Ébola, algo huele mal con su historia

El gobierno federal norteamericano ha anunciado que se están enviando miles de soldados adicionales a Liberia. El General Gary Volesky comentó que las tropas iban a "aniquilar" la epidemia del ébola. Según la historia oficial, es que las tropas de combate están siendo enviadas para construir estructuras para el tratamiento de aquellos infectados por el ébola.

¿Por qué tropas de combate? ¿Por qué no enviar un equipo de constructores, como ser, un batallón de ingeniería si es que tiene que ser militar? ¿Por qué no hacer lo que habitualmente hace el gobierno que es contratar una empresa constructora para que edifique las unidades de tratamiento? "Miles de tropas adicionales" equivale a un equipo de constructores muy grande y sin experiencia para construir 17 unidades de tratamiento. No tiene ningún sentido.

Historias semejantes que no tienen ningún sentido y que no son explicadas con naturalidad levantan sospechas tales como las siguientes:

¿Soldados norteamericanos están siendo utilizados para probar en ellos vacunas y tratamientos contra el ébola o de manera más oculta, están siendo empleados para traer el ébola cuando regresen al país?

Yo entiendo por qué mucha gente se hace estas preguntas. Pero el hecho concreto es que no recibirán respuestas producto de investigaciones y esto profundizará las sospechas.

Norteamericanos desinformados y crédulos responderán que "el gobierno de Estados Unidos nunca utilizaría a sus propios soldados o a sus propios ciudadanos como conejillos de indias.

Antes de quedar como tontos, dediquemos algunos momentos para recordar los muchos experimentos que el gobierno de Estados Unidos ha realizado en soldados y ciudadanos norteamericanos. Por ejemplo, busquemos en la red el tema "experimentaciones poco éticas en seres humanos en Estados Unidos" o "efectos de la radiación en seres humanos" y encontraremos que agencias federales tales como el Departamento de Defensa o la Comisión de Energía Atómica han expuesto soldados norteamericanos y a prisioneros a altos niveles de radioactividad; han extraído los testículos a seres humanos y experimentado sobre defectos de nacimiento (los resultados fueron elevados); irradiaron las cabezas de niños; administraron alimentos irradiados a niños mentalmente discapacitados.

También constituye un misterio la oposición del gobierno de Obama de poner en cuarentena a aquellos que regresaban de África Occidental.

Las fuerzas armadas de Estados Unidos anunciaron que el ejército pondrá en cuarentena a todos los soldados que regresen de la misión en Liberia. Razonablemente el ejército sostiene que se necesita mucha precaución con el objeto de minimizar el riesgo de traspasar el estallido de ébola a Estados Unidos. No obstante, la Casa Blanca no ha apoyado la decisión del ejército y si en cambio, ha expresado su oposición a la cuarentena ordenada por los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey.

Aparentemente, la presión de la Casa Blanca y la amenaza de querellas de parte de aquellos sometidos a cuarentena han ocasionado que ambos estados reduzcan sus cuarentenas. Una enfermera de regreso de haber tratado a pacientes con ébola en África Occidental ha sido dada de alta en Nueva Jersey luego de aparecer libre de síntomas durante 24 horas en vez de los 21 días que tarda la enfermedad en producir síntomas. La enfermera amenazó con querellarse y surgió el falso problema de la "discriminación contra los trabajadores y trabajadoras de la salud". ¿Cómo podría ser discriminatorio poner en cuarentena a aquellos que han estado mayormente expuestos al ébola?

Una vez que aparecen los síntomas, la persona infectada se torna peligrosa para otros a menos que se ponga en cuarentena. Tal como el Centro para el Control de Epidemias, CDC (sigla en inglés) ha sido obligado a admitir, luego de estúpidamente negar lo que es un hecho concreto, la actual cepa de ébola puede desplazarse en el aire. Todo lo que se necesita es un estornudo, una tos o una superficie contaminada.

En otras palabras, el ébola puede diseminarse igual que la influenza. Anteriores negaciones de este hecho contribuyeron a crear la sospecha que la nueva cepa del ébola era una cepa creada en laboratorios del gobierno de Estados Unidos en África Occidental para convertirla en arma para la guerra bacteriológica. Tal como lo ha revelado el Profesor de leyes, Francis Boyle de la Universidad de Illinois, Washington instaló sus laboratorios para la guerra bacteriológica en países africanos que no habían firmado la convención que prohíbe tales experimentos.

El engaño de Estados Unidos para evadir la convención que el mismo gobierno norteamericano había firmado, ha producido otra sospecha: ¿Se tratará de una fuga de la nueva cepa del ébola, quizás por vía de algún percance que infectó al personal del laboratorio o sería que la nueva cepa fue liberada ex profeso con el objeto de ver cómo se comporta?

La única política inteligente y responsable sería suspender todos los vuelos comerciales desde hacia las áreas con ébola. Los trabajadores sanitarios voluntarios deben ser trasladados mediante aviones militares y debe exigírseles someterse a la cuarentena de rigor antes de viajar de regreso a su país.

¿Por qué la Casa Blanca se opone a esta única inteligente y responsable política? ¿Por qué el Congreso guarda silencio sobre el problema?

La oposición contra esta sana política fomenta las sospechas en el sentido que el gobierno o algún grupo conspirativo intenta utilizar el ébola para justificar la ley marcial y arrear a la población o a partes indeseables de ella, hacia los campos de la FEMA (sigla en inglés, Agencia Federal para el Tratamiento de Emergencias) por los cuales se le pagó su construcción a Halliburton. Nunca se informó al público las razones para la construcción de estos campos.

Ciertamente resulta extraño que un gobierno comprometido en guerras de largo aliento en el Medio Oriente, cuyo objetivo no queda claro para el público y además que promueve un conflicto tanto con Rusia como con China –dos potencias nucleares—atolondradamente crea nuevas sospechas entre el público en torno a sus motivos, intenciones y competencia.

La democracia requiere que el público confíe en su gobierno. Sin embargo, Washington hace todo lo posible para destruir esta confianza y presenta el aspecto de un gobierno con deficiencias, con agendas ocultas o no declaradas.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bien recibidas en

editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por

Strategic Culture Foundation / Sergio R. Anacona

http://www.strategic-culture.org



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