El mundo de los humanos esta enfermo. Las guerras que pululan por doquier son propiciadas para imponer hegemonías cuestionadas que buscan sobrevivir a las profundas crisis que las agobian y amenazan.
El conflicto en múltiples expresiones es la norma que impera e impone pautas a la cotidianidad existencial.
El capitalismo se ha implantado con todas sus fatídicas contradicciones en casi todo el globo terráqueo. Su naturaleza depredadora busca realizarse destruyendo la vida del hombre y del planeta.
La noticias diarias nos agobian de angustia porque anuncian lo que ocurre como normalidad en este infierno que llamamos sociedad. Es así como nos aterran las grandes empresas que gobiernan la producción mundial cuando descubrimos que son centros de fechorías contra toda la humanidad.
¿Por qué a tanta inmundicia la maquillan para venderla como el mejor de los mundos posibles?
¿Por qué nos dejamos engañar por tan grandes mentiras?
Hay en mi patria toda una tecnología aplicándose en nuestra vida social que nos esta produciendo disgregación con el concurso de una parte de nosotros. Nuestros enemigos han tenido la capacidad para contraponernos con espejismos. Sus objetivos buscan que nos destruyamos. Han logrado inducir en un tolete de nuestro pueblo el odio contra los suyos. Cuando llegué la oportunidad los instigarán para la carnicería. Querrán que no quede piedra sobre piedra. Así, les será sumamente fácil quedarse con todo lo que para ellos es un botín.
Esta macabra manera de hacerse con Venezuela viene precedida por otra no menos macabra manera de propiciar este descabellado desenlace: la guerra económica y la crisis económica.
Hay un muy intrincado velo tejido que se evidencia cuando observamos el contrabando-bachaqueo y el ocultamiento-acaparamiento de alimentos, medicinas, productos de higiene, etc., para generar desabastecimiento y encarecimiento de todos los bienes y servicios, deteriorando el poder adquisitivo de los venezolanos, y provocando un terrible descontento por el ocultamiento de los productos de uso cotidiano y las colas que generan.
En este macabro plan están participando algunos venezolanos como los bachaqueros y los funcionarios uniformados corruptos que en vez de custodiar nuestras fronteras aprovechan la coyuntura para hacerse de un dinero fácil cobrando peajes a los contrabandistas. Con esta deleznable práctica le hacen el juego a nuestro enemigo propiciando la entrega de nuestro país. No se sabe donde metieron las enseñanzas de Chávez.
Con estas practicas nuestro enemigo utiliza los instintos mas bajos y elementales de los humanos para ponerlos a su servicio. Al final todos los venezolanos sufriremos por igual las terribles consecuencias. Si quieren conocerlas observen lo que esta ocurriendo en Libia.
Empero, lo más grave de toda esta situación se encuentra en la actitud de un gobierno que no gobierna, que deja que nuestro enemigo actúe a sus anchas sin oponerle resistencia. El proceso de deterioro de la capacidad adquisitiva del venezolano propiciado por el sector privado no ha recibido un parado contundente y efectivo por parte del gobierno. Esta actitud negligente debe revertirse si de verdad se quiere detener el avance ofensivo de nuestro verdadero enemigo: el imperialismo norteamericano.
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