"La historia no se repite". Dice la regla científica. Yo digo, se mimetiza, se reconstruye, se desarrolla con los mismos trazos del pasado, no se detiene sino que hiberna en su madriguera de muerte, especialmente cuando las condiciones que originalmente la combatieron, se desvirtúan y pierden el impulso revolucionario. Cuando la moral que la combatía se debilita y se abren laceraciones éticas en su cuerpo.
Hoy, la derecha avanza sobre nuestros errores. El engañador susurro de la tentación capitalista se cierne sobre el enmudecido rugir del canto revolucionario en la America Latina. Un canto silenciado por los errores del liderazgo y el oportunismo de la derecha. Pudiera decirse, que más que un triunfo de la contrarrevolución, son oportunidades concedidas por los yerros de algunos cuadros corrompidos por el crimen y la riqueza.
Las derrotas electorales relativas ocurridas en algunos circuitos de nuestra América, así lo demuestran.
Hoy en día, el esfuerzo de tantos líderes que hoy no están, parece diluirse ante el debilitamiento de la izquierda. Motivo para preocuparse y para evaluar las razones de ello.
Los más engañados por las mentiras de la derecha, aducen esta temporal baja de la intensidad revolucionaria a la inviabilidad del socialismo y a la democracia popular. Esta especie conviene a la derecha, que ni es nueva ni es la respuesta a nuestros errores. El efectismo que tienen las crisis económicas en tiempos de cambio, siempre es capitalizada por la derecha, y aunado a errores tácticos del liderazgo de la izquierda, se convierte en matriz negativa, especialmente traducido en voto castigo.
Hoy, en el zenit de la crisis económica en Venezuela, errores fundamentales de la respuesta oficial a la crisis, el desvío del espíritu revolucionario en importantes cuadros del partido de gobierno, lo que ha generado un elevado descontento en gran parte de la base popular, ha puesto en peligro, entre otras cosas, el respaldo electoral del chavismo. Realidad innegable que pone en peligro la vida misma de la revolución.
Al igual que en Argentina, la contabilidad electoral no favorece a la formula revolucionaria.
Solo esperemos que los resultados en nuestro país no acaben entregándole a la derecha lo que queda de salvable de la opción revolucionaria. La situación en Argentina no es ni cercanamente tan grave como en Venezuela y sin embargo, fue suficiente para que la formula del FPV (Frente para la Victoria) sufriera varias derrotas significantes, amen de la seria amenaza de la segunda vuelta electoral en la que el candidato de la derecha Macri, tiene serias oportunidades de alzarse con la victoria en esa segunda vuelta, aun cuando Daniel Osvaldo Scioli, el candidato del FVP sumó una victoria en la primera vuelta electoral.
En Venezuela, las cosas no andan bien para la fórmula revolucionaria. La impopularidad presidencial es un peso demasiado comprometedor para los candidatos del GPP. LA GUERRA ECONÓMICA, propiciada por la derecha venezolana, ha capitalizado sus propósitos, y lo que no pudo lograr con el ejercicio democrático de la política, lo ha hecho a través de la conspiración, el contrabando, la violencia y el terrorismo, en sintonía con la mano peluda de los factores exógenos que residen en el norte y en España.
El elector venezolano, debe evaluar toda las premisas malignas de esos criminales que constituyen la peor opción electoral de la historia de Venezuela. El debate político en nuestro país debe concentrarse en evaluar la opción oposicionista, la cual no solo significa la venta del país, sino persecuciones, terror, muerte y desolación.
No podemos negar que esta crisis representa un factor desmotivacional para muchos adeptos al proceso, y las consecuencias de la misma se sentirán por mucho tiempo. Sin embargo, los que creemos en este país y los que hemos confiado en la democracia participativa y protagónica por la que tanto se ha luchado, debemos pensar, que hemos pasado por peores crisis y las hemos podido superar con creces.
En esta coyuntura trascendental No nos podemos dar el lujo de empeorar nuestra situación eligiendo la anti propuesta de estos criminales disfrazados de políticos. Preferimos revisar, rectificar y reimpulsar, aun a riesgo de parecer insensibles a la crisis, por la cual no nos cansamos de orientar las críticas correspondientes al gobierno, pero con la salvedad, de no pecar de ilusos con la malévola propuesta de los mayores responsables de la crisis política que ha llevado al país a una guerra económica con las consecuencias que todos tenemos.
Nuestro pueblo ha madurado en el arte de la política. Muchas veces, y así lo ha demostrado, superando a los mismos políticos de oficio. En esa madurez confiamos y apelamos, a que se manifieste el 6 de diciembre, donde definitivamente hay que derrotar al ultimo capitulo de la guerra emprendida por la derecha irracional venezolana.