la OEA apoyó la dictadura de Carmona y le negó protección al entonces secuestrado Presidente Chávez. Asimismo pretendió imponerle a Venezuela que perdonara a un ex alcalde de Chacao sancionado por corrupción.

Urge advertir que los tratados internacionales sobre derechos humanos (DDHH) que hayan sido suscritos y ratificados por nuestro país tienen el mismo rango que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) y no están por encima de ella, es decir, no poseen carácter supraconstitucional. Así lo dicta el artículo 19 de la CRBV mediante el Principio de Progresividad según el cual ante un eventual conflicto de normas (constitucional del país vs internacional) se adoptará aquella más favorable para los DDHH.

En nuestro Derecho, el interés colectivo predomina sobre el individual y desde 1999 no se obedece a potencias extranjeras. De allí que por donde se le examine, la CRBV es más garantista que la Convención Americana sobre Derechos Humanos y su parcializada CIDH.

LA OEA se encuentra bajo el dominio de EEUU y sólo sirve para debilitar la independencia de los Estados. Por esto surge la necesidad de un nuevo sistema jurídico basado en la soberanía latinoamericana donde nuestros pueblos resuelvan sus asuntos sin intromisión del norte.

En este plano la creación de una Corte Latinoamericana en el marco de UNASUR luce estratégico. Mientras más países se integren a este proceso liberador, más pronto se logrará la anhelada emancipación del Caribe y Suramérica.



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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