Vientos de la sabana

El gusano Felipillo y sus andanzas

Felipe González es un cadáver político. Un muerto andante que por su infamia humana se ha caracterizado por abonar un cultivo de bajezas espirituales y, con la propia habilidad de un ser mezquino y falso, logró vender una imagen de socialista que le permitieron usar y abusar de las esperanzas de españoles y de quienes han siempre soñado un mundo posible de justicia e igualdad social. Ese es Felipillo, un "lobbista" profesional. Un gusano que se arrastra a los designios del imperio estadounidense para venir al país a promover una deslegitimación del gobierno y de las autoridades. Una provocación no sólo a los poderes establecidos sino al pueblo en general que con estupor observa cómo este sinvergüenza, este mequetrefe, se atreve a venir al país para hablar por todos los medios que no hay libertad de expresión y a defender, los derechos humanos de unos delincuentes; pero no se reunió con las familias de las víctimas de los 43 fallecidos por las guarimbas promovidas por Leopoldo López y Daniel Ceballos.

El forajido de Felipillo tiene un prontuario delictivo abrumador, vinculado al narcotraficante Pablo Escobar Gaviria; además de sus acciones paramilitares; sin embargo, obviaremos su curriculum político-social, el cual sabemos que es inmoral y antiético. Sorprende sí su altisonancia y su arremetida directa y brutal contra la tranquilidad del país. Su llegada al país obedeció a una de las tretas más para ir desmoralizando al pueblo. Es parte de la novela que ya todos sabemos. Pero que no debemos permitir desarrollar porque esas fueron las andanzas que llevaron a Libia, Siria y Ucrania, a una guerra entre sus mismos habitantes. Es mantenernos alerta frente a todos sus movimientos con una clara convicción política y una entrega por esta independencia que nos ha tocado luchar.

Cómo estará de mal la oposición en el país que tuvo que recurrir a este personaje que renace de la penumbra de su propia maldad. Un gusano de pacotilla. Que se cansa de hablar por el mundo de nuestro país y viene a mancillarlo con su presencia. Habló con su par en maldad contra el pueblo, Antonio Ledezma, no quiso recibir a los familiares de las víctimas de las guarimbas y tuvo que salir huyendo, muy sospechosamente, en un avión de la presidencia de Colombia. Todo se teje y entreteje. Todo un entramado planificado para exaltar los ánimos de los venezolanos y venezolanas que demandamos respeto y no los abusos de este zombi de la política internacional.

El imperio ha arreciado sus ataques a Venezuela. Sus acciones ya se conocen. Sus medios continúan con una vitrina de la revolución la cual ofrecen como un desastre y los únicos responsables son los chavistas. Los ataques vienen por todos los flancos, propios de las guerras de cuarta generación. Felipillo es una pieza más de sus proyectiles. Se suma la guerra económica, Dólar Today, la insipiente molestia con Guyana, el excesivo contrabando de extracción a Colombia, los brutales intentos de reavivar la guarimba de Leopoldo y Ceballos…, toda una desesperación ante el sonoro fracaso que se llevaron en lo que ellos denominaron sus primarias para escoger sus candidatos a la Asamblea Nacional. Ante la bofetada que le propinaron sus mismos seguidores, la oposición antipatria y sus operadores internacionales no le queda otra que jugar a destrozar el país, a destrozar la tranquilidad de los venezolanos y venezolanas, destrozar todo lo que puedan porque su integridad no es otra que el odio, la rabia, la impotencia que sienten que el pueblo sea quien haya diseñado su propio destino de construir una Venezuela cada día más digna, soberana y amante de la paz.



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Geovanni Peña

Diputado a la Asamblea Nacional. Militante del PSUV.

 santanajerez@hotmail.com

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