Hemos asistido en los últimos días a una escalada de pronunciamientos indignantes y oprobiosos por parte de gobierno de los Estados Unidos contra nuestra patria. Para quienes pensaban que eran cuentos las denuncias y alertas señaladas por el Presidente de la República ahí tienen las evidencias. Ya el gobierno norteamericano como que se cansó de darle de comer a un sector de la oposición en Venezuela y recibir en cambio, una vez tras otra, una mayoría popular en favor de la revolución bolivariana. Tantos dólares gastados y, sin embargo, el gobierno bolivariano de Maduro sigue ahí. Pues bien, ya las acusaciones no son solapadas ni el financiamiento encubierto. Ya los halcones del gobierno de Obama han tomado su rol de liderar directamente al monigote opositor. De una manera abierta, frontal y sin ninguna máscara. Lo hace con la connivencia, la aceptación y el apoyo de vastos sectores de la oposición venezolana, de buena parte del empresariado y de ciertos grupos de la ostentosa “sociedad civil”. Estos sectores estériles para parir una idea, incapaces de pensar un proyecto de país que se le oponga al del cambio y transformación de la revolución bolivariana, han buscado con desesperación que el pueblo se moleste, decepcione y hasta se abstenga de seguir apoyando a la revolución. Han aplicado todo tipo de estrategia interna, hasta planificar la locura de bombardear Caracas y desde hace meses el despliegue abierto de una guerra económica.
El frente internacional de la oposición está más activo que nunca y ciertamente nos hace daño. Han tenido eco en algunos países aliados a sus políticas. Han logrado que en ciertos medios y centros de opinión en el exterior se vea a Venezuela y se le califique peor que a los países en guerra. O bien que se le vea en estado de crisis humanitaria siendo que países hermanos, por ejemplo, aún no salen del drama histórico que han vivido a lo largo del siglo XX y que, sin embargo, arrastran taras sociales e históricas de mucho mayor calado que el nuestro que decidió su transición al socialismo por la vía electoral, pacífica y constitucional.
Rechazamos y repudiamos todo los actos de intromisión por parte del gobierno de USA. Denunciamos que se ha activado una dinámica que pretende la intervención en nuestros asuntos internos, alimentar odios y voluntades que acaben con el gobierno del presidente Maduro. Exigimos respeto a nuestra soberanía y a la autodeterminación. Somos una nación y pueblo libres. Tenemos el derecho a darnos nuestro gobierno y nuestras propias instituciones. No nos hace falta que venga gobierno alguno a decirnos como hacer las cosas. Nosotros resolveremos nuestras diferencias en paz, convivencia y espíritu cívico. Afrontaremos nuestros problemas para resolverlos y garantizar la vida nuestro pueblo con dignidad, igualdad y justicia social. El camino para solucionar nuestros problemas es la vía democrática. La oposición siempre ha tenido garantías y respeto para desempeñar su rol. Las tuvieron con el presidente Chávez y las tienen ahora en el marco de la Constitución y las leyes. No es culpa nuestra lo malos que son. Esperamos rectifiquen y se convenzan del sendero democrático.
Tips:
√ La basura sigue en las calles; solo que ahora se pone en evidencia dos maneras de enfrentarla. En los corredores donde la Gobernación aplica su plan hay orden y limpieza. En cambio donde la Alcaldía debería hacer lo mismo las bolsas negras no dan paso a los ciudadanos, afean, contaminan y matan la convivencia.
√ El bachaqueo sigue haciendo de las suyas. Somete con la complicidad de muchos al pueblo a padecer en las colas y a los que no la hacen, a comprar a precios groseros. El gobierno nacional actúa en varios frentes que esperamos acabar en poco tiempo esta tragedia cotidiana.
√ El IMTCUMA acosado por la crítica salió con desespero a multar y amenazar a los choferes y líneas con quitarles el permiso para explotar las rutas. Siempre van en sentido equivocado. No hay plan, no hay estrategia. Internamente nos cuentan que están más pendientes de los contratos de asfaltado y sus comisiones que en abordar de manera integral el problema.
