Reporte Boreal

El elitismo educativo de las universidades llamadas Ivy League y el rol del Estado norteamericano

"La obra maestra de la injusticia es parecer ser justo sin serlo"

Platón

La conversación se coló entre los capuchinos y cortados que servían en mi café habitual. Dos damas dialogaban sobre lo difícil de afrontar los costos de los estudios universitarios de su hija, recién aceptada en una universidad del Estado, y su negativa de solicitar un préstamo educativo por sus implicaciones y condiciones salvajes[i] . El sistema de educación superior en Los Estados Unidos de América es sustentado por un creciente y elevado gasto gubernamental a universidades privadas y elitistas cuya población estudiantil son jóvenes de clases adineradas o media alta, y un decreciente gasto en universidades publicas las cuales educan a la mayoría de jóvenes de la denominadas clases trabajadora y de bajo recursos.

El análisis requiere entender la forma como se genera el subsidio ya que los datos directos no describen de forma explicita la relación anterior. Los subsidios públicos a universidades elitistas privadas se conectan principalmente con las deducciones tributarias que individuos otorgan a dichas universidades en calidad de donaciones y cuando traducimos esto en términos económicos las deducciones en impuestos es exactamente igual a gasto público y el umbral fiscal tiene que ser cubierto por otros contribuyentes.

Los ingresos de la clase rica en Los Estados Unidos de América, o la llamada 1 por ciento, ha escalado exponencialmente en los últimos veinte años y los mismos exceden significativamente la capacidad de gasto en necesidades propias y la de sus descendientes, por consiguiente el excedente que acopia este sector lo otorgan en buena parte en donaciones a las universidades que les educaron y en las que desean que sus hijos se eduquen. Según datos de la revista Forbes, las universidades pertenecientes a este circulo[ii] reciben donaciones (private endowments) en el siguiente orden: Harvard $32 millardos, Yale $19.4 millardos, Princeton University, $17.1 millardos, Columbia $7.8 millardos, Universidad de Pensilvania $6.7 millardos, Cornell $5.4 millardos, Darmouth $3,4 millardos y Brown $2.5 millardos.

Estos montos tienen un crecimiento interanual de 1 millardo de dólares y si revisamos el portal de la Universidad de Harvard[iii] encontramos que el año pasado se inició una campaña de captación de capital de 6.5 millardos de dólares. Según el reconocido politólogo y economista Robert Reich, debido a que estas contribuciones son deducibles de impuestos el monto que el Gobierno subsidia a estas Instituciones es de aproximadamente uno por cada tres dólares aportados, mientras las universidades llamadas públicas reciben una cantidad muy baja en donaciones o simplemente no lo reciben. Las mismas se sustentan esencialmente fondos provenientes de los gobiernos estatales y organizaciones locales y a su vez han venison atenuándose , como evidencia la disminución del 10% de los aportes en los últimos diez años. Para tener una idea más clara revisemos lo siguiente: el subsidio anual del gobierno por estudiante a la Universidad de Princeton es de aproximadamente 54,000 dólares mientras el de una Universidad pública es de 4,000 dólares en promedio, casi diez veces menor.

El Estado parece olvidar su rol esencial en materia social y fundamentalmente en el ámbito educativo, y la retorica promociona y vende la idea de subsidios a estudiantes de escasos recursos con los llamados en inglés "Pell Grants". Estos subsidios son modestos, otorgados exclusivamente a familias pobres con un tope de 5,645 dólares. Instituciones como Harvard, Yale y otras reciben elogios por ofrecer educación gratuita a estudiantes pobres, no obstante según cifras de la organización "Educaton Trusts" el porcentaje de estudiantes que asisten a Harvard y Princeton que reciben los subsidios "Pell Grants", es de 8.5% , en contraste con el casi 39% de subsidios similares que reciben estudiantes de otras universidades públicas. Un ejemplo incuestionable es que la cantidad de estos subsidios que reciben estudiantes de la Universidad de California y Berkeley superan el total de subsidios otorgados al conjunto de este selecto y elitista grupo de universidades. En otro sentido y normalizando los datos estadísticos, la cantidad de estudiantes que atienden a las universidades publicas superan en creces a los de las universidades privadas por consiguiente el porcentaje de subsidios resulta en un mayor número de estudiantes beneficiados.

Una última reflexión, y es algo que escucho con frecuencia en círculos de amigos, es el hecho que al educación elitista tiene ventajas y se justifica cuando se forman y crean nuevos lideres que catalizan y aportan al bienestar público, no obstante más del 60 porciento de estudiantes egresados de las llamadas "Ivy League" aplican a cargos en el sector financiero (Mercado de Capitales e.g. Wall Street), solo un 5 porciento al sector salud y un 8 porciento a servicios públicos.

Solo resta preguntarse si esta inequidad la podrían mitigar los futuros profesionales que egresan de estas casas de estudio.

Alfredo Pérez

alperezyub@yahoo.com

Lansdale, PA, EE. UU.

 


 

 

[i] Alfredo Pérez, La Crisis de los Créditos Educativos en Los Estados Unidos de América, 2014

 

 

[ii] Ivy League o Liga de la Hiedra es una conferencia deportiva de la NCAA de ocho universidades privadas del noreste de los Estados Unidos. Antes de convertirse en la denominación oficial de la conferencia deportiva, en 1954, ya se denominaba así de forma oficiosa a este grupo de universidades, que tienen en común unas connotaciones académicas de excelencia, así como de elitismo por su antigüedad y admisión selectiva. También se conoce a las universidades de esta conferencia como "las ocho antiguas" o "las Hiedras" (ancient eight o the Ivies, en idioma inglés).

 

[iii] Universidad de Harvard portal de desarrollo http://campaign.harvard.edu/



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