Quien amenaza a quien y quienes los traidores

Sobre el decreto de Barack Obama según el cual Venezuela constituye una amenaza para la seguridad  de EEUU y su política exterior, vale preguntar: ¿quién amenaza a quién?

La pregunta es pertinente, puesto que no a otra conclusión se puede llegar, tomando cuenta, incluso, todos los argumentos esgrimidos por la mayoría de los países del planeta que han analizado las implicaciones de semejante provocación.

En consecuencia, lo que se desprende del pronunciamiento gringo no puede ser banalizado  y si, por el contrario, deberá considerarse, una amenaza a la inversa.

Y es que, históricamente, actitudes similares han conducido a invasiones como ocurrió, por ejemplo, en Irak,  cuando el imperio provoco  el derrocamiento de Saddam Husein por el supuesto uso de armas químicas que nunca existieron.

Quien, siendo venezolano se ponga al lado de EEUU para justificar su injerencia en nuestros asuntos internos, aceptando que se viole abiertamente nuestra soberanía y se nos someta al chantaje de torcernos el brazo si no nos rendimos a sus insolentes caprichos, o es un ignorante o un traidor.

En el primer caso se puede entender a quien, aun siendo heredero de haber sido excluido de la más elemental educación, se convierta en presa fácil del veneno inculcado por la misma oligarquía que otrora pagara con la misma moneda al padre de la patria, pero no, al que por intereses mezquinos, se transforma en el judas contemporáneo.

Por otra parte, de la misma manera, se podría tolerar al de ultra-derecha que, incluso, no ve nada positivo en el gobierno revolucionario, aun cuando su particular visión lo conduzca a luchar por lo que considere un mejor destino; pero de allí, a que cruce la calle para convertirse en cómplice del peor enemigo de su patria, es algo que la lógica no puede asimilar.

A propósito, sobre todo lo expuesto en este artículo es importante insistir en aclarar que, a quienes así pensamos es injusto acusarnos de no respetar  el derecho que tienen los demás a pensar diferente.

Tal interpretación significaría una violación a la libertad de expresión, lo cual no es compatible  con la ideología socialista en la que militamos, a no ser que esa diferencia nos convierta en enemigos de nuestra propia patria.

Aun cuando esta es una explicación a la que he acudido en un intento para hacer comprender a mis seres más queridos ubicados en la acera del frente que, por encima de todo, los sigo amando, mis esfuerzos han resultados inútiles, gracias a entender que el veneno del odio, los vuelve irracionales.

Tal comportamiento nos lleva a comprender la lección de ese “perdónalos señor porque no saben lo que hacen”, pronunciado por el redentor del mundo en esa cruz a la que acudió Chávez para emularlo, una vez rescatado de las garras de los insensatos, quienes siguen sin entender que el amor es el remedio para alcanzar la paz.



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Mauro Briceño Prato


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