Hermanos Farianos: ojo pelao con Santos. Remember 1953

Hermanos Farianos: aunque para ustedes no hace falta recordar la falsa esperanza de 1953, cuando un golpe militar prometió la pacificación, la libertad de los prisioneros de guerra, amnistía para los guerrilleros y un frateral abrazo de los militares con todos cuantos dejasen las armas. Ustedes conocen muy bien la falsedad de las promesas y todo cuanto ocurrió durante largas décadas de una violencia sin fin. Como hoy existen dos generaciones, allá y acá, que no conocen tántas cosas que han ocurrido en nuestra hermana, sufrida y engañada Colombia, me permito recordar, en la más breve forma posible, la cantidad de veces en que la oligarquía colombiana, los liberales y los conservadores, se pusieron de acuerdo para traicionar la posibilidad de triunfo de las fuerzas populares. El caso más destacado, que recoge la historia, fue en 1946, cuando el prestigio de Jorge Eliécer Gaitán aseguraba el triunfo del liberalismo progresista. Para desgracia de Colombia la oligarquía liberal, encabezada por Alfonzo López Pumarejo, expresó públicamente que prefería el triunfo del candidato conservador, Mariano Ospina Pérez, como en efecto ocurrió, porque "ello le aseguraba conservar sus bienes y sus privilegios". La lenta muerte de Colombia, se aceleró meses después, el 9 de abril de 1948, en la forma de un sicario que en su arma y el crimen de Gaitán llevaba el renacer de la"guerra de los mil días".

La amnistía del golpe de Rojas Pinilla apenas fue el eslabón de un rosario de falsedades: uno tras otro fueron asesinados los líderes de las guerrillas que habían creído en promesas de oligarcas, hasta llegar al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de los Llanos Orientales, Guadalupe Salcedo, quien cae muerto en una emboscada en Bogotá. Pasan los años y los tres mil asesinados de la Unión Patriótica constituyen el trofeo de la conspiración urdida por el siniestro Andrés Pastrana Arango, (algo trae a mis oidos el sonido de esos dos ilustres apellidos), en París, en 1974, con otros no menos siniestros personajes de la extrema derecha internacional, donde fue delineado el perverso plan que hundiría a Colombia en la hecatombe humana de más de medio millón de campesinos desalojados de sus tierras y miríada de cadáveres que sembraron la tierra colombiana o decían adios a los asesinados de Puerto Berrío en su viaje sin fin en aguas del Magdalena.

Una esperanza surge hoy con la paz acordada con la oligarquía, que no tiene mucho que perder, como no sea la obligación de libertar los miles de prisioneros de guerra, en tanto que las fuerzas revolucionarias harán un gigantesco esfuerzo por adaptarse a la situación de ciudadanos libres pero vigilados. El tiempo dirá si el sacrificio vale la pena, teniendo en cuenta las experiencias anteriores y la reticencia gubernamental para eliminar la siempre inminente violencia de los paramilitares. Solo nos queda agregar nuestros sinceros votos por una feliz culminación del esfuerzo para lograr la ansiada paz en Colombia.

La paz en Colombia, siempre se ha dicho que es la paz de Venezuela. Que así sea. Pero no todo es color de rosa. ¿De qué nos vale forjar la unidad de los pueblos de Mercosur, de Unasur, del CELAC; unidad forjada en la paz, en el respeto por el camino trazado para el desarrollo económico, en luchar para tener repúblicas soberanas, si existe en el Norte la permanente amenaza de un gobierno insaciable de poder, cuyo compromiso con la paz forjada es arena llevada por el viento? Bendita sea la paz por la que luchan nuestros hermanos de las FARC-EP, pero la vida cotidiana dirá si es posible consolidarla bajo la permanente amenaza de miles de soldados de los Estados Unidos vigilando que no se le "barajuste el ganado". Siete bases en suelo granadino, los buques de la Cuarta Flota y el Comando Sur hacen de nuestra hermana poco menos que una colonia de lujo, cuya máxima aspiración en política internacional es llegar a ser considerada miembro de la OTAN, en tanto que le suministran las más modernas armas para la defensa, y en ello se van miles de millones de un dinero que puede ser utilizado en programas sociales que tánta falta le hacen a Colombia. ¿Y defenderse de quién? ¿Qué pais la amenaza? Hay muchas, muchísimas cosas que pueden enriquecer nuestras preocupaciones No creo necesario agregar nada más. A buen entendedor…

asamblea142@gmai.com



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