Satanizar y domeñar a Rusia, Siria y Venezuela

El cine hollywoodense, los juegos y la literatura son excelentes vehículos desde los cuales se ha penetrado culturalmente a nuestros pueblos, para domeñarnos y estandarizar nuestra cultura, y así, condenarla a la sumisión y al servicio del Estado burgués, que subsiste solo del capitalismo, cuyo principal asiento imperial lo representa el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), solo que ellos desde su etnocentrismo y gracias a la ignorancia aprendida desde las universidades se dan en llamar “de América”, porque para ellos lo demás es monte y culebra.

Es entonces, que durante un siglo completo y lo que va del XXI, en el cine que fomentan desde EEUU, tanto los chinos, como los rusos, sirios y venezolanos, hemos sido sistemáticamente ridiculizados y banalizados, para generar un estereotipo de nosotros como pueblo, en el que el odio sembrado en el inconsciente colectivo, justifique cualquier tipo de agresión en contra de nuestros pueblos, a manos del gran gendarme mundial, el que históricamente, desde el cine y la literatura en general, nos han enseñado que los gringos son los buenos y predestinados a poseer la tierra.

Así, impávidos hemos presenciado y muchas veces, celestinado, con nuestra risa y carcajada, confundiendo el ridículo con el humor, películas en las que nos han mostrado a los chinos como bobos de cabeza gacha y mafiosos asesinos por naturaleza; a los rusos torpes de rasgos tipológicos grotescos; a los sirios y al resto de la nación árabe, como asesinos por naturaleza, feos y brutales; mientras que a los venezolanos nos han tipologizado en el campo en el que todas nuestras mujeres son bellas y putas y nuestros hombres son terroristas, corruptos, chiquitos regordetes y con mal gusto, además de amantes de dictaduras.

Resulta que esto no es un juego, aunque todo ese estereotipo ridículo construido desde la mitagogia estadounidense, tiene una gran intencionalidad movida por lo económico, lo que los ha llevado ahora, incluso en los videojuegos, todos violentos, a poner escenas y acciones contra nosotros, de manera tal, que condicionen las conductas colectivas, para aceptar y apoyar como un hecho normal, las invasiones a nuestros pueblos y el “genocidio”, que suena más suave que llamarlo “asesinato en masa” e indiscriminado en contra de nuestros connacionales, incluso, incorporando en sus personajes de ficción el nombre o el rostro de nuestros gobernantes, tal y como hicieron previamente con Saddam Husseín, Muhammad Al Gadafi, el Comandante el Fidel Castro, el Comandante Hugo Chávez, Mao Tse Tung, Stalin y, ahora, Vladimir Putin, Bashar Al Assad y Nicolás Maduro, entre otros destacados líderes de ese nuevo mundo naciente, el multicéntrico y pluripolar, caracterizado por la paz, la equidad, la lucha contra la pobreza y la solidaridad que va más allá de toda ideología, pero que es incompatible con el capitalismo, que por naturaleza es salvaje, inhumano, cruel, voraz y depredador, aunque estas características puedan también retratar al endorracista premio Nóbel de la paz.

Todo este marco ideológico inducido desde el estereotipo en el cine, la literatura, el humor y los videojuegos, es la base desde donde el imperialismo y sus decadentes aliados de la Organización para el Tratado de Atlántico Norte (OTAN), pretenden justificar sus acciones brutales contra nuestros pueblos y nuestros líderes, como cabezas visibles de lo que somos y representantes de nuestras institucionalidades. Ellos, muy en serio, en la real politik, han venido moviéndose en una articulación mundial simultánea, para forzar, no sólo la restauración del capitalismo en nuestros pueblos, sino para adueñarse de nuestros recursos energéticos y así alimentar sus economías parasitarias, sin importarles un rábano sus pueblos.

En este marco señalado, el gobierno que preside Barak Husseín Obama inició una ofensiva brutal contra el gobierno de la Federación Rusa, promoviendo y financiando gobiernos bélicos de la ultra derecha en Ucrania, se metió en el mercado de valores de la nación rusa, boicoteó infructuosamente su economía, luego se alió con lo más rapiña de la OTAN e impuso sanciones también infructuosas y buscó por la vía del fracking o extracción de petróleo de esquisto, inundar el mercado mundial con este petróleo, haciendo dumping contra Rusia y contra Venezuela, hasta que las transnacionales petroleras aliadas de esta maniobra han reportado pérdidas y quiebra técnica por cuando producir este tipo de petróleo cuesta mas de Cincuenta dólares por barril, que el precio que impusieron en el mercado para boicotear las bandas racionales fijada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), hecho que ha obligado al gobierno estadounidense a vender petróleo de sus reservas que son bastante menguadas.

