Obama la puso

Parte importante de la oposición venezolana hoy, está molesta con el gobierno de Obama. Una torpeza dentro de la estrategia política afirmar que: "la situación en Venezuela (…) constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos", declarándose en "emergencia nacional" los Estados Unidos de América, la principal potencia bélica del mundo.

La afirmación de molestia opositora la hago con base en una encuesta publicada por Hinterlaces en el mes de febrero, en el marco de la primera sanción por parte del Congreso estadounidense, y refrendada por el Presidente Obama. En esa encuesta hecha a nivel nacional, el 62% de la población se encontraba en desacuerdo con que el gobierno gringo opinara sobre los asuntos internos venezolanos, y el 64% estaba en desacuerdo con que se le impusieran sanciones a Venezuela.

Hoy, a pesar de la matriz comunicacional que pretende atribuir la amenaza del gobierno estadounidense sólo a los funcionarios mencionados en el comunicado oficial y con base en la defensa de los derechos humanos, la gran mayoría del país ya estaba seguro, y ahora, con el tono con el que se desarrolla este comunicado, lo han reafirmado, que el objetivo del gobierno de Obama es injerencista.

Si su intención era apoyar a la oposición, el tiro les ha salido por la culata, ya que el sentimiento antimperialista en Venezuela es muy arraigado, y las muestras de soberbia que muestra el gobierno de Obama no hace lugar a duda de su apoyo descarado a la Mesa de la Unidad Democrática, aún a pesar de parte de ella misma.

El madurismos y el chavismo críticos tienen en el antiimperilismo un punto de encuentro muy profundo, y el gobierno aprovechará esta oportunidad para reunificar sus fuerzas, golpeadas por el sectarismo de la cúpula gubernamental y por el deslinde del gobierno del Presidente Maduro del legado del Presidente Chávez. Mientras tanto, opositor que no se pronuncie en contra de esta acción injerencista, quedará claramente cuestionado por la mayoría.

Y mientras tanto, el pueblo, con una nueva preocupación, sigue viviendo los dilemas que ya distan de tener pronta solución, pero convencidos de que cualquier cosa es preferible a que cualquier gobierno extranjero socave la historia libertaria y libertadora de nuestro país.

Obama o tendrá que rectificar por petición de la misma oposición venezolana, o seguirá adelante con la última fase de la agresión convocada por una minoría antipatriota, sin embargo, y a pesar de la actitud denunciativa del gobierno de Maduro: ¿Un cambio de ministros y una ley habilitante resolverán el problema que se avecina?

La primera, tal como se hizo, no sé (en lo particular pienso que cambiar todo el gabinete hubiese sido un mejor paso), pero la segunda, tal como plantea Marea Socialista, sólo tendría sentido si es aprovechada para decretar una Ley de Auditoría Pública Ciudadana, que impida seguir regalando nuestras divisas para que se conspire en contra del país, y una Ley de Moratoria de deuda soberana y de Pdvsa que permita solventar la disponibilidad circunstancial de divisas producto de la caída del precio del barril de petróleo, mientras se sigue migrando los destinos de nuestras ventas petroleras para seguir disminuyendo la dependencia con los Estados Unidos.

Sólo medidas soberanas pueden enfrentar al neoimperialismo gringo, pero medias tintas y acciones timoratas podrían facilitar su presión, ojalá Maduro sepa aprovechar este momento de unidad.

Publicado originalmente en www.elestimulo.com



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Nicmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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