Obama no aceptará derogar su decreto

Abogando a Dios estar equivocado, me atrevo a vaticinar que el presidente Obama no derogará el decreto que nos deja a su merced para justificar cualquier acción que impida materializar el sueño de un nuevo socialismo en Venezuela.

Esta afirmación, por insólita que parezca, está inmersa en la visión imperial que intuye, adelanta la revolución bolivariana en aras de desaparecer ese saldo de miseria material y espiritual, herencia del neo liberalismo, moderna expresión del sistema capitalista, que en nombre de un supuesto libre comercio, conspira contra nuestra verdadera autonomía económica.

El materializar tal ambición, constituiría “un mal ejemplo” a seguir por sus vecinos, (como efectivamente ha estado ocurriendo) porque a su juicio, y con razón, el principio del fin del sistema capitalista estaría en pico de zamuro y, en consecuencia, efectivamente, se trata de una "amenaza" a mediano o largo plazo.

Hay que tener claro, que el decreto en cuestión, no obedece a un capricho de Obama. Es producto del consenso entre los poderes ejecutivo y legislativo estadounidenses, dispuestos a complacer al Pentágono, empeñado en convertir a su país en ese policía del mundo, capaz de torcer el brazo, a quien ose oponerse a lo que el imperio quiera.

Los millones de firmas del pueblo venezolano que el presidente Maduro presentará a su homologo de EE.UU. en la VII Cumbre de las Américas, amén de la solidaridad que a favor de nuestra patria expresara la casi totalidad de los países asistentes a tan magno evento (a celebrare en Panamá el próximo 10 del mes en curso), no lograra conmover un ápice al "soberano" imperial.

Y es que, Estados Unidos de Norteamérica, vergonzosamente cuenta con sus lacayos acá, dispuestos a acompañar mercenarios latinoamericanos en manifestaciones extra muros, contra su propia patria.

Pero lo peor que pudiera ocurrirnos más adelante con esa parte de la oposición irracional, es la posibilidad de que sea manipulada para enfrascarnos en una guerra civil como las que confrontan países del medio oriente, igualmente víctimas de previas y similares amenazas contra quienes osaron oponerse a hacer su voluntad.

¿Qué hará Obama para sortear con cierta dignidad negarse a derogar el decreto de marras?, también me atrevo a vaticinar: simplemente ofrecerá su discurso protocolar en el que evitara referirse al documento de las firmas presentadas por el presidente Maduro y, "olímpicamente" abandonaría la Cumbre.

Venezuela, en todo caso, frente a cualquier contingencia para obligarla a torcer su brazo, como digna heredera de una estirpe de libertadores, en cualquier circunstancia por difícil que parezca, sabrá hacerle honor a esa consigna del héroe de La Victoria, José Félix Rivas, según la cual: no se trata de vencer o morir, necesario es vencer y, por supuesto que venceremos. No obstante, siento que debo finalizar, insistiendo en rogarle a Dios haga que esté equivocado en mis vaticinios porque somos un pueblo de esperanza y de paz, cuya trayectoria en tal sentido ha sabido reconocer la mayoría de los pueblos del planeta.


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Mauro Briceño Prato


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