En cuanto a China, el gobierno estadounidense intentó penetrar su mercado nacional para hacer crujir su economía y parasitarla, sin contar con que el gobierno revolucionario no está conformado por pendejos y mantienen un superávit de producción que les permitió devaluar el Yuán, haciendo que las maniobras se revirtieran en contra de la Bolsa de Valores de New York y la Reserva Federal estadounidense (que es un saco roto y solo sirve para fabricar dinero inorgánico), lo que derivó en el reciente “Black Monday”,

Por otra parte, el genocidio sostenido contra el gobierno de Siria y su presidente Bashar Al Assad, tiene la autoría del gobierno del premio Nobel de la paz y sus aliados de la OTAN. La razón de fondo es el control del Oriente Medio para la extracción de crudo y gas robado a estos pueblos en beneficio de la rapiña imperial. Los horrores padecidos por este noble pueblo sirio, solo ha sido contemplado por la ONU como celestina del imperialismo rapaz. Estos esperan la Hora Cero en la que logren asesinar a Bashar Al Assad y se imponga el Califato criminal del EI, formado, financiado y equipado por el gobierno estadounidense, aunque no cuentan con que hay un pueblo bravío con Bashar Al Assad.

Por otra parte, el enclave geopolítica y energético que representa el gobierno bolivariano, socialista y chavista que preside el obrero Nicolás Maduro ha resistido todos los embates directos del gobierno estadounidense, el que ahora decretó la “Executive Order” y solo es cuestión de tiempo para que hagan tierra arrasada contra Venezuela y, ojalá, el presidente hermano neogranadino no esté comprometido para derramar la sangre de Abel, por un puñado de dólares, acción que acostumbran los imperialistas decadentes, disfrazando de ideología a su falsa democracia. En Venezuela hemos resistido todo tipo de boicot de la U.S. Embassy y del Departamento de Estado norteamericano. Ahora, pretenden estrangular económicamente al gobierno venezolano, con el boicot y dumping en el mercado energético, junto con la especulación y mercado negro desde la plataforma que funciona entre Colombia y EEUU, llamada Dólar Today, sin soslayar además, el contrabando de extracción y la promoción de un enfrentamiento bélico con el hermano país Guyana, en donde el gobierno estadounidense montó a un crematista al servicio de sus intereses, quien recibe dádivas de la transaccional parasitaria de extracción conocida como ExxonMobil.

Ante este panorama, el imperio decadente teme y fuerza para que una reunión de alto nivel entre China, Rusia, Siria y Venezuela, quede solo en eso: en un conjunto de países preñados de buena voluntad, pero aislados en su accionar para enfrentar los ataques del decadente imperio y sus rapaces lacayos.

Por tanto, urge acordar: primero, una alianza estratégica militar de poyo y reacción inmediata ante cualquier amenaza y ataque de cualquier fuerza imperial; junto con ese acuerdo, apoyo comercial en todos los rubros posibles, de carácter inmediato en su ejecución y con acuerdos a mediano y largo plazo; transferencia tecnológica; banco energético de petróleo y recursos minerales (sin dinero, como reserva estratégica); alianza entre los países del BRICS, más Siria, Palestina y Grecia, con los países miembros de la ALBA-TCP y UNASUR; recompra de la deuda de Grecia, reconstrucción de Palestina y Siria; creación de un sistema comercial común con yuanes, rublos y sucres; acuerdo en bloque entre los países del BRICS, ALBA-TCP, UNASUR y PETROCARIBE, con los países miembros de la OPEP, para mantener el ritmo actual de producción en una banda de precios justos en el mercado mundial y diseño de estrategias comunes contra el fracking y el dumping del gobierno estadounidense y sus aliados. Hemos de fortalecer ese nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, para enterrar al viejo mundo unipolar de rapiña y destrucción, como lo soñaba el Comandante del Pueblo Hugo Chávez.



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Luis Alexander Pino Araque


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