Las fuerzas imperiales opuestas a la integración son aquellas que practican sin lugar a duda los valores del individualismo, la manipulación y la dominación como arma garante estabilizadora de los intereses de las oligarquías y el imperialismo.
La Confederación regional planteada por el Pensamiento Bolivariano ha tenido detractores imperiales o proimperiales desde su misma génesis, basta con revisar los documentos más importantes del Libertador Simón Bolívar.
Prividal, F. (2005), en su trabajo Bolívar, Pensamiento Precursor del Antiimperialismo expresa.
“Ante cada intento unitario, los Estados Unidos han exacerbado el fraccionalismo nacionalista. El imperialismo norteamericano está consciente de que la unidad de la América Latina y el Caribe cierra sus posibilidades hegemónicas en el Continente, en la misma medida que la desintegración la favorece”. Pp. 9.
En los discursos pronunciados por el Comandante Supremo Hugo Chávez, se constata su preocupación por afrontar con la unidad, las inminentes amenazas que asechan a los pueblos, siempre insistió en generar las condiciones de defensa de la Región, a través del rechazo de las políticas neocoloniales, en el Segundo Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, plantea en el objetivo Estratégico “4.4.1. Deslindar a Venezuela de los mecanismos internacionales de dominación imperial”, lo cual no surge sólo con la intención de proteger al país, sino a América Latina y el Caribe.
Los enemigos de la unión sólo procuran pactar desde el punto de vista económico, empleando mecanismos de presión a los desfavorecidos, con el fin de imponer sus intereses.
Los gobiernos progresistas que han surgido en la región, han apoyado e impulsado la Propuesta Bolivariana de la Confederación, liderada desde 1999 por el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, el cual siempre mantuvo la atención en el tema de la unidad, como aparato de defensa ante las pretensiones imperiales.
Entiéndase por Propuesta Bolivariana de la Confederación, aquella que ha sabido interpretar, mediante un constante, perseverante y tradicional esfuerzo, la indetenible pretensión de integración de los pueblos de América Latina y el Caribe, con el fin de generar un espacio antiimperialista de concertación, participación, solidaridad, complementariedad y protagonismo a través de la diplomacia de los pueblos. Esto se ha demostrado en los procesos de conformación de los organismos regionales que se han constituido.
Es por ello que el Objetivo General 4.4.1.2. del Plan de la Patria prevé los siguiente: “Establecer las alianzas necesarias para neutralizar las acciones de las potencias neocoloniales en organismos internacionales”. El Comandante Supremo con la claridad que le caracterizaba, comprendió que la integración es el único camino que blindará a la región ante estos males.
La Política Exterior de la República Bolivariana de Venezuela llevada a cabo desde 1999 basada en la integración, la solidaridad, la complementariedad y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, recibe sus frutos en su totalidad concreta, ante el pronunciamiento de la UNASUR, la ALBA y la CELAC, apoyando la patria de Bolívar y Chávez ante el aberrante ataque del imperio de los Estados Unidos, en donde consideran a Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria”, a través del decreto ejecutivo del día 9 de marzo de 2015.
La Cumbre de las Américas a efectuarse el próximo mes de abril en Panamá, será sin lugar a duda, el escenario perfecto para decirle a los poderes fácticos que verdaderamente gobiernan el impero del norte y a su leal subalterno el Presidente Barack Hussein Obama, que estamos decididos a hacer de la región una zona de paz. Esta va a ser la más contundente derrota para los amantes de la perfidia y de la guerra.
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