Si alguien tenía dudas de los planes imperialista para destruir la revolución bolivariana que conduce el Presidente Chávez debe leer y analizar las recientes declaraciones ante comisiones del poder legislativo gringo, de tres destacados funcionarios de la administración del señor Bush. Tras sus afirmaciones, aparece claramente esbozado el plan contrarevolucionario que desde ya aplicara sistemáticamente la potencia imperialista para destruir la revolución bolivariana y sus más importantes avances populares.
Los encargados de la estrategia contra Venezuela son el señor Negroponte, a cargo de todos los servicios de inteligencia y espionaje del gobierno USA; el señor Rumself, secretario de defensa y animador de las guerras imperialistas por todo el planeta; y la señora Condolezza Rice, la Canciller de la potencia dominante en la globalización.
Negroponte afirma que el Presidente Chávez, según fuentes de su fraudulenta inteligencia, esta comprometido en acciones para desestabilizar gobiernos en Latinoamérica, mediante infiltración de grupos terroristas en varios puntos de la geografía del continente y su apoyo subrepticio a las FARC de Colombia. Vaya Usted a saber cuales son las pruebas y los hechos concretos que dan soporte a tal consideración. La posibilidad de controvertir tal discurso no existe porque lo que interesa es soltar el rumor y la mentira para preparar de manera favorable a la opinión pública frente a las acciones inmediatas de agresión y presión sobre el Estado Venezolano.
Lo de Rumself es más truculento. Sostiene esta fiera de la guerra que el Presidente Chávez es igual a Hitler porque ambos fueron elegidos por el voto popular y derivaron en dictadores. Con semejante argumento lo que sigue es que necesitamos una alianza internacional para derrocar al déspota tal como ocurrió al durante la Segunda Guerra Mundial.
Es lo que nos acaba de plantear doña Condolezza. La señora, como paso lógico de todo el montaje de agresión, ha convocado a los gobiernos de Brasil, Austria y España para que den forma a un frente internacional contra Venezuela, argumentando que María Corina Machado no puede hacer lo que se le dé la gana acá y que Fidel Castro y Cuba son una mala compañía para la revolución bolivariana.
Las cartas están echadas. El gobierno imperialista del señor Bush ha dado vía libre al plan para destruir nuestro proceso revolucionario de cambios.
Este siniestro plan no puede desestimarse. Hay necesidad de alertar al pueblo de Venezuela y a todos los pueblos de Latinoamérica y el mundo la necesidad de hacer frente de manera enérgica a esta siniestra estrategia.
Hay que prender todas las alarmas y propiciar las más amplias movilizaciones populares para denunciar los planes del señor Bush contra el gobierno del Presidente Chavez, contra los avances de la revolución y contra las luchas de nuestros pueblos que buscan su independencia y su bienestar.
