¡No es Irak, es Ferguson!

Está militarizada toda la ciudad, la entrada y salida de civiles es severamente controlada, alcabalas militares cierran sus principales arterias viales, automóviles y peatones son identificados y revisados rigurosamente, cientos de guardias apertrechados con equipos de combate y armados con rifles semiautomáticos vigilan los accesos al centro de la ciudad, vehículos militares multipropósito Humvee y camiones de transporte de tropas circulan por toda la urbe. La ciudad está sitiada para impedir cualquier manifestación o acción violenta, la airada tensión en la población expresa su repudio a los ocupantes. No es Faluya, Irak; tampoco Sirte, Libia. Es Ferguson, Missouri, USA.

Ferguson está tomada por fuerzas militares especiales para impedir las contundentes movilizaciones callejeras que reclaman "justicia" por el caso de Michael Brown, el joven de 18 años asesinado el pasado 9 de Agosto por el agente policial blanco Darren Wilson, quien le propinó 6 disparos, el último en la cabeza, quitándole la vida. A todas luces, un caso más del impune exterminio racial que ejercen las fuerzas de seguridad del estado norteamericano contra su población negra.

Como si se tratase de una guerra en una ciudad enemiga, el departamento de estado moviliza fuerzas militares, policiales y guardias nacionales para contener las protestas antirraciales en Ferguson, Missouri y ciudades de otros 38 estados. Apoyadas por helicópteros que sobrevuelan la zona para vigilancia y control desde el aire, equipadas con vehículos blindados, armas de alto calibre y equipos sofisticados para acciones especiales. Acciones militares similares a las empleadas por el pentágono y las tropas estadounidenses en las recientes guerras contra Irak, Libia y/o Afganistán.

Arthur Rizer, profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown, ha estudiado esta política de militarización progresiva de la policía y demás cuerpos de seguridad ciudadana estadounidense, surgida desde los años 60 mediante la guerra al narcotráfico declarada por el presidente Richard Nixon y fortalecida por George W. Bush tras los atentados del 11 de Septiembre del 2001, en la lucha contra el terrorismo. Rizer afirma, una mayor preparación y equipamiento militar de los departamentos de policía locales en los últimos 10 años, revelando la actuación reiterada de éstas nuevas fuerzas del orden de manera desproporcionada: "se llaman especiales y se supone que no deberían usarse constantemente. El problema es que ya no son especiales, sino rutinarias".

Hace apenas unos días el veredicto del Jurado de Staten Island, en la ciudad de Nueva York, sobre otro caso de asesinato policial de un afroamericano, impactó al mundo y desató protestas populares contra la impunidad y la injusticia racial en las calles de la gran manzana y otras ciudades de Estados Unidos, sumándose a las protestas de Ferguson.

Y es que la impunidad de la justicia norteamericana en los reiterados casos de violencia policial contra la población negra, a manos de funcionarios blancos, alcanzó el climax esta semana cuando el jurado absolvió al policía Daniel Pantaleo, procesado por estrangular a Eric Garner un vendedor afroamericano ambulante de cigarros de 43 años, durante un arresto de rutina el pasado 17 de Julio en la ciudad de Nueva York.

A pesar que un transeúnte logró captar en un video con su teléfono móvil las imágenes del suceso y difundirlo por las redes sociales, mostrando con detalle cuando el funcionario policial Pantaleo le aplica una llave de estrangulamiento hasta asfixiar y asesinar al asmático afroamericano Eric Garner, el jurado decidió declarar inocente al homicida blanco por falta de pruebas. Lo que ha encendido las protestas en Staten Island y otros barrios de Nueva York, esparciéndose a otras ciudades estadounidenses que se sumaron a las acciones de calle por la muerte de Brown, en una ola de protestas contra el racismo y la impunidad policial que unió los dos casos de homicidio racial en las calles norteamericanas.

Las cada vez más frecuentes movilizaciones de protestas populares en los Estado Unidos y la consecuente respuesta del estado marcada por la violencia y el exceso policial, con fuerzas progresivamente militarizadas, han venido unificando a los oprimidos en un nuevo movimiento revolucionario que avanza para enfrentarse a la burguesía gringa y sus representantes gubernamentales. Miles de trabajadores y trabajadoras estadounidenses oprimidos y marginados por las élites en el poder, seguirán en las calles hasta hacer escuchar su voz a Washington y decirle al primer presidente negro, NO nos representas. Y es que Obama, es el representante negro de los intereses de los poderosos blancos.

En el país con mayor población carcelaria - más de dos millones y medio de presos – con un porcentaje muy alto de pobres bajo control del sistema carcelario; con más del 60% de la población carcelaria conformada por negros e hispanos; con un alto porcentaje de desempleo de estas minorías - los índices de pobreza proyectan que la mayoría de los jóvenes negros están desempleados o subempleados; con un elevado número de víctimas mortales ciudadanas del aparato policial vinculadas a acciones racistas, determinan el racismo como un gravísimo problema político del gobierno de Washington.

El pueblo revolucionario estadounidense está en la calle batallando contra las fuerzas represivas del estado; contra una guerra racial de exterminio del pueblo pobre negro y latino; contra la violencia racial despiadada de la policía y sus cuerpos militares como política de estado; contra la impunidad de la justicia, regida por el color de la piel. El pueblo gringo está en la calle para exigir sus demandas y la burguesía lanza toda su furia represiva para detenerlo.

Rizer, experto en seguridad nacional y galardonado por su labor en el entrenamiento del ejército Iraqui, dilucida con mayor detalle las consecuencias de la militarización de los cuerpos de seguridad y la responsabilidad de la dirigencia gubernamental estadounidense en los progresivos asesinatos de conciudadanos indefensos a manos de la policía: "si los entrenamos como soldados y los equipamos como soldados, no deberíamos sorprendernos de que empiecen a actuar como soldados. Y la misión de un soldado es matar al enemigo".

El enemigo más temido de la burguesía norteamericana, no está en el medio oriente, Asia o Europa del este, está en las calles de Nueva York, Los Angeles, Washington, Dallas o Ferguson. Es el Movimiento "Occupy", con su consigna "We are the 99%" contra el despojo de las élites empresariales y financieras sobre el pueblo trabajador estadounidense; es también el Movimiento de Latinos que integra indocumentados y residentes por una reforma migratoria en USA; es la resistencia anticapitalista y antiimperialista heredera de los movimientos socialistas, anarquistas y comunistas que abogan por construir una nueva sociedad; y por supuesto, el enemigo es la población afronorteamericana que no ha cesado en su lucha por los derechos civiles y la igualdad de los negros en los Estados Unidos. Si los pobres deciden unirse, la guerra está ganada.

"No puedes tener capitalismo sin racismo"

Malcolm X

frenzel.hernandez@gmail.com



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