Definitivamente la desesperación es mala consejera porque se traduce en una frustración emocional sufrida por los seres humanos cuando perciben el fracaso de un propósito, independientemente de que este responda a nobles o, por el contrario, perversos intereses.
Cuando cunde la desesperación por no haberse alcanzado el éxito esperado en un hecho que implicaría una acción criminal contra sus semejantes, esa frustración convierte a sus propulsores en detractores de su propia condición humana.
Afortunadamente, la ultra-derecha venezolana, victima de sus perversas intenciones, se ha venido estrellado contra ese muro de amor que sembró el gigante Hugo Rafael Chavez Frias en el alma de su pueblo, cuya tolerancia, frente a las mas infames provocaciones, ha neutralizado, incluso, que el imperio haya encontrado un pretexto para invadirnos.
El hecho de que Nicolás Maduro haya cumplido al pie de la letra el legado del mas grande bolivariano contemporáneo, ha sido hasta el momento el muro contencioso contra el que, hasta hoy, se han vuelto trisas todos los planes de golpe de estado, como el recientemente denunciado por nuestro presidente constitucional y, en el que se ha puesto en evidencia, hasta donde, las ambiciones de un grupúsculo de inadaptados sociales, se ha transformado en traidores de la patria.
Si bien es cierto, la tolerancia frente a las mas atrevidas provocaciones extraterritoriales estimuladas por la guerra mediática, tendente a desatar una "pelea de perros" que aparentemente pudiera "justificar" una intervención imperial, ha contribuido a frenar tal arrogancia, no es menos cierto que la solidaridad de países latinoamericanos con Venezuela expresada en documentos provenientes de organismos como La CELAC y UNASUR, amen de los agrupados en la Organización de Países no Alineados y de las no menos potencias mundiales como Rusia y China, sin duda alguna, han obligado al imperio a actuar tras bastidores, limitándose a utilizar a sus serviles vende patrias, como hicieron con los renegados cubanos cuando invadieron Bahía de Cochinos.
Aquí, como en la mayor isla de las Antillas, sus lacayos no dejan de defraudarlos y, para fortuna nuestra, en el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, su propio pueblo ha empezado a repudiar sus intervencionismos en los asuntos internos de otros países, lo cual ha llevado a incrementar el numero de sus propios ciudadanos que ya comienzan a sentir los rigores de la pobreza extrema, el hambre y la exclusión de los programas sociales que no son mas que una fragante violación de los Derechos Humanos, de lo que, acusan a sus gratuitos adversarios. Y, como si todo esto no fuese suficiente, Venezuela cuenta con una Fuerza Armada que no en vano, jugo papel preponderante en el desmantelamiento del golpe en cuestión, así como sigue siendo clave en desmontar las guaridas donde la ultra derecha apátrida oculta los productos de primera necesidad, en el marco de la guerra economica. Sin embargo, esto no quiere decir que este garantizada la no intervención directa del imperio en este mundo al revés del que nos habla Galeano. De allí que el Presidente Maduro haya alertado acertada-mente, sobre el particular a sus compatriotas.
(Periodista jubilado)